¿Has oído hablar de Bittensor? Es básicamente el punto de encuentro entre la inteligencia artificial y la blockchain. Fundada por Ala Shaabana y Jacob Steeves, esta plataforma descentralizada permite a los desarrolladores construir y desplegar modelos de IA directamente en la cadena de bloques. Piensa en ello como un mercado donde tu poder de computación y tus datos se convierten en activos valiosos.

El token TAO es lo que mantiene todo en marcha: es el combustible que recompensa a las personas por contribuir con potencia de procesamiento y datos de entrenamiento. Aquí está la parte inteligente: TAO cumple tres funciones clave. Primero, es el medio de pago por servicios (sin sorpresas). Segundo, evalúa el rendimiento de los nodos de la red. Tercero, otorga a los poseedores la capacidad de decidir cómo evoluciona la red.

¿Dónde es realmente útil? En el desarrollo de modelos de IA, gestión de datos y coordinación de una red distribuida de nodos. Básicamente, si tienes potencia de GPU sobrante o conjuntos de datos de calidad, Bittensor los convierte en fuentes de ingreso. El auge de la IA acaba de darle a este concepto un impulso enorme.