El aumento de tasas del Banco de Japón no ha provocado un colapso del mercado, lo cual en realidad no es sorprendente. Los datos históricos están aquí: tras cada cambio en la política monetaria japonesa, el mercado de criptomonedas ha sido en realidad el mayor beneficiario.
Solo hay que revisar los registros para entenderlo. En marzo de 2024, esa ola hizo que Bitcoin subiera un 91%. Para julio, la subida alcanzó incluso un 131%. La lógica detrás no es complicada: el aumento de tasas en Japón refleja en esencia un cambio en el panorama de liquidez global. Cuando Japón aprieta, el capital busca nuevas salidas, y los activos criptográficos se convierten en el refugio más sensible.
Lo que mejor ilustra el asunto es el estado actual del sentimiento del mercado. El índice de miedo de todo el mercado ya ha caído a un valor histórico de -39%. ¿Qué significa este número? Generalmente, indica oportunidad. Según las leyes históricas, estos momentos de desesperación suelen ser el punto de inicio de una ola principal de subida del 149%-260%. Esto no es un análisis técnico misterioso, sino un reflejo objetivo del ciclo de liquidez.
El verdadero motor en realidad está en Occidente. ¿Qué está pasando en la Reserva Federal? La política de endurecimiento cuantitativo (QT) que ha durado tres años ha puesto oficialmente en pausa. Hay que entender que esto marca el fin de una "gran sangría financiera". Lo más interesante es que en enero de 2026, la Fed lanzará un nuevo mecanismo de gestión de reservas (RMP), que en la industria se considera una forma de "flexibilización encubierta". Al mismo tiempo, el sistema bancario ya tiene permiso para entrar en el mundo de las criptomonedas, abriendo completamente las compuertas para la entrada de capital tradicional.
Esto crea una tormenta perfecta: la digestión de las malas noticias en Oriente, y en Occidente, la llegada de una inundación de liquidez. Cuando el dinero del sistema financiero tradicional no encuentra salida y las monedas de capa 2 que llevan cinco años bloqueadas se desbloquean por completo, se producirá una liberación total. Esto no es una predicción apasionada, sino una consecuencia inevitable del movimiento de liquidez.
La estrategia en realidad es muy clara. Mantener las posiciones principales en activos básicos como Bitcoin, Ethereum y BNB es la primera opción para protegerse. Al mismo tiempo, hay que preparar con antelación aquellos activos más sensibles a la liquidez, especialmente los proyectos tempranos que están arraigados en el ecosistema de Ethereum y tienen una comunidad sólida. Estos proyectos serán las herramientas más afiladas en la marea de fondos, no porque sean los más impresionantes, sino porque cuando llegue la inundación de liquidez, los activos con menor liquidez serán los primeros en ser impulsados.
Volviendo a esa vieja pregunta: ¿crees que ya ha comenzado este ciclo alcista? ¿O todavía estás en modo observador, esperando un punto de entrada más "seguro"? A veces, el punto de entrada más seguro es precisamente el más peligroso.
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El aumento de tasas del Banco de Japón no ha provocado un colapso del mercado, lo cual en realidad no es sorprendente. Los datos históricos están aquí: tras cada cambio en la política monetaria japonesa, el mercado de criptomonedas ha sido en realidad el mayor beneficiario.
Solo hay que revisar los registros para entenderlo. En marzo de 2024, esa ola hizo que Bitcoin subiera un 91%. Para julio, la subida alcanzó incluso un 131%. La lógica detrás no es complicada: el aumento de tasas en Japón refleja en esencia un cambio en el panorama de liquidez global. Cuando Japón aprieta, el capital busca nuevas salidas, y los activos criptográficos se convierten en el refugio más sensible.
Lo que mejor ilustra el asunto es el estado actual del sentimiento del mercado. El índice de miedo de todo el mercado ya ha caído a un valor histórico de -39%. ¿Qué significa este número? Generalmente, indica oportunidad. Según las leyes históricas, estos momentos de desesperación suelen ser el punto de inicio de una ola principal de subida del 149%-260%. Esto no es un análisis técnico misterioso, sino un reflejo objetivo del ciclo de liquidez.
El verdadero motor en realidad está en Occidente. ¿Qué está pasando en la Reserva Federal? La política de endurecimiento cuantitativo (QT) que ha durado tres años ha puesto oficialmente en pausa. Hay que entender que esto marca el fin de una "gran sangría financiera". Lo más interesante es que en enero de 2026, la Fed lanzará un nuevo mecanismo de gestión de reservas (RMP), que en la industria se considera una forma de "flexibilización encubierta". Al mismo tiempo, el sistema bancario ya tiene permiso para entrar en el mundo de las criptomonedas, abriendo completamente las compuertas para la entrada de capital tradicional.
Esto crea una tormenta perfecta: la digestión de las malas noticias en Oriente, y en Occidente, la llegada de una inundación de liquidez. Cuando el dinero del sistema financiero tradicional no encuentra salida y las monedas de capa 2 que llevan cinco años bloqueadas se desbloquean por completo, se producirá una liberación total. Esto no es una predicción apasionada, sino una consecuencia inevitable del movimiento de liquidez.
La estrategia en realidad es muy clara. Mantener las posiciones principales en activos básicos como Bitcoin, Ethereum y BNB es la primera opción para protegerse. Al mismo tiempo, hay que preparar con antelación aquellos activos más sensibles a la liquidez, especialmente los proyectos tempranos que están arraigados en el ecosistema de Ethereum y tienen una comunidad sólida. Estos proyectos serán las herramientas más afiladas en la marea de fondos, no porque sean los más impresionantes, sino porque cuando llegue la inundación de liquidez, los activos con menor liquidez serán los primeros en ser impulsados.
Volviendo a esa vieja pregunta: ¿crees que ya ha comenzado este ciclo alcista? ¿O todavía estás en modo observador, esperando un punto de entrada más "seguro"? A veces, el punto de entrada más seguro es precisamente el más peligroso.