La primera semana de noviembre, la atmósfera en todo el círculo estaba horrible.

BTC esta vez realmente no pudo mantenerse — cayó directamente por debajo de la marca de 100,000 dólares, alcanzando un mínimo por debajo de 99,000, esta posición es más baja que la caída de "10.11" del mes pasado, siendo la peor en casi medio año. ETH tampoco pudo escapar, llegando a tocar los 3,000 dólares en su punto más bajo. Con el aumento del pánico, más de 2,000 millones de dólares fueron liquidados en 24 horas en toda la red, muchos traders fueron sorprendidos, con una pérdida unilateral de 1,630 millones, mientras que los bajistas solo liquidaron 400 millones.

Lo más grave es que, a nivel de proyectos, se han producido sucesivas crisis. El 3 de noviembre, la infraestructura DeFi de larga data, Balancer (que tiene más antigüedad que Uniswap), fue hackeada; una vulnerabilidad en el código llevó a que se trasladaran 116 millones de dólares. Un incidente de esta magnitud en un proyecto de infraestructura afecta gravemente la confianza en toda la industria. Al día siguiente, la plataforma de inversión Stream Finance también colapsó; el oficial admitió pérdidas de 93 millones de dólares, pero no se detalló cómo ocurrió la pérdida, y la comunidad especula que podría estar relacionada con la caída del "10.11". En dos días, dos proyectos han evaporado más de 200 millones de dólares, lo que evidencia la gravedad de la tensión en el flujo de capital.

El ETF al contado tampoco es optimista. El IBIT de BlackRock representa el 45% de la cuota del mercado global de ETFs de Bitcoin, lo que debería ser un estabilizador, pero recientemente la velocidad y el volumen de la salida de fondos han superado las expectativas.