El dólar pierde terreno: la ola desdolarizadora que está redibujando el mapa financiero global

La “carnicería arancelaria” de Trump ha acelerado lo inevitable: el dólar ya no es el rey indiscutible del comercio internacional. Mientras Washington impone aranceles masivos, media Europa está corriendo hacia la puerta de salida del sistema financiero estadounidense.

El dato que resume todo

El euro acaba de tocar su nivel más alto desde octubre (1,11 dólares), exactamente cuando la UE anuncia paquetes de protección económica. No es coincidencia. Es la física de mercados: cuando la moneda de referencia pierde confianza, sus alternativas se aprecian.

¿Quién ya le dijo adiós al dólar?

No es solo Europa. El movimiento de desdolarización es casi una rebelión coordinada:

• Rusia y Bielorrusia: desde 2022, liquidaron su dependencia del dólar y pivotaron al rublo y yuan
• Turquía, Hungría, Serbia: restringen operaciones en dólares en sus sistemas financieros
• China: impulsa acuerdos en yuan y castiga los pagos en dólares
• Irán, Venezuela, Cuba: sin acceso a dólares por sanciones, encontraron una salida alternativa
• Corea del Norte: prohibición total desde hace años

Por qué pasa ahora

Tres fuerzas convergen:

1. Geopolítica: Las sanciones económicas (especialmente a Rusia en 2022) demostraron que el dólar es un arma política. Nadie quiere estar indefenso.
2. Trump y sus aranceles: La nueva administración está disparando contra sus aliados. Europa se pregunta: ¿Cuándo nos toca?
3. El ascenso del yuan: China está tejiendo una red comercial alternativa que funciona sin dólares.

Las consecuencias reales

• El dólar pierde su monopolio: su rol como moneda de reserva global se erosiona
• Las monedas locales se fortalecen: menos volatilidad cambiaria para quien se atreva a diversificar
• El comercio se reorienta: China y mercados emergentes ganan influencia
• EE.UU. pierde músculo financiero: menos demanda de dólares = menos poder geopolítico

La pregunta incómoda

¿Esto es el fin del dólar? No. Pero sí es el inicio de un nuevo orden donde el dinero estadounidense es una opción más, no la única. Y en un mundo de múltiples polos de poder, eso es un cambio radical.

El Banco Central Europeo fija hoy el cambio en 1,1097 dólares. Pero el cambio real sucede a otro nivel.