
Una bank run ocurre cuando muchos depositantes retiran sus fondos al mismo tiempo en un corto intervalo, superando las reservas de efectivo del banco y provocando una crisis de liquidez. Más que un hecho aislado, las bank runs surgen por la combinación de flujo informativo, confianza de los depositantes y estructura de activos.
En la práctica, los bancos convierten la mayor parte de los depósitos en préstamos o compran bonos, y solo conservan una fracción en efectivo para retiradas diarias. Si muchos clientes solicitan retiradas simultáneas, los bancos deben liquidar activos rápidamente, a menudo asumiendo pérdidas y aumentando el riesgo financiero.
Normalmente, las bank runs se desencadenan por noticias negativas, pérdida de confianza o cambios en el mercado. Las causas más frecuentes incluyen caídas de valor de activos, rumores, grandes depositantes moviendo fondos y subidas de tipos de interés que generan pérdidas en bonos.
Un caso destacado se dio en marzo de 2023, cuando Silicon Valley Bank en Estados Unidos afrontó solicitudes de retirada por miles de millones en solo un día. Las redes sociales aceleraron la difusión de información, lo que llevó a una velocidad de retirada sin precedentes. Estos episodios demuestran la importancia de la “velocidad y confianza” para la estabilidad bancaria.
La dinámica de las bank runs se basa en el “sistema de reserva fraccionaria” y el “desajuste de liquidez”. El sistema de reserva fraccionaria implica que los bancos mantienen solo una parte de los depósitos como efectivo, invirtiendo el resto en préstamos y bonos. La liquidez mide la rapidez con que los activos se convierten en efectivo; si deben venderse con grandes descuentos, la liquidez es baja.
Los primeros en retirar reciben su dinero, lo que hace que los siguientes teman quedarse fuera y se refuerza el ciclo. Para contrarrestar esta dinámica, los bancos centrales actúan como “prestamistas de última instancia”, ofreciendo liquidez de emergencia para ayudar a los bancos a gestionar la presión de retiradas concentradas.
Las bank runs obligan a las entidades a vender activos en “liquidación forzosa”, sufriendo pérdidas y trasladando el estrés a otras empresas y sectores, lo que reduce el crédito disponible en la economía. Esto puede afectar los préstamos, la financiación corporativa, el empleo y la actividad económica general.
Los reguladores afrontan estos choques con dos herramientas principales: el seguro de depósitos, que garantiza los fondos hasta cierto límite (por ejemplo, en China el máximo asegurado es 500 000 RMB desde 2025 según la normativa oficial), y el apoyo de liquidez de los bancos centrales mediante refinanciación o préstamos de emergencia para aliviar la presión de efectivo a corto plazo.
La relación está en la “presión de redención”. Las redenciones de stablecoins se asemejan a retiradas bancarias a pequeña escala; si los activos colaterales fluctúan o las liquidaciones se ralentizan, puede aparecer presión similar a una bank run. Las crypto exchanges también pueden sufrir retiradas masivas que ponen a prueba sus reservas y su resiliencia operativa.
En el entorno cripto, los usuarios deben comprobar si las plataformas ofrecen “proof of reserves”, que muestra la correspondencia entre los activos en custodia y las obligaciones. Por ejemplo, en Gate puedes consultar las divulgaciones de reservas y advertencias de riesgo para valorar la capacidad de pago y transparencia de la plataforma en situaciones de estrés.
La prevención de bank runs requiere acción coordinada de bancos, reguladores y usuarios. Los bancos deben reforzar sus activos líquidos de calidad y gestionar el riesgo de tipo de interés y vencimiento para evitar ventas forzadas. Los reguladores deben mejorar la transparencia y responder rápido a inquietudes del mercado para limitar el pánico por rumores.
Para los particulares, diversificar fondos entre bancos, conocer la cobertura del seguro de depósitos y evaluar la gestión de riesgos institucional es recomendable. Los inversores cripto deben vigilar las prácticas de custodia, el proof of reserves, la transparencia on-chain y los controles de riesgo para minimizar el riesgo de contraparte en retiradas masivas.
Paso 1: Verifica tus fuentes de información. Da prioridad a los comunicados oficiales de reguladores y bancos frente a rumores sin confirmar.
