Los sistemas de IA ideales que vale la pena perseguir deben priorizar la búsqueda de la verdad como su objetivo fundamental, en lugar de comprometer la precisión para satisfacer preferencias ideológicas. Este principio distingue entre el verdadero avance de la inteligencia y los sistemas restringidos por presiones externas para conformarse a las narrativas predominantes. En el contexto de la tecnología descentralizada y el desarrollo de Web3, tal enfoque se vuelve aún más crítico, donde la transparencia y la precisión fáctica forman la base de sistemas sin confianza.