Cuando pido comida a domicilio, a menudo veo al repartidor dando vueltas bajo mi edificio, con la señal del GPS saltando de un lado a otro. Aunque solo le faltan unos metros, termina tardando diez minutos más.
Me quedo viéndolo desde la ventana y siento algo de pena. No es que no conozca la zona, es que el sistema de direcciones de esta ciudad hace tiempo que es un caos.
Se construyen más carreteras, los edificios se levantan más rápido, pero el sistema de localización no ha seguido el ritmo, y la eficiencia se pierde buscando ubicaciones.
De repente me di cuenta de que esto es exactamente lo que ocurre hoy en el DeFi. Cada vez hay más protocolos, las categorías se subdividen más, la velocidad y la escala aumentan, pero al sector siempre le falta lo más crucial: una infraestructura básica que permita que todo pueda ser "ubicado con precisión".
Las acciones en la cadena son como direcciones dispersas por la ciudad: operaciones, estrategias, colaterales, exposiciones al riesgo; cada uno habla su propio idioma y actúa por su cuenta. No es que los usuarios no se esfuercen, ni que los protocolos no sean avanzados, es que todo el sistema carece de un conjunto de coordenadas que permitan referenciar acciones, hacer legible el riesgo y que el valor circule.
Por eso me interesa @Infinit_Labs. No están creando un nuevo protocolo, sino que están cubriendo un nivel fundamental que durante demasiado tiempo se ha pasado por alto: la capa de localización de DeFi.
Cuando cada paso entre usuario y protocolo tiene coordenadas estandarizadas, la estructura se vuelve clara, las acciones se conectan, el riesgo se hace transparente, y esos procesos que antes requerían ensayo y error para funcionar, de repente se vuelven naturales, componibles y reutilizables. Igual que el repartidor ya no necesita resolver un acertijo, DeFi tampoco tendrá que “adivinar el camino” cada vez que interactúe entre protocolos.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Cuando pido comida a domicilio, a menudo veo al repartidor dando vueltas bajo mi edificio, con la señal del GPS saltando de un lado a otro. Aunque solo le faltan unos metros, termina tardando diez minutos más.
Me quedo viéndolo desde la ventana y siento algo de pena. No es que no conozca la zona, es que el sistema de direcciones de esta ciudad hace tiempo que es un caos.
Se construyen más carreteras, los edificios se levantan más rápido, pero el sistema de localización no ha seguido el ritmo, y la eficiencia se pierde buscando ubicaciones.
De repente me di cuenta de que esto es exactamente lo que ocurre hoy en el DeFi.
Cada vez hay más protocolos, las categorías se subdividen más, la velocidad y la escala aumentan, pero al sector siempre le falta lo más crucial: una infraestructura básica que permita que todo pueda ser "ubicado con precisión".
Las acciones en la cadena son como direcciones dispersas por la ciudad: operaciones, estrategias, colaterales, exposiciones al riesgo; cada uno habla su propio idioma y actúa por su cuenta.
No es que los usuarios no se esfuercen, ni que los protocolos no sean avanzados, es que todo el sistema carece de un conjunto de coordenadas que permitan referenciar acciones, hacer legible el riesgo y que el valor circule.
Por eso me interesa @Infinit_Labs.
No están creando un nuevo protocolo, sino que están cubriendo un nivel fundamental que durante demasiado tiempo se ha pasado por alto: la capa de localización de DeFi.
Cuando cada paso entre usuario y protocolo tiene coordenadas estandarizadas,
la estructura se vuelve clara, las acciones se conectan, el riesgo se hace transparente,
y esos procesos que antes requerían ensayo y error para funcionar, de repente se vuelven naturales, componibles y reutilizables.
Igual que el repartidor ya no necesita resolver un acertijo, DeFi tampoco tendrá que “adivinar el camino” cada vez que interactúe entre protocolos.