Desencantar es una asignatura obligatoria en la vida, al igual que la madurez.
La madurez no tiene fin, y la desilusión tampoco.
Siempre habrá lugares donde no se es maduro, llevando un halo de admiración hacia ciertas personas y cosas, por lo que el encanto también es ineludible.
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Desencantar es una asignatura obligatoria en la vida, al igual que la madurez.
La madurez no tiene fin, y la desilusión tampoco.
Siempre habrá lugares donde no se es maduro, llevando un halo de admiración hacia ciertas personas y cosas, por lo que el encanto también es ineludible.