Paso 2: Comprueba tu cobertura. Asegúrate de que tus depósitos están cubiertos por el seguro y conoce el tipo y condiciones de tu cuenta.
Paso 3: Evalúa tu liquidez. Decide las retiradas según las necesidades de flujo de efectivo de tu hogar o empresa—considera retiradas parciales o mantener parte de los fondos depositados.
Paso 4: Diversifica y busca alternativas. Si la ley lo permite, reparte fondos entre bancos y cuentas para evitar riesgos de concentración; en cripto, evalúa el proof of reserves y la capacidad de retirada bajo presión de las plataformas.
Paso 5: Controla comisiones y tiempos. Las retiradas masivas pueden implicar comisiones, retrasos o congestión de red—planifica y guarda registro de tus movimientos.
Ambos eventos implican presión de redención concentrada, pero los mecanismos difieren. Los bancos tienen activos principalmente en préstamos y bonos, difíciles de liquidar y sensibles al mercado; las stablecoins varían en activos colaterales y procesos de redención según el protocolo. Algunas dependen de liquidación on-chain, otras de activos custodiados por bancos.
Además, los bancos pueden recibir liquidez de emergencia de los bancos centrales como prestamistas de última instancia; las stablecoins suelen carecer de este respaldo público y dependen de medidas de mercado como subir las comisiones de redención o limitar temporalmente las retiradas. Esta diferencia define las herramientas de gestión de crisis de cada sector.
Con la banca móvil y los pagos instantáneos, las bank runs suceden más rápido que nunca, pues la información se difunde velozmente y los riesgos se concentran fácilmente. Las tendencias regulatorias priorizan la transparencia, pruebas de estrés rigurosas, cooperación interinstitucional y apoyo de liquidez oportuno en momentos clave.
En cripto, el proof of reserves, las auditorías on-chain y los planes de contingencia de riesgo son ya básicos en las plataformas. A futuro, tanto la banca como el sector cripto darán prioridad a la claridad informativa, liquidez suficiente y divulgaciones oportunas para reducir riesgos sistémicos por redenciones masivas. Gestionar fondos con seguridad es esencial para particulares y empresas—evalúa siempre la protección y los límites aplicables.
Sí—“bank run” es el término inglés para 银行挤兑; ambos describen el mismo fenómeno. En cripto, este término se usa también para eventos de redención masiva que afectan a stablecoins o bancos cripto. Comprenderlo es clave para entender el riesgo en finanzas tradicionales y activos digitales.
Porque los bancos operan con reserva fraccionaria—solo guardan parte de los depósitos en efectivo y prestan el resto para obtener rentabilidad. Si muchos clientes retiran a la vez, no pueden cubrir todas las solicitudes de inmediato. Aunque los activos totales sean suficientes, la falta de liquidez puede provocar el colapso—igual que poseer propiedades no garantiza acceso inmediato a efectivo.
Observa señales: más noticias negativas sobre el banco; subidas bruscas en los tipos de depósito (indican búsqueda urgente de fondos); problemas para retirar efectivo en cajeros; alta rotación de personal. El seguro de depósitos es la protección más fiable (por ejemplo, hasta 500 000 RMB en China)—solo los importes superiores están en riesgo. Mantente alerta, pero sin excesiva preocupación.
Las stablecoin runs suelen ser más probables porque los usuarios pueden retirar fondos sin restricciones 24/7, mientras que los bancos tienen horarios limitados; además, los emisores de stablecoins no cuentan con el respaldo de liquidez de bancos centrales que sí tienen los bancos. Si se pierde la confianza, las stablecoin runs se desarrollan más rápido y afectan a más usuarios—como ocurrió en 2023 con USDC y USDT bajo presiones similares.
No conviene actuar por pánico. Primero verifica si tu cuenta está protegida por el seguro de depósitos—la mayoría de los depositantes asegurados no tienen motivo de preocupación. Consulta después a los reguladores locales sobre el estado de riesgo. Retira solo si es imprescindible; no dejes que el miedo guíe tus decisiones, ya que el pánico colectivo puede agravar los riesgos sistémicos.


