Japón suele ser fácil de asociar con sombras históricas—la burbuja tecnológica de 2000, la crisis financiera global de 2007, y hasta el desplome del 12% en julio de este año. Por eso, cuando el Banco Central de Japón elevó las tasas al 0.75% (el nivel más alto en treinta años) el 19 de diciembre, muchos estaban esperando un espectáculo. ¿Y qué pasó? Las acciones japonesas subieron un 1%, y el mercado no colapsó. La lógica detrás de esto en realidad merece una buena reflexión.
La diferencia clave radica en la gestión de expectativas. Históricamente, los aumentos de tasas en Japón a menudo tomaban por sorpresa, forzando el cierre de operaciones de carry trade por valor de 20 billones de dólares, provocando caídas drásticas en los activos de riesgo. Pero esta vez fue diferente: el banco central dio señales con un mes de antelación, permitiendo que el mercado asimilara la noticia con tiempo suficiente. Además, la inflación se mantiene en torno al 3%, y los salarios empresariales también están en aumento, por lo que subir las tasas se percibe como una normalización de la tendencia, no como una frenada de emergencia.
Pero hay un detalle importante: el Banco Central de Japón aún no ha dicho que haya llegado al límite de las subidas. La mayoría de los economistas consideran que la tasa neutral está entre el 1% y el 2.5%, lo que implica que todavía hay margen para subir más. La tendencia de salida del carry trade a gran escala tampoco ha cambiado.
El mercado en los próximos meses probablemente será de consolidación. Es probable que el yen se fortalezca, pero la volatilidad del dólar y de activos de riesgo como Bitcoin aumentará notablemente—cuanto más altas sean las tasas de interés, más fondos tenderán a salir de activos virtuales hacia activos tangibles. La influencia en las acciones A y en las de Hong Kong será menor, pero la actitud del capital norteño será más conservadora, y el ritmo de las operaciones puede volverse más inestable.
La estrategia para los inversores comunes debería ser así: evitar comprar acciones con altas valoraciones, aumentar la proporción en bancos y en activos con altos dividendos, que son defensivos. La posición en criptomonedas debe ser moderada, sin ser demasiado agresiva. La prudencia siempre será la mejor opción.
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ProtocolRebel
· hace10h
La gestión de expectativas es realmente excelente, si se hubiera mencionado un mes antes, el mercado ya lo habría digerido. Esta vez, el Banco de Japón ha aprendido a ser inteligente. Pero todavía hay más en el futuro.
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rug_connoisseur
· hace10h
Jaja, otra vez con esa gestión de expectativas, esta vez el Banco de Japón realmente ha sido inteligente, dando una pista con anticipación para que el mercado reaccione primero. Este truco es excelente para enfrentarse a los minoristas.
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CryptoSurvivor
· hace10h
¡Vaya, otra subida de tipos en Japón! Esta vez por fin no ha explotado, la gestión de expectativas es realmente excelente
Japón suele ser fácil de asociar con sombras históricas—la burbuja tecnológica de 2000, la crisis financiera global de 2007, y hasta el desplome del 12% en julio de este año. Por eso, cuando el Banco Central de Japón elevó las tasas al 0.75% (el nivel más alto en treinta años) el 19 de diciembre, muchos estaban esperando un espectáculo. ¿Y qué pasó? Las acciones japonesas subieron un 1%, y el mercado no colapsó. La lógica detrás de esto en realidad merece una buena reflexión.
La diferencia clave radica en la gestión de expectativas. Históricamente, los aumentos de tasas en Japón a menudo tomaban por sorpresa, forzando el cierre de operaciones de carry trade por valor de 20 billones de dólares, provocando caídas drásticas en los activos de riesgo. Pero esta vez fue diferente: el banco central dio señales con un mes de antelación, permitiendo que el mercado asimilara la noticia con tiempo suficiente. Además, la inflación se mantiene en torno al 3%, y los salarios empresariales también están en aumento, por lo que subir las tasas se percibe como una normalización de la tendencia, no como una frenada de emergencia.
Pero hay un detalle importante: el Banco Central de Japón aún no ha dicho que haya llegado al límite de las subidas. La mayoría de los economistas consideran que la tasa neutral está entre el 1% y el 2.5%, lo que implica que todavía hay margen para subir más. La tendencia de salida del carry trade a gran escala tampoco ha cambiado.
El mercado en los próximos meses probablemente será de consolidación. Es probable que el yen se fortalezca, pero la volatilidad del dólar y de activos de riesgo como Bitcoin aumentará notablemente—cuanto más altas sean las tasas de interés, más fondos tenderán a salir de activos virtuales hacia activos tangibles. La influencia en las acciones A y en las de Hong Kong será menor, pero la actitud del capital norteño será más conservadora, y el ritmo de las operaciones puede volverse más inestable.
La estrategia para los inversores comunes debería ser así: evitar comprar acciones con altas valoraciones, aumentar la proporción en bancos y en activos con altos dividendos, que son defensivos. La posición en criptomonedas debe ser moderada, sin ser demasiado agresiva. La prudencia siempre será la mejor opción.