Hablando de las historias más mágicas en el mundo de las criptomonedas, probablemente esa sea la de ese perro Shiba Inu.
En una noche profunda de mayo de 2021, cuando Dogecoin entró en el top ten por valor de mercado, todo el mundo cripto quedó atónito: ¿cómo podía un “proyecto de broma” nacido en 2013 valer cientos de miles de millones de dólares? ¿Innovación tecnológica? No. ¿Casos de uso? Tampoco. Entonces, ¿en qué se basa su valor?
La respuesta está más superficial de lo que imaginas: cada meme compartido, cada grito de “To the Moon” (¡Hacia la Luna!) es en sí mismo su valor.
Cuando la broma se convierte en consenso
Programadores como Billy Markus y Jackson Palmer crearon Dogecoin simplemente para satirizar la locura especulativa del mercado cripto. Intencionalmente pusieron una emisión ilimitada, usaron la imagen del perro Shiba Inu viral, y dejaron claro: “Esto es una broma”.
Pero lo interesante de los humanos es que—si una broma se toma en serio—se convierte en una creencia.
Usuarios de Reddit comenzaron a recompensar con Dogecoin publicaciones divertidas, la comunidad organizó donaciones benéficas, e incluso recaudó fondos para que el equipo de bobsleigh de Jamaica participara en los Juegos Olímpicos de Invierno. Nadie se preocupaba por el whitepaper (que ni siquiera existía), simplemente era algo divertido.
En 2021, este “broma” alcanzó los 0.74 dólares, con una valoración de más de 85 mil millones de dólares. Los tuits de Elon Musk sin duda ayudaron, pero lo que realmente mantuvo vivo a Dogecoin durante una década de mercado bajista fue la comunidad que seguía creando memes y organizando eventos en línea.
En definitiva, la tecnología puede quedar obsoleta, pero la cultura se hereda.
La ofensiva del ejército Shiba Inu y la venganza del Sapo Triste
Si Dogecoin fue “una ocurrencia”, en 2020 llegó Shiba Inu (@SHIB), que fue “una plantación intencionada”.
Este proyecto proclamó ser el “asesino de Dogecoin”, replicando la misma fórmula: usar una mascota adorable para atraer seguidores, crear la idea de un “Ejército SHIB”, y hacer que cada poseedor sienta que participa en un movimiento cultural. ¿El resultado? En 2021 subió 120,000 veces, alcanzando un valor de mercado máximo de 36 mil millones de dólares.
Y más aún, en 2023, PEPE. Este token basado en el meme del “Sapo Triste” no tiene equipo fundador ni hoja de ruta, solo se difundió espontáneamente entre usuarios en redes sociales, y en dos semanas alcanzó los 7 mil millones de dólares en valor de mercado. ¿No es absurdo?
Pero si lo piensas bien, ¿en qué se diferencia esencialmente de que Disney gane dinero con Mickey Mouse? Cuanto más personas reconozcan, usen y difundan un símbolo cultural, más valioso será. Los memes solo convierten un meme en un activo cultural negociable.
Cuando un meme se convierte en “moneda social”, su valor ya no necesita respaldo técnico.
No presiones a los desarrolladores, tú eres el verdadero jugador
Muchos novatos cometen el error de comprar un token y luego estar en el grupo diciendo: “¿Cuándo sacará el proyecto más volumen?”
Escucha, si todavía piensas así, es que no entiendes cómo funciona un Meme coin.
Detrás de una acción en bolsa hay una empresa, detrás de Bitcoin hay una tecnología blockchain, pero el único “fundamento” de un Meme coin es el consenso comunitario y la difusión cultural. Los desarrolladores son solo el catalizador; el verdadero “jugador” eres tú, y también yo.
PEPE es el mejor ejemplo: no tiene fundadores ni equipo operativo, solo se basa en memes creados y difundidos espontáneamente por usuarios en redes sociales. Cuando compartes un meme de PEPE, cuando discutes con amigos lo gracioso que es ese sapo, en realidad estás “subiendo su precio”—cada difusión aumenta su valor cultural.
Por otro lado, si la comunidad solo espera que los proyectos les den algo, como un estanque que no puede reproducirse, eventualmente se quedarán sin nada. En Pump.fun aparecen cientos de nuevos Meme coins cada día, pero el 99% muere en una semana, porque tienen código, pero no cultura; tienen emisión, pero no difusión.
La atención es liquidez
En una era de explosión informativa, la atención es el recurso más escaso. Los Meme coins son esencialmente “valores respaldados por atención”—transforman la atención, discusión y compartición en activos negociables.
Piensa: los algoritmos favorecen contenidos divertidos, y los Meme coins están diseñados para redes sociales. Un meme gracioso se comparte más fácilmente que un whitepaper, y un “To the Moon” puede generar más FOMO que un análisis técnico. Cuando compartes un meme de SHIB en tu grupo, en realidad estás ayudando a captar atención para esa moneda—y esa atención puede convertirse en compras.
