El Banco de Japón activó la subida de tipos el 19 de diciembre, elevando la tasa de referencia del 0,5% al 0,75%, alcanzando un máximo de 30 años. La decisión fue unánime y el mercado la anticipaba en un 94% (tasa de cobertura), lo que parecía una señal bajista—pero la realidad fue exactamente lo contrario, el mercado de criptomonedas empezó a recuperarse.
Primero, veamos los detalles desde la perspectiva de política monetaria. Aunque el banco central subió los tipos, el tono fue claramente moderado. La declaración enfatizó que la subida sería "pausada y gradual", con un plan para 2026 de 1 a 2 aumentos, cada uno de 25 puntos básicos, con una tasa final en torno al 1%-1,5%. Esto no es una política de endurecimiento agresivo, sino un proceso de normalización controlado y progresivo. La lógica detrás también es comprensible: la inflación en Japón ha superado el 2% durante 43 meses consecutivos, el yen se ha depreciado a largo plazo, y el banco central necesita hacer algo. Pero al mismo tiempo, Japón tiene una deuda enorme y la recuperación económica aún está en sus primeras etapas; un aumento demasiado agresivo podría ser contraproducente.
¿Entonces por qué el mercado de criptomonedas no colapsó y en cambio se recuperó? La clave está en que la "incertidumbre" generada por esta subida ya fue digerida completamente. Antes del aumento, el mercado ya había ajustado sus expectativas de forma continua, y cuando la noticia se hizo oficial, la tensión en los corazones se alivió. El capital que había estado en modo de pánico y en espera empezó a entrar, pasando de una venta de huida a una compra en las caídas.
Más importante aún, está el efecto de "diferencial de temperatura" en la liquidez global. La Reserva Federal ya inició un ciclo de reducción de tipos, y las expectativas de una mayor flexibilización en enero de 2024 están en aumento. La política de relajación de EE. UU. en cierto modo contrarresta el endurecimiento en Japón. En otras palabras, la liquidez global en su conjunto no está realmente tensa; por el contrario, el atractivo de los activos de riesgo está en aumento.
No olvidemos también la variable del carry trade. Los aproximadamente 4-5 billones de dólares en financiamiento en yenes para carry trade enfrentan cierta presión de cierre, pero dado que esta subida de tipos ya era ampliamente anticipada, el impacto fue estructural y no sistémico, sin una presión de venta abrumadora.
En conjunto, esta subida de tipos en realidad es la "caída de la bota" que el mercado quería ver: una acción de política monetaria con un ritmo controlado, sin un deterioro en la liquidez global, que en cambio mejora. Los activos criptográficos, como representación del apetito por el riesgo, naturalmente han aprovechado para rebotar.
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CryptoTarotReader
· hace2h
Las botas que caen al suelo son Información favorable, la expectativa baja es el camino a seguir.
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GweiTooHigh
· hace14h
La caída de las zapatillas en realidad hace que suba, esa es la arte del juego, la diferencia de expectativas se juega de manera magistral
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StakeOrRegret
· hace14h
Espera, ¿esto era lo esperado en cuanto a la subida de tipos? No es de extrañar que no haya habido una caída masiva, ya que ya se ha digerido todo.
La sección de liquidez está bastante bien redactada, la bajada de tipos de la Reserva Federal realmente puede contrarrestar la restricción en Japón, en fin, el tamaño total del mercado global sigue siendo ese.
La presión para cerrar operaciones de carry trade en realidad ha sido exagerada, en un escenario de expectativas plenamente anticipadas, no puede haber un impacto sistémico.
Que la situación se resuelva en realidad resulta ser una buena noticia, la reacción en el mundo de las criptomonedas en esta ola es un poco interesante.
El Banco de Japón activó la subida de tipos el 19 de diciembre, elevando la tasa de referencia del 0,5% al 0,75%, alcanzando un máximo de 30 años. La decisión fue unánime y el mercado la anticipaba en un 94% (tasa de cobertura), lo que parecía una señal bajista—pero la realidad fue exactamente lo contrario, el mercado de criptomonedas empezó a recuperarse.
Primero, veamos los detalles desde la perspectiva de política monetaria. Aunque el banco central subió los tipos, el tono fue claramente moderado. La declaración enfatizó que la subida sería "pausada y gradual", con un plan para 2026 de 1 a 2 aumentos, cada uno de 25 puntos básicos, con una tasa final en torno al 1%-1,5%. Esto no es una política de endurecimiento agresivo, sino un proceso de normalización controlado y progresivo. La lógica detrás también es comprensible: la inflación en Japón ha superado el 2% durante 43 meses consecutivos, el yen se ha depreciado a largo plazo, y el banco central necesita hacer algo. Pero al mismo tiempo, Japón tiene una deuda enorme y la recuperación económica aún está en sus primeras etapas; un aumento demasiado agresivo podría ser contraproducente.
¿Entonces por qué el mercado de criptomonedas no colapsó y en cambio se recuperó? La clave está en que la "incertidumbre" generada por esta subida ya fue digerida completamente. Antes del aumento, el mercado ya había ajustado sus expectativas de forma continua, y cuando la noticia se hizo oficial, la tensión en los corazones se alivió. El capital que había estado en modo de pánico y en espera empezó a entrar, pasando de una venta de huida a una compra en las caídas.
Más importante aún, está el efecto de "diferencial de temperatura" en la liquidez global. La Reserva Federal ya inició un ciclo de reducción de tipos, y las expectativas de una mayor flexibilización en enero de 2024 están en aumento. La política de relajación de EE. UU. en cierto modo contrarresta el endurecimiento en Japón. En otras palabras, la liquidez global en su conjunto no está realmente tensa; por el contrario, el atractivo de los activos de riesgo está en aumento.
No olvidemos también la variable del carry trade. Los aproximadamente 4-5 billones de dólares en financiamiento en yenes para carry trade enfrentan cierta presión de cierre, pero dado que esta subida de tipos ya era ampliamente anticipada, el impacto fue estructural y no sistémico, sin una presión de venta abrumadora.
En conjunto, esta subida de tipos en realidad es la "caída de la bota" que el mercado quería ver: una acción de política monetaria con un ritmo controlado, sin un deterioro en la liquidez global, que en cambio mejora. Los activos criptográficos, como representación del apetito por el riesgo, naturalmente han aprovechado para rebotar.