Algunas relaciones, desde el principio, están inclinadas: tú ofreces tu corazón y te comprometes por completo, mientras que la otra persona solo te considera como una inversión a corto plazo que puede desecharse fácilmente; tú prestas atención a cada fluctuación emocional, mientras que la otra persona ni siquiera quiere actualizar el estado del mercado. Con el tiempo, entenderás que no es que tu sinceridad no tenga valor, sino que sus sistemas de valoración nunca han sido equivalentes.
El agotamiento de los adultos a menudo proviene de una ilusión: pensar que cuanto más inviertes, más recompensas recibirás. Pero la vida no es un problema matemático lineal; a veces, pierdes no porque no seas lo suficientemente bueno, sino simplemente porque elegiste a la persona equivocada.
Una relación desincronizada es como sostener una acción que nunca puede seguir el ritmo: tú sigues aumentando tu posición, mientras que la otra parte está reduciendo su participación en silencio; tú planeas el futuro, mientras que la otra parte solo se preocupa por las ganancias y pérdidas del momento; tú crees que esto es una inversión a largo plazo, pero él solo te considera como un evento pasajero en el mercado.
Lo más difícil no es darse la vuelta y marcharse, sino admitir con calma que esta relación, desde el principio, no tenía lógica.
Una relación saludable debe ser en la que ambas personas inviertan tiempo, emociones y paciencia en la vida del otro, dispuestas a enfrentar juntas las fluctuaciones de la vida y también deseosas de compartir la alegría del crecimiento. El amor nunca es un mercado unidireccional, necesita que ambas partes "hagan long de manera bidireccional".
Recuerda: no todas las pérdidas valen la pena soportar, ni todas las relaciones valen la pena esperar. En lugar de desgastarte en desajustes, es mejor reservar tu calidez para aquellos que están dispuestos a avanzar contigo en la misma sintonía.
La verdadera confianza en la vida no radica en la obstinación, sino en saber cuándo cortar pérdidas.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
No desperdicies en una relación desalineada.
Algunas relaciones, desde el principio, están inclinadas: tú ofreces tu corazón y te comprometes por completo, mientras que la otra persona solo te considera como una inversión a corto plazo que puede desecharse fácilmente; tú prestas atención a cada fluctuación emocional, mientras que la otra persona ni siquiera quiere actualizar el estado del mercado. Con el tiempo, entenderás que no es que tu sinceridad no tenga valor, sino que sus sistemas de valoración nunca han sido equivalentes.
El agotamiento de los adultos a menudo proviene de una ilusión: pensar que cuanto más inviertes, más recompensas recibirás. Pero la vida no es un problema matemático lineal; a veces, pierdes no porque no seas lo suficientemente bueno, sino simplemente porque elegiste a la persona equivocada.
Una relación desincronizada es como sostener una acción que nunca puede seguir el ritmo: tú sigues aumentando tu posición, mientras que la otra parte está reduciendo su participación en silencio; tú planeas el futuro, mientras que la otra parte solo se preocupa por las ganancias y pérdidas del momento; tú crees que esto es una inversión a largo plazo, pero él solo te considera como un evento pasajero en el mercado.
Lo más difícil no es darse la vuelta y marcharse, sino admitir con calma que esta relación, desde el principio, no tenía lógica.
Una relación saludable debe ser en la que ambas personas inviertan tiempo, emociones y paciencia en la vida del otro, dispuestas a enfrentar juntas las fluctuaciones de la vida y también deseosas de compartir la alegría del crecimiento. El amor nunca es un mercado unidireccional, necesita que ambas partes "hagan long de manera bidireccional".
Recuerda: no todas las pérdidas valen la pena soportar, ni todas las relaciones valen la pena esperar. En lugar de desgastarte en desajustes, es mejor reservar tu calidez para aquellos que están dispuestos a avanzar contigo en la misma sintonía.
La verdadera confianza en la vida no radica en la obstinación, sino en saber cuándo cortar pérdidas.