Las Meme coins en Solana y Base son especialmente activas porque estas plataformas ofrecen transacciones rápidas y tarifas bajas, ideales para el comercio frecuente y la difusión. La tecnología es solo infraestructura; el motor real es la comunidad creando “monedas sociales”.
Tres reglas para sobrevivir como novato
Si decides participar en este juego cultural, recuerda que estas tres cosas son más importantes que seguir las velas de K-line:
1. Escoge un símbolo cultural con el que realmente te identifiques
No compres Meme coins que no entiendas. Si un meme te parece aburrido, no esperes que otros lo difundan. Los poseedores de PEPE, en su mayoría, son generaciones que crecieron con ese meme del sapo, y lo difunden porque realmente les gusta, no solo para hacer dinero.
2. Sé un difusor, no solo un especulador
En lugar de preguntar “¿Cuándo va a subir?”, piensa en cómo hacer que más personas conozcan ese meme. Crea un meme divertido, escribe un chiste, comenta en temas relacionados. Cada vez que compartes algo, estás valorizando tu propia inversión.
3. Toma esto con una actitud lúdica
Los Meme coins son como “loterías culturales”: aunque tienen más valor que una apuesta pura, siguen siendo altamente especulativos. Nunca inviertas más de lo que puedas perder. Considéralo como comprar un boleto para un parque de diversiones—lo más importante es que te diviertas, las ganancias son un extra.
Para terminar
Cuando convertimos memes en criptomonedas, en realidad estamos haciendo un “IPO” de la cultura en internet. Cada subida explosiva de un Meme coin es una especie de asalto de la cultura de base al sistema financiero tradicional.
Pero recuerda: sin difusión, no hay valor. Las promesas de los proyectos o los discursos de los influencers no tienen tanta fuerza como ese meme en tu teléfono listo para compartir.
En lugar de esperar a que otros “suban el volumen”, abre tu editor de gráficos y crea los símbolos culturales financieros de esta era.
Al fin y al cabo, en la economía de la atención, cada uno es su propio jugador. Cada meme que compartes, cada tuit que retuiteas, es un voto en esta gran experiencia cultural.
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ApeDegen
· hace6h
No bromees, doge es un dios
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AirdropHunterWang
· hace13h
Me muero de risa, he sido testigo del momento más mágico del mundo Cripto.
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DAOdreamer
· hace13h
El poder de la comunidad es realmente asombroso. ¡Simplemente actúa y listo!
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MEVSandwich
· hace13h
50% de caída una vez es un perro.
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FarmHopper
· hace13h
¡Vamos a apostar todo y listo!
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BottomMisser
· hace14h
Comprar en el fondo durante 20 años, con solo las paredes vacías.
No presiones a los desarrolladores para que manipulen el precio; el verdadero dueño de la moneda Meme eres tú mismo.
Hablando de las historias más mágicas en el mundo de las criptomonedas, probablemente esa sea la de ese perro Shiba Inu.
En una noche profunda de mayo de 2021, cuando Dogecoin entró en el top ten por valor de mercado, todo el mundo cripto quedó atónito: ¿cómo podía un “proyecto de broma” nacido en 2013 valer cientos de miles de millones de dólares? ¿Innovación tecnológica? No. ¿Casos de uso? Tampoco. Entonces, ¿en qué se basa su valor?
La respuesta está más superficial de lo que imaginas: cada meme compartido, cada grito de “To the Moon” (¡Hacia la Luna!) es en sí mismo su valor.
Cuando la broma se convierte en consenso
Programadores como Billy Markus y Jackson Palmer crearon Dogecoin simplemente para satirizar la locura especulativa del mercado cripto. Intencionalmente pusieron una emisión ilimitada, usaron la imagen del perro Shiba Inu viral, y dejaron claro: “Esto es una broma”.
Pero lo interesante de los humanos es que—si una broma se toma en serio—se convierte en una creencia.
Usuarios de Reddit comenzaron a recompensar con Dogecoin publicaciones divertidas, la comunidad organizó donaciones benéficas, e incluso recaudó fondos para que el equipo de bobsleigh de Jamaica participara en los Juegos Olímpicos de Invierno. Nadie se preocupaba por el whitepaper (que ni siquiera existía), simplemente era algo divertido.
En 2021, este “broma” alcanzó los 0.74 dólares, con una valoración de más de 85 mil millones de dólares. Los tuits de Elon Musk sin duda ayudaron, pero lo que realmente mantuvo vivo a Dogecoin durante una década de mercado bajista fue la comunidad que seguía creando memes y organizando eventos en línea.
En definitiva, la tecnología puede quedar obsoleta, pero la cultura se hereda.
La ofensiva del ejército Shiba Inu y la venganza del Sapo Triste
Si Dogecoin fue “una ocurrencia”, en 2020 llegó Shiba Inu (@SHIB), que fue “una plantación intencionada”.
