Recientemente ha habido un fenómeno interesante en el mercado de criptomonedas: el precio de ZEC se ha multiplicado por 10 en un mes, lo que es especialmente llamativo en el actual mercado.

El punto de inflexión de la situación se remonta a la gran operación de confiscación de activos encriptados en Estados Unidos. Se incautaron activos virtuales por un valor de 15 mil millones de dólares, una cifra que tensó los nervios de todo el mercado. Las transacciones en la cadena de Bitcoin son inherentemente públicas y transparentes, y cada transferencia puede ser rastreada. En este contexto, la demanda del mercado por la protección de la privacidad de repente se amplió.

ZEC en realidad no es un rostro nuevo, se lanzó en 2016 y se considera un proyecto veterano en la pista de monedas de privacidad. Su tecnología subyacente utiliza el protocolo de prueba de conocimiento cero zk-SNARKs; en términos simples, esto significa que puede verificar que una transacción ha ocurrido, pero no revela información sensible como montos específicos o direcciones. Lo más flexible es que admite "privacidad selectiva", permitiendo a los usuarios decidir si la transacción se publica en la cadena según sus necesidades, encontrando un equilibrio entre la conformidad y la privacidad.

El verdadero detonante que encendió el mercado fue el anuncio de Grayscale sobre el lanzamiento de un producto fiduciario de Zcash. Una vez que el capital tradicional encuentra un canal de entrada, la liquidez fluye rápidamente, y el precio naturalmente sube.

Sin embargo, dicho esto, el camino de las monedas de privacidad se encuentra en una zona sensible de regulación. Los altos rendimientos a menudo vienen acompañados de altos riesgos, esta es la ley de hierro del mercado de criptomonedas. En cuanto a cuánto tiempo puede durar esta ola de entusiasmo, dependerá del juego entre la actitud regulatoria futura y el sentimiento del mercado.