Las señales de la economía japonesa en estos dos meses no parecen muy correctas.
A simple vista, los números que parecen insignificantes en realidad esconden un gran problema: una tasa de deuda del 263% ya se acerca al umbral crítico, y el rendimiento de los bonos a 10 años del 1.97% ha alcanzado el nivel más alto desde 2007. Aunque las declaraciones de los expertos puedan sonar alarmantes, reflejan una realidad: la tercera economía más grande del mundo está encaminándose hacia la "fin de la deuda".
La situación de Japón es progresiva. Un tercio de los impuestos recaudados cada año se destina a pagar intereses de la deuda, dinero que debería ir a infraestructura o bienestar social. Lo que resulta aún más preocupante son las trampas políticas: querer subir las tasas para estabilizar el yen, pero la economía fiscal se ve aplastada; mantener tasas bajas, y la inflación importada terminará por erosionar el poder adquisitivo de la población. En medio de estos dilemas, la economía sigue en caída, con el último dato del PIB cayendo un 1.8% anual, y la demanda interna y las exportaciones casi se detienen al mismo tiempo. Además, con los altos aranceles del 15% en EE. UU., las empresas exportadoras japonesas enfrentan tiempos difíciles.
Pero el cambio que realmente alarma se produce en los flujos de capital. Las instituciones japonesas poseen 3.2 billones de dólares en activos en el extranjero, y antes estos fondos permanecían fuera del país porque los rendimientos internos eran demasiado bajos. Ahora la situación se invierte: los bonos del gobierno japonés empiezan a ofrecer rendimientos considerables, ¿qué significa esto? Que más de 8 billones de dólares podrían retirarse repentinamente del mercado global hacia Japón.
Si la liquidez se restringe, las consecuencias se harán evidentes rápidamente. Algunas instituciones estiman que las valoraciones en EE. UU. podrían comprimirse un 24%. Y en el mercado de criptomonedas, que es el más concentrado en activos de riesgo, la reacción ya fue anticipada: BTC cayó por debajo de 86,000, y en 24 horas, 180,000 personas fueron liquidada, con 600 millones de dólares en fondos evaporándose del mercado.
El Banco Central de Japón ahora se encuentra en una situación difícil. Por un lado, quiere reducir la compra de bonos del gobierno, con un plan para bajar a 20 billones de yenes mensuales en 2027, lo que podría elevar las tasas de interés del mercado; por otro lado, busca evitar que las tasas suban demasiado rápido y provoquen inestabilidad financiera. Estos dos objetivos son esencialmente contradictorios. Esta contradicción está aumentando la ansiedad en el mercado.
Desde la perspectiva de la asignación global de activos, cuando el mayor acreedor del mundo pasa de ser comprador a vendedor, toda la lógica de valoración de activos se reconfigura. BTC inevitablemente enfrentará una presión continua de restricción de liquidez.
¿Y qué hacer en la operativa? Primero, controlar estrictamente las posiciones, no más del 20% en una sola criptomoneda, para que incluso en caso de volatilidad no se dañe lo fundamental. Segundo, seguir de cerca el tipo de cambio del yen y los datos de flujo de capital, que son señales anticipadas para prever cambios en el mercado. Tercero, se puede usar opciones de venta para cubrir riesgos.
Presta atención a un número clave: ¿la rentabilidad de los bonos del gobierno japonés superará el 2%? Si eso sucede, significará que la atracción interna de Japón ya es suficientemente fuerte, y la puerta para que el capital global vuelva a fluir podría abrirse, lo que sería un desencadenante de una crisis de liquidez.
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OffchainWinner
· hace3h
Japón, esta ola realmente es un poco arriesgada, los 8000 millones de dólares en reflujo, en realidad, significa que quieren hacer caer el mercado.
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LiquidationHunter
· hace3h
Japón realmente va a hacer algo en esta ola, con 8000 millones de dólares en flujo de regreso... nuestra comunidad cripto probablemente enfrentará otra ronda de limpieza.
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ProxyCollector
· hace4h
Japón, en realidad, esto es bastante fuerte, 8000 millones de dólares en reflujo... el mundo cripto volverá a recibir golpes.
Las señales de la economía japonesa en estos dos meses no parecen muy correctas.
A simple vista, los números que parecen insignificantes en realidad esconden un gran problema: una tasa de deuda del 263% ya se acerca al umbral crítico, y el rendimiento de los bonos a 10 años del 1.97% ha alcanzado el nivel más alto desde 2007. Aunque las declaraciones de los expertos puedan sonar alarmantes, reflejan una realidad: la tercera economía más grande del mundo está encaminándose hacia la "fin de la deuda".
La situación de Japón es progresiva. Un tercio de los impuestos recaudados cada año se destina a pagar intereses de la deuda, dinero que debería ir a infraestructura o bienestar social. Lo que resulta aún más preocupante son las trampas políticas: querer subir las tasas para estabilizar el yen, pero la economía fiscal se ve aplastada; mantener tasas bajas, y la inflación importada terminará por erosionar el poder adquisitivo de la población. En medio de estos dilemas, la economía sigue en caída, con el último dato del PIB cayendo un 1.8% anual, y la demanda interna y las exportaciones casi se detienen al mismo tiempo. Además, con los altos aranceles del 15% en EE. UU., las empresas exportadoras japonesas enfrentan tiempos difíciles.
Pero el cambio que realmente alarma se produce en los flujos de capital. Las instituciones japonesas poseen 3.2 billones de dólares en activos en el extranjero, y antes estos fondos permanecían fuera del país porque los rendimientos internos eran demasiado bajos. Ahora la situación se invierte: los bonos del gobierno japonés empiezan a ofrecer rendimientos considerables, ¿qué significa esto? Que más de 8 billones de dólares podrían retirarse repentinamente del mercado global hacia Japón.
Si la liquidez se restringe, las consecuencias se harán evidentes rápidamente. Algunas instituciones estiman que las valoraciones en EE. UU. podrían comprimirse un 24%. Y en el mercado de criptomonedas, que es el más concentrado en activos de riesgo, la reacción ya fue anticipada: BTC cayó por debajo de 86,000, y en 24 horas, 180,000 personas fueron liquidada, con 600 millones de dólares en fondos evaporándose del mercado.
El Banco Central de Japón ahora se encuentra en una situación difícil. Por un lado, quiere reducir la compra de bonos del gobierno, con un plan para bajar a 20 billones de yenes mensuales en 2027, lo que podría elevar las tasas de interés del mercado; por otro lado, busca evitar que las tasas suban demasiado rápido y provoquen inestabilidad financiera. Estos dos objetivos son esencialmente contradictorios. Esta contradicción está aumentando la ansiedad en el mercado.
Desde la perspectiva de la asignación global de activos, cuando el mayor acreedor del mundo pasa de ser comprador a vendedor, toda la lógica de valoración de activos se reconfigura. BTC inevitablemente enfrentará una presión continua de restricción de liquidez.
¿Y qué hacer en la operativa? Primero, controlar estrictamente las posiciones, no más del 20% en una sola criptomoneda, para que incluso en caso de volatilidad no se dañe lo fundamental. Segundo, seguir de cerca el tipo de cambio del yen y los datos de flujo de capital, que son señales anticipadas para prever cambios en el mercado. Tercero, se puede usar opciones de venta para cubrir riesgos.
Presta atención a un número clave: ¿la rentabilidad de los bonos del gobierno japonés superará el 2%? Si eso sucede, significará que la atracción interna de Japón ya es suficientemente fuerte, y la puerta para que el capital global vuelva a fluir podría abrirse, lo que sería un desencadenante de una crisis de liquidez.