El Banco de Japón anunció hoy por la mañana una decisión clave: subir la tasa de interés de referencia en 25 puntos básicos hasta el 0.75%, el nivel más alto desde 1995. Esta noticia ya era esperada en el mercado, pero en el momento en que la medida se implementó, los mercados financieros globales aún sintieron presión.
En pocas palabras, esto no es solo un ajuste de tasas de interés rutinario, sino una señal de un punto de inflexión — ese último grifo mundial que ha estado suministrando "dinero barato" de manera constante, ahora se está cerrando cada vez más.
En los últimos treinta años, el juego clásico del capital internacional ha sido: tomar prestado yenes a casi cero de costo, cambiarlos por dólares y luego buscar ganancias en activos de alto rendimiento. Las acciones estadounidenses, los mercados emergentes, las criptomonedas... esta "máquina de arbitraje en yenes" ha estado enviando continuamente fondos baratos a estos activos de alta volatilidad. Decir que es arbitraje suena bien, pero en realidad es una fiesta de arbitraje de bajos intereses a nivel global.
Pero ahora la situación ha cambiado. Con las tasas de Japón subiendo desde números negativos hasta el 0.75%, el costo de financiamiento barato está aumentando rápidamente. Cuando los bonos japoneses a diez años empiezan a ser atractivos y los activos domésticos también ofrecen buenos rendimientos, ya no es tan rentable tomar dinero prestado en Japón para invertir en el extranjero. La lógica del capital es muy realista: ¿por qué arriesgarse en el extranjero cuando en casa se puede ganar dinero de manera estable?
Aquí hay un número clave a tener en cuenta: Japón, como el mayor acreedor extranjero de Estados Unidos, posee 1.18 billones de dólares en bonos del Tesoro de EE. UU. Incluso si solo una pequeña parte de esos fondos vuelve a Japón, será suficiente para causar un impacto en los mercados financieros globales. El apoyo de fondos baratos detrás de activos de alta volatilidad como las acciones estadounidenses y las criptomonedas está experimentando cambios sutiles pero profundos.
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TokenomicsTherapist
· hace5h
El arbitraje con yen japonés se ha cerrado, hay que revisar cuánto tiempo pueden aguantar las monedas que tenemos, la liquidez del mercado va a cambiar.
El Banco de Japón anunció hoy por la mañana una decisión clave: subir la tasa de interés de referencia en 25 puntos básicos hasta el 0.75%, el nivel más alto desde 1995. Esta noticia ya era esperada en el mercado, pero en el momento en que la medida se implementó, los mercados financieros globales aún sintieron presión.
En pocas palabras, esto no es solo un ajuste de tasas de interés rutinario, sino una señal de un punto de inflexión — ese último grifo mundial que ha estado suministrando "dinero barato" de manera constante, ahora se está cerrando cada vez más.
En los últimos treinta años, el juego clásico del capital internacional ha sido: tomar prestado yenes a casi cero de costo, cambiarlos por dólares y luego buscar ganancias en activos de alto rendimiento. Las acciones estadounidenses, los mercados emergentes, las criptomonedas... esta "máquina de arbitraje en yenes" ha estado enviando continuamente fondos baratos a estos activos de alta volatilidad. Decir que es arbitraje suena bien, pero en realidad es una fiesta de arbitraje de bajos intereses a nivel global.
Pero ahora la situación ha cambiado. Con las tasas de Japón subiendo desde números negativos hasta el 0.75%, el costo de financiamiento barato está aumentando rápidamente. Cuando los bonos japoneses a diez años empiezan a ser atractivos y los activos domésticos también ofrecen buenos rendimientos, ya no es tan rentable tomar dinero prestado en Japón para invertir en el extranjero. La lógica del capital es muy realista: ¿por qué arriesgarse en el extranjero cuando en casa se puede ganar dinero de manera estable?
Aquí hay un número clave a tener en cuenta: Japón, como el mayor acreedor extranjero de Estados Unidos, posee 1.18 billones de dólares en bonos del Tesoro de EE. UU. Incluso si solo una pequeña parte de esos fondos vuelve a Japón, será suficiente para causar un impacto en los mercados financieros globales. El apoyo de fondos baratos detrás de activos de alta volatilidad como las acciones estadounidenses y las criptomonedas está experimentando cambios sutiles pero profundos.