Después de estar en este círculo por un tiempo, siempre tengo tres preguntas dando vueltas en mi cabeza:

¿Cuándo debería entrar al mercado? ¿Cuándo debería salir corriendo? ¿Cuándo debería quedarme fuera y hacerme el muerto?

Cada ciclo de toros y osos plantea estas tres preguntas, cuyas respuestas estándar todos conocen de memoria. ¿Pero quién ha podido entregar un examen perfecto? Casi nunca se ve. Aquellos que logran pasar son considerados una rareza. Este es probablemente el aspecto más paradójico de este oficio: sabemos claramente qué hacer, pero al temblar la mano, terminamos haciendo lo contrario.

Mira de nuevo las estrategias de algunos grandes jugadores, son tan simples que te hacen cuestionar la vida. Apuntas directamente al objetivo y apuestas todo, luego es el arte del tiempo. ¿Un año? ¿Dos años? ¿Cinco años? ¿O simplemente te tumbas durante ocho años? De todos modos, dejas que el tiempo fermente por sí mismo y acumule espacio de imaginación.