
La Reserva Federal ha iniciado el despliegue de medidas acomodaticias con su programa de compras mensuales de Treasury Bills por 40 000 millones de dólares lanzado en diciembre de 2025, señalando una transición hacia la expansión de liquidez. El nombramiento del nuevo presidente de la Fed por parte de Trump marca un punto de inflexión para los mercados de criptomonedas, pues esta dirección determinará el rumbo de los tipos de interés en 2026. Actualmente, el tipo de los fondos federales se sitúa en 3,625%, tras recortes desde el 5,37% registrado en septiembre de 2024, aunque los mensajes de la administración entrante anticipan reducciones mucho más agresivas en el corto plazo. Trump ha defendido públicamente bajar los tipos hasta el 1% o menos, una postura que difiere notablemente de la actitud prudente de la Reserva Federal reflejada en sus proyecciones de diciembre, donde solo se prevé un recorte para 2026.
Las consecuencias para los activos digitales son significativas. Bitcoin, Ethereum y las criptomonedas en general evolucionan de forma inversa respecto a los tipos reales: cuando el coste de financiación baja, los activos alternativos ganan atractivo entre inversores institucionales y particulares que buscan rendimiento. El impacto del nombramiento de la presidencia de la Fed en el mercado cripto de 2026 dependerá de si el nuevo presidente sigue las prioridades de recorte de la administración o mantiene la independencia institucional. Los precedentes históricos muestran que los ciclos de bajada de tipos coinciden con episodios de apreciación en los activos cripto. El actual entorno de rendimientos del Tesoro, con el bono a 10 años en 4,182% y el de 30 años en 4,851%, deja un margen considerable para recortes, lo que reduciría los rendimientos de la renta fija y canalizaría el capital hacia activos digitales de mayor volatilidad. Quienes operan en plataformas como Gate deben seguir atentamente los datos económicos y los comunicados del FOMC, ya que los informes de empleo e inflación revalúan rápidamente las probabilidades de recortes de tipos en el mercado.
La composición del equipo económico de la administración entrante revela una política procrecimiento y acomodaticia que abarca tanto la regulación cripto como la expansión monetaria. Kevin Hassett, asesor económico principal, y otros defensores de políticas pro-Bitcoin evidencian una mayor apertura a la integración de activos digitales en los mercados financieros. Esto marca un giro respecto a la dirección anterior de la Fed, que mantenía una postura neutral o escéptica ante la adopción cripto. El anuncio de la presidencia de la Fed por parte de Trump en enero de 2026 es clave para la posición del sector: el presidente elegido decidirá si la Reserva Federal coordina con el Tesoro una expansión agresiva de la oferta monetaria, escenario históricamente favorable para los activos especulativos, incluidos los tokens blockchain.
La expansión de liquidez opera a través de distintos canales que afectan al mercado cripto. Primero, los menores costes de financiación reducen el coste de oportunidad de mantener activos sin rendimiento como Bitcoin, volviendo las monedas digitales más competitivas frente a la renta fija tradicional. Segundo, una política monetaria acomodaticia suele canalizarse hacia el venture capital y el equity de crecimiento, sectores profundamente vinculados al desarrollo de infraestructura Web3. Tercero, el debilitamiento del dólar—frecuente con recortes agresivos de tipos—incrementa la demanda internacional de alternativas como reserva de valor, beneficiando a las criptomonedas como mecanismos de liquidación global. El efecto de los recortes sobre Bitcoin y los activos cripto es evidente: en el ciclo de recortes de 2020-2021, Bitcoin se revalorizó más de 400% al alcanzarse el tipo cero. La estructura actual de mercado difiere de la de 2020, con posiciones institucionales y mercados de derivados mucho más robustos, aunque la relación fundamental entre tipos reales y valoración de activos de riesgo sigue vigente. El anuncio de enero de 2026 ajustará las expectativas inversoras sobre la política monetaria, impactando directamente en precios de opciones, interés abierto en futuros y valoraciones spot de los principales activos digitales.
| Periodo | Tipo de los fondos federales | Rango de precio de Bitcoin | Condición de mercado |
|---|---|---|---|
| sept 2024 | 5,37% | Subyugado | Restrictivo |
| dic 2024 | 3,625% | En alza | Acomodaticio |
| 2020-2021 | 0-0,25% | +400% | Expansivo |
El marco de expectativas sobre política monetaria y activos digitales para 2026 depende directamente del compromiso del nuevo presidente de la Fed con la normalización de tipos o con la continuidad de la política acomodaticia. Actualmente, los precios de mercado reflejan escepticismo ante recortes agresivos, con las curvas futuras anticipando solo reducciones moderadas hasta mediados de 2026. No obstante, un presidente procrecimiento alineado con la administración podría acelerar considerablemente el calendario de recortes, comprimiendo la prima por plazo en los Treasury de mayor vencimiento y desvió de flujos de capital hacia criptomonedas y activos alternativos. El mecanismo de valoración de Bitcoin incorpora las expectativas de tipos reales como variable principal: cada descenso de 100 puntos básicos suele traducirse en un alza del 15-25% en precios spot durante ciclos alcistas.
