La verdadera prueba de la estabilidad de las monedas no ocurre en días tranquilos. Cada vez que el mercado experimenta una volatilidad intensa, los proyectos que suelen presumir de ser "como una roca" revelan su verdadera cara: lo que decide su supervivencia no es su rendimiento habitual, sino si en las peores circunstancias pueden desencadenar una caída sistémica.
USDD 2.0 sigue la ruta de los CDP con colateralización excesiva, donde solo hay una cuestión clave: cuando el precio del colateral cae, ¿quién será el primero en tener problemas?
La lógica de las monedas estables CDP es muy sencilla: dejar suficiente margen de seguridad y mantener una velocidad de liquidación de riesgos lo suficientemente rápida. El margen proviene de la colateralización excesiva, y los datos públicos muestran que la tasa de colateralización de USDD se mantiene por encima del 120% durante años, y en momentos más extremos, aún más. Esto es la capacidad para absorber la volatilidad de los activos colaterales. La liquidación consiste en eliminar rápidamente las deudas incobrables: cuando la tasa de colateralización cae por debajo del umbral establecido, el sistema debe vender o disponer del colateral para recuperar fondos suficientes y cubrir la deuda de USDD. La liquidación no es suave, pero es la última línea de defensa de la solvencia.
Lo clave es que—la liquidación no es una acción aislada, sino una cadena completa. El oráculo se encarga de proporcionar los precios, determinando cuánto valen los colaterales; el umbral decide cuándo se activa; la penalización por liquidación determina si alguien está dispuesto a ejecutar; y la profundidad del DEX decide la eficiencia del proceso de disposición. Si alguna de estas partes falla, el "riesgo controlado" se convierte inmediatamente en un "colapso sistémico". La información del oráculo puede retrasarse, las liquidaciones pueden demorarse, las deudas incobrables se acumulan; las recompensas por liquidación son demasiado bajas, nadie ejecuta, y el sistema queda sin quien asuma la carga; los pools de liquidez son demasiado superficiales, la disposición genera deslizamientos enormes, y esto a su vez provoca más liquidaciones en cadena.
La estrategia de USDD 2.0 es clara: que el PSM maneje las desviaciones de precios a corto plazo, mientras que la solvencia a largo plazo se confía a la colateralización excesiva y a los mecanismos de liquidación. La primera garantiza la anclaje, la segunda asegura que no se quede sin fondos.
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La verdadera prueba de la estabilidad de las monedas no ocurre en días tranquilos. Cada vez que el mercado experimenta una volatilidad intensa, los proyectos que suelen presumir de ser "como una roca" revelan su verdadera cara: lo que decide su supervivencia no es su rendimiento habitual, sino si en las peores circunstancias pueden desencadenar una caída sistémica.
USDD 2.0 sigue la ruta de los CDP con colateralización excesiva, donde solo hay una cuestión clave: cuando el precio del colateral cae, ¿quién será el primero en tener problemas?
La lógica de las monedas estables CDP es muy sencilla: dejar suficiente margen de seguridad y mantener una velocidad de liquidación de riesgos lo suficientemente rápida. El margen proviene de la colateralización excesiva, y los datos públicos muestran que la tasa de colateralización de USDD se mantiene por encima del 120% durante años, y en momentos más extremos, aún más. Esto es la capacidad para absorber la volatilidad de los activos colaterales. La liquidación consiste en eliminar rápidamente las deudas incobrables: cuando la tasa de colateralización cae por debajo del umbral establecido, el sistema debe vender o disponer del colateral para recuperar fondos suficientes y cubrir la deuda de USDD. La liquidación no es suave, pero es la última línea de defensa de la solvencia.
Lo clave es que—la liquidación no es una acción aislada, sino una cadena completa. El oráculo se encarga de proporcionar los precios, determinando cuánto valen los colaterales; el umbral decide cuándo se activa; la penalización por liquidación determina si alguien está dispuesto a ejecutar; y la profundidad del DEX decide la eficiencia del proceso de disposición. Si alguna de estas partes falla, el "riesgo controlado" se convierte inmediatamente en un "colapso sistémico". La información del oráculo puede retrasarse, las liquidaciones pueden demorarse, las deudas incobrables se acumulan; las recompensas por liquidación son demasiado bajas, nadie ejecuta, y el sistema queda sin quien asuma la carga; los pools de liquidez son demasiado superficiales, la disposición genera deslizamientos enormes, y esto a su vez provoca más liquidaciones en cadena.
La estrategia de USDD 2.0 es clara: que el PSM maneje las desviaciones de precios a corto plazo, mientras que la solvencia a largo plazo se confía a la colateralización excesiva y a los mecanismos de liquidación. La primera garantiza la anclaje, la segunda asegura que no se quede sin fondos.