Este proyecto proclamó ser el “asesino de Dogecoin”, replicando la misma fórmula: usar una mascota adorable para atraer seguidores, crear la idea de un “Ejército SHIB”, y hacer que cada poseedor sienta que participa en un movimiento cultural. ¿El resultado? En 2021 subió 120,000 veces, alcanzando un valor de mercado máximo de 36 mil millones de dólares.
Y más aún, en 2023, PEPE. Este token basado en el meme del “Sapo Triste” no tiene equipo fundador ni hoja de ruta, solo se difundió espontáneamente entre usuarios en redes sociales, y en dos semanas alcanzó los 7 mil millones de dólares en valor de mercado. ¿No es absurdo?
Pero si lo piensas bien, ¿en qué se diferencia esencialmente de que Disney gane dinero con Mickey Mouse? Cuanto más personas reconozcan, usen y difundan un símbolo cultural, más valioso será. Los memes solo convierten un meme en un activo cultural negociable.
Cuando un meme se convierte en “moneda social”, su valor ya no necesita respaldo técnico.
No presiones a los desarrolladores, tú eres el verdadero jugador
Muchos novatos cometen el error de comprar un token y luego estar en el grupo diciendo: “¿Cuándo sacará el proyecto más volumen?”
Escucha, si todavía piensas así, es que no entiendes cómo funciona un Meme coin.
Detrás de una acción en bolsa hay una empresa, detrás de Bitcoin hay una tecnología blockchain, pero el único “fundamento” de un Meme coin es el consenso comunitario y la difusión cultural. Los desarrolladores son solo el catalizador; el verdadero “jugador” eres tú, y también yo.
PEPE es el mejor ejemplo: no tiene fundadores ni equipo operativo, solo se basa en memes creados y difundidos espontáneamente por usuarios en redes sociales. Cuando compartes un meme de PEPE, cuando discutes con amigos lo gracioso que es ese sapo, en realidad estás “subiendo su precio”—cada difusión aumenta su valor cultural.
Por otro lado, si la comunidad solo espera que los proyectos les den algo, como un estanque que no puede reproducirse, eventualmente se quedarán sin nada. En Pump.fun aparecen cientos de nuevos Meme coins cada día, pero el 99% muere en una semana, porque tienen código, pero no cultura; tienen emisión, pero no difusión.
La atención es liquidez
En una era de explosión informativa, la atención es el recurso más escaso. Los Meme coins son esencialmente “valores respaldados por atención”—transforman la atención, discusión y compartición en activos negociables.
Piensa: los algoritmos favorecen contenidos divertidos, y los Meme coins están diseñados para redes sociales. Un meme gracioso se comparte más fácilmente que un whitepaper, y un “To the Moon” puede generar más FOMO que un análisis técnico. Cuando compartes un meme de SHIB en tu grupo, en realidad estás ayudando a captar atención para esa moneda—y esa atención puede convertirse en compras.
Las Meme coins en Solana y Base son especialmente activas porque estas plataformas ofrecen transacciones rápidas y tarifas bajas, ideales para el comercio frecuente y la difusión. La tecnología es solo infraestructura; el motor real es la comunidad creando “monedas sociales”.
Tres reglas para sobrevivir como novato
Si decides participar en este juego cultural, recuerda que estas tres cosas son más importantes que seguir las velas de K-line:
1. Escoge un símbolo cultural con el que realmente te identifiques
No compres Meme coins que no entiendas. Si un meme te parece aburrido, no esperes que otros lo difundan. Los poseedores de PEPE, en su mayoría, son generaciones que crecieron con ese meme del sapo, y lo difunden porque realmente les gusta, no solo para hacer dinero.
2. Sé un difusor, no solo un especulador
En lugar de preguntar “¿Cuándo va a subir?”, piensa en cómo hacer que más personas conozcan ese meme. Crea un meme divertido, escribe un chiste, comenta en temas relacionados. Cada vez que compartes algo, estás valorizando tu propia inversión.
3. Toma esto con una actitud lúdica
Los Meme coins son como “loterías culturales”: aunque tienen más valor que una apuesta pura, siguen siendo altamente especulativos. Nunca inviertas más de lo que puedas perder. Considéralo como comprar un boleto para un parque de diversiones—lo más importante es que te diviertas, las ganancias son un extra.
Para terminar
Cuando convertimos memes en criptomonedas, en realidad estamos haciendo un “IPO” de la cultura en internet. Cada subida explosiva de un Meme coin es una especie de asalto de la cultura de base al sistema financiero tradicional.
Pero recuerda: sin difusión, no hay valor. Las promesas de los proyectos o los discursos de los influencers no tienen tanta fuerza como ese meme en tu teléfono listo para compartir.
En lugar de esperar a que otros “suban el volumen”, abre tu editor de gráficos y crea los símbolos culturales financieros de esta era.
Al fin y al cabo, en la economía de la atención, cada uno es su propio jugador. Cada meme que compartes, cada tuit que retuiteas, es un voto en esta gran experiencia cultural.