Odaily: La tensión entre los fundadores de Neon Machine y sus inversores acaba de explotar en los tribunales. Los seis cofundadores de este estudio de juegos —incluyendo al CEO Mark Long— demandaron a Cort Javarone (CEO de 4D Factory Investment), Steve Horowitz (accionista de 4D) y Scott Honour (Northern Pacific Group), acusándolos de intentar capturar el control de la compañía y vaciarse las arcas.
La trama: A mediados de noviembre, Javarone se autoproclamó CEO y sacó a Long del consejo directivo. Pero Long no se dejó: posteó en X diciendo que sigue siendo el CEO. Clásico movimiento de poder corporativo.
El contexto: En octubre, Neon Machine cerró una ronda Serie A de $20M liderada por Polychain Capital, con apoyo de Franklin Templeton, IOSG Ventures y otros heavyweights. El dinero era para potenciar Shrapnel, un juego de disparos que planeaban lanzar en early access en diciembre. Con 70 empleados en el equipo, las cosas se veían bien.
El problema: Los fundadores reclaman que Javarone está violando compromisos contractuales con los nuevos inversores. Básicamente, una batalla por quién controla la mesa (y la caja fuerte).
¿Desenlace? Los tribunales de Delaware lo dirán. Mientras tanto, la pregunta es: ¿qué pasa con Shrapnel? (Decrypt)
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Drama en Neon Machine: ¿Quién controla realmente el estudio detrás de Shrapnel?
Odaily: La tensión entre los fundadores de Neon Machine y sus inversores acaba de explotar en los tribunales. Los seis cofundadores de este estudio de juegos —incluyendo al CEO Mark Long— demandaron a Cort Javarone (CEO de 4D Factory Investment), Steve Horowitz (accionista de 4D) y Scott Honour (Northern Pacific Group), acusándolos de intentar capturar el control de la compañía y vaciarse las arcas.
La trama: A mediados de noviembre, Javarone se autoproclamó CEO y sacó a Long del consejo directivo. Pero Long no se dejó: posteó en X diciendo que sigue siendo el CEO. Clásico movimiento de poder corporativo.
El contexto: En octubre, Neon Machine cerró una ronda Serie A de $20M liderada por Polychain Capital, con apoyo de Franklin Templeton, IOSG Ventures y otros heavyweights. El dinero era para potenciar Shrapnel, un juego de disparos que planeaban lanzar en early access en diciembre. Con 70 empleados en el equipo, las cosas se veían bien.
El problema: Los fundadores reclaman que Javarone está violando compromisos contractuales con los nuevos inversores. Básicamente, una batalla por quién controla la mesa (y la caja fuerte).
¿Desenlace? Los tribunales de Delaware lo dirán. Mientras tanto, la pregunta es: ¿qué pasa con Shrapnel? (Decrypt)