Hoy, realmente me despedí por completo de las criptomonedas.

Al mediodía, con ganas, deposité 500, pensando en jugar un poco y probar suerte. Pero terminé abriendo un contrato, observando cómo el gráfico en línea subía y bajaba, mi corazón latiendo al ritmo. Antes de darme cuenta, el saldo de mi cuenta se había ido a cero, en menos de cinco minutos.

La pantalla se quedó en negro, y mi mente quedó en blanco.

Este dinero no es mucho, pero al pensar que era la paga que mis padres me daban, de repente me invadió una gran sensación de culpa. Quería ganar un poco de dinero extra, pero terminé perdiendo todo. En esta jugada, realmente siento que he fallado a mi familia...

Chicos, los contratos en realidad no son algo para que las personas comunes y corrientes se atrevan a tocar. Reconozco mi error.