Ethereum presenta dinámicas propias, marcadas por el uso de red, la actividad DeFi y la competitividad de los rendimientos de staking. Al bajar los rendimientos nominales por los recortes de tipos, el staking anual del 3-4% en Ethereum resulta cada vez más atractivo frente a los rendimientos del Tesoro. Esta diferencia incentiva la reasignación de capital desde la renta fija tradicional hacia activos blockchain generadores de ingresos. El marco de política monetaria que establezca el nuevo presidente de la Fed determinará si estos diferenciales de rendimiento se comprimen o se amplían: un régimen altamente acomodaticio favorece el flujo de capital hacia el staking de Ethereum y otras estrategias Web3. Los inversores institucionales que gestionan carteras multiactivo ya asignan 1-2% a criptomonedas como protección frente a la inflación y diversificación. El descenso de los tipos reales refuerza estas asignaciones al reducir la rentabilidad real de la renta fija y aumentar el atractivo relativo de reservas de valor y activos digitales con rendimiento.
El entorno de valoración de 2026 probablemente verá a Bitcoin y Ethereum cotizando como activos de riesgo correlacionados durante la fase inicial de recortes, aunque podría producirse una descorrelación si la administración adopta una expansión monetaria más radical de lo previsto por el mercado. Los niveles técnicos respaldan este escenario: Bitcoin presenta resistencias en sus máximos históricos, cerca de un 20-30% por encima de los niveles actuales, y Ethereum consolida en rangos que sugieren potencial de ruptura si la liquidez mejora por menores tipos. Las plataformas de trading como Gate ofrecen instrumentos spot y derivados que permiten a inversores sofisticados diseñar estrategias para aprovechar estas expansiones de valoración impulsadas por la política de tipos.
El relevo en la dirección de la Fed tiene repercusiones en el mercado y la comunidad Web3 se enfrenta a una cuestión fundamental sobre la credibilidad institucional y la previsibilidad de la política monetaria. Jerome Powell mantuvo la independencia nominal de la Fed frente a intensas presiones políticas, y sus decisiones en diciembre—mantener los tipos pese a las demandas de recorte—demostraron firmeza ante el ejecutivo. El nuevo presidente afronta una tensión inmediata entre la autonomía política y la alineación con los objetivos de la administración. El precedente histórico es relevante: Arthur Burns, en la década de 1970, cedió a las presiones políticas de recortes, contribuyendo a la estanflación y dañando la credibilidad de la Fed. La independencia moderna de la Fed nació precisamente para evitar la politización de la política monetaria.
Para los inversores en criptomonedas, la cuestión de la independencia tiene implicaciones operativas. Los cambios de política imprevisibles motivados por consideraciones políticas aumentan la volatilidad, amplían los spreads de negociación y las bandas de precios de opciones. En cambio, los marcos de política transparentes y alineados con principios económicos—sean acomodaticios o restrictivos—permiten una formación de precios más eficiente y una mejor asignación de capital en activos digitales. El marco de expectativas sobre política monetaria de Trump para el mercado cripto dependerá de si el nuevo presidente mantiene la separación entre preferencias políticas y análisis económico técnico. Las reacciones del mercado ante nuevos datos económicos mostrarán rápidamente ese equilibrio: si el nuevo presidente de la Fed recorta tipos siguiendo la dirección administrativa pese a datos de inflación desfavorables, los spreads de crédito se ampliarán y la depreciación del dólar se acelerará, lo que podría desencadenar dinámicas de devaluación competitiva perjudiciales para las valoraciones de criptomonedas denominadas en dólares.
El desenlace en 2026 probablemente estará en un punto intermedio. El nuevo presidente de la Fed moderará los recortes respecto a las exigencias de la administración, manteniendo suficiente acomodo para favorecer el crecimiento económico. Este escenario resulta óptimo para los mercados cripto, ya que proporciona una expansión de liquidez moderada sin poner en riesgo la credibilidad institucional ni la estabilidad monetaria. Un descenso de los tipos reales de 100-150 puntos básicos en 2026 favorecería la apreciación de los activos cripto sin desencadenar crisis de credibilidad como las de la estanflación de los años 70 o las reversiones recientes de política de bancos centrales. Los inversores deben seguir con atención las comunicaciones de la Fed tras el anuncio de enero, pues el discurso del presidente sobre reglas de política, toma de decisiones basada en datos e independencia institucional indicará si las presiones políticas prevalecerán sobre el análisis técnico o si los mecanismos de protección institucional siguen firmes.











