La característica del libro mayor público de Ethereum siempre ha sido una espada de doble filo. Aunque la transparencia de las transacciones on-chain garantiza la seguridad, también se está convirtiendo en un cuello de botella para la aplicación a gran escala.

La pregunta más directa es: los usuarios no quieren que todos vean su saldo, historial de transacciones y comportamientos de interacción. Las instituciones también temen que los competidores deduzcan sus estrategias a través de datos en la cadena. La necesidad de privacidad ha evolucionado de ser un tema marginal a convertirse en una necesidad básica a nivel de infraestructura.

Esta es la demanda central que protocolos como Aztec buscan resolver. En pocas palabras, se trata de añadir capacidades de privacidad para los usuarios y la capa de aplicaciones sin sacrificar la seguridad e interoperabilidad de Ethereum.

La ruta tecnológica de Aztec es a través de herramientas como Ignition Chain y Noir, que permiten a los desarrolladores combinar libremente la lógica de privacidad; esto se conoce como "privacidad programable". No es un paquete de privacidad estándar, sino que se personaliza según las necesidades.

Desde otra perspectiva, la aparición de este tipo de soluciones indica que el mercado ya está tomando en serio el tema de la privacidad. En las futuras aplicaciones de Web3, la capacidad de configuración de la privacidad podría convertirse en un estándar de evaluación, al igual que la optimización de gas.