¿Alguna vez te has sentido atrapado entre velocidad y descentralización? ¿Y si los proyectos de blockchain pudieran evitar por completo la dolorosa transición? Esa es la premisa detrás de la Autonomía Progresiva, un modelo que permite a los equipos lanzar con confianza sobre una infraestructura de seguridad compartida y luego hacer la transición a una soberanía completa en la cadena a medida que maduran. Sin reestructuración. Sin pesadillas de migración de datos. Sin fricciones entre fases. Es el tipo de flexibilidad que redefine cómo pensamos sobre la escalabilidad de blockchain y la evolución de la infraestructura.