La visión fundacional de la Web fue radical: acceso abierto para todos, sin Gatekeepers. Tim Berners-Lee lo construyó de esa manera. Avancemos hasta hoy, y tenemos plataformas corporativas dictando las reglas. Nick Clegg de Meta publicó recientemente su opinión sobre la evolución de internet, pero aquí está lo que tanto él como los nuevos escritos de Berners-Lee parecen evitar: los motivos de lucro remodelaron todo.
Cuando los modelos de negocio impulsados por la publicidad tomaron el control, el sueño original quedó enterrado bajo métricas de participación y recolección de datos. Estos nuevos libros hablan sobre la trayectoria de Internet, pero esquivan cómo los incentivos comerciales rompieron fundamentalmente la promesa de una web verdaderamente descentralizada. ¿La ironía? Un tipo lo diseñó para que fuera libre y abierto, mientras que el empleador del otro lo convirtió en un imperio de jardín amurallado. Quizás esa sea la verdadera historia que ninguno de los libros quiere contar por completo.
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FlatlineTrader
· hace16h
El capital toma a la gente por tonta de primera clase
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TokenTaxonomist
· hace16h
Hablando estadísticamente, el 94.3% de los proyectos web3 aún replican estos mismos patrones centralizados. Se detectó un callejón sin salida evolutivo.
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FOMOSapien
· hace16h
Has bebido esta taza de sopa de pollo tóxica del capitalismo.
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just_vibin_onchain
· hace16h
El capital ha ganado mucho
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StableCoinKaren
· hace16h
Vaya, los papás del capital lo han vuelto a arruinar.
La visión fundacional de la Web fue radical: acceso abierto para todos, sin Gatekeepers. Tim Berners-Lee lo construyó de esa manera. Avancemos hasta hoy, y tenemos plataformas corporativas dictando las reglas. Nick Clegg de Meta publicó recientemente su opinión sobre la evolución de internet, pero aquí está lo que tanto él como los nuevos escritos de Berners-Lee parecen evitar: los motivos de lucro remodelaron todo.
Cuando los modelos de negocio impulsados por la publicidad tomaron el control, el sueño original quedó enterrado bajo métricas de participación y recolección de datos. Estos nuevos libros hablan sobre la trayectoria de Internet, pero esquivan cómo los incentivos comerciales rompieron fundamentalmente la promesa de una web verdaderamente descentralizada. ¿La ironía? Un tipo lo diseñó para que fuera libre y abierto, mientras que el empleador del otro lo convirtió en un imperio de jardín amurallado. Quizás esa sea la verdadera historia que ninguno de los libros quiere contar por completo.