¿Modelos de incentivos tradicionales en universidades? Fundamentalmente defectuosos. Aquí hay un enfoque radical: ¿qué pasaría si el éxito institucional se midiera realmente por cómo se desempeñan los graduados en el mundo real? Esa es exactamente la idea detrás de una importante donación a la Universidad de Austin: vincular los resultados de la escuela directamente a los logros de los estudiantes más allá de las paredes del campus. Se trata de alinear los incentivos con los resultados que importan, no solo con los números de inscripción o el tamaño del patrimonio. ¿Podría este marco basado en el rendimiento transformar nuestra forma de pensar sobre la creación de valor educativo?
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
12 me gusta
Recompensa
12
5
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
ChainProspector
· hace17h
Finalmente hay una escuela que se atreve a jugar en serio.
Ver originalesResponder0
ImpermanentPhilosopher
· hace17h
¡Vamos con toda la innovación educativa!
Ver originalesResponder0
LayerHopper
· hace17h
Está bien juzgar a los héroes por los resultados.
Ver originalesResponder0
MevHunter
· hace17h
Todos han hecho Rug Pull, solo sé reír.
Ver originalesResponder0
SnapshotDayLaborer
· hace17h
Las universidades finalmente van a recibir una reprimenda por comer sin trabajar.
¿Modelos de incentivos tradicionales en universidades? Fundamentalmente defectuosos. Aquí hay un enfoque radical: ¿qué pasaría si el éxito institucional se midiera realmente por cómo se desempeñan los graduados en el mundo real? Esa es exactamente la idea detrás de una importante donación a la Universidad de Austin: vincular los resultados de la escuela directamente a los logros de los estudiantes más allá de las paredes del campus. Se trata de alinear los incentivos con los resultados que importan, no solo con los números de inscripción o el tamaño del patrimonio. ¿Podría este marco basado en el rendimiento transformar nuestra forma de pensar sobre la creación de valor educativo?