De 3.000 USDT a cientos de miles, no usé ninguna estrategia sofisticada.

Solo un método sencillo: cuando gano un 5%, recojo beneficios y me salgo; si pierdo, corto pérdidas sí o sí.

¿Parece tonto? Precisamente esa “cabezonería” me ha salvado incontables veces.

Al principio también era de esos que persiguen las subidas y venden en las caídas, viendo la vela en rojo y entrando, en verde y saliendo asustado. En un mes me pulía el capital tres veces y al final solo quedaban migajas en la cuenta.

Luego espabilé: en el mundo cripto, sobrevivir más tiempo es más importante que correr más rápido.

Me obligué a seguir estas reglas de hierro: cada entrada solo con el 20% del capital, en cuanto sube un 5% cierro la operación, si baja y toca el stop-loss, corto al instante. Da igual cuán tentadoras sean las noticias o lo animados que estén en el grupo, nunca rompo la disciplina de gestión de posiciones.

Así, operación tras operación, el capital fue creciendo poco a poco.

También he pillado monedas que han multiplicado varias veces, pero no por adivinar, sino por acumular en tramos: añado un poco cada vez, si sube añado más, si baja paro.

Muchos me preguntan si tengo información privilegiada.

Sinceramente, si la tuviera ya sería libre financieramente, no estaría pegado todo el día a la pantalla.

Lo que realmente me ha hecho sobrevivir es entender algo: siempre habrá oportunidades en el mercado, pero tu capital solo tienes uno.

También he oído historias de hacerse rico en una noche, pero los que lo pierden todo son muchos más.

En cripto no faltan oportunidades, faltan personas capaces de mantener la disciplina. Si sabes marcar el ritmo, controlar tu posición y resistir la tentación, tarde o temprano llegará tu momento.

No tengas prisa, ir despacio es ir rápido.