Los activos tokenizados digitales actualmente representan una proporción microscópica del capitalización de mercado total de acciones y bonos en todo el mundo: solo el 0.01%. Este número parece insignificante, pero encierra un enorme espacio de imaginación. Los expertos pronostican que en el futuro este número podría subir 100 veces, ¿cuál es la lógica detrás de esto?
Los desafíos que enfrentan los activos financieros tradicionales son muy reales: tienen un volumen enorme pero una liquidez gravemente insuficiente, su estructura de transacción es compleja y las barreras de entrada son muy altas, y los costos de liquidación entre regiones son costosos. Muchos activos de calidad permanecen así dormidos en las tesorerías de las instituciones locales, en un estado de inactividad.
La aparición de RWA (tokenización de activos reales) ha cambiado esta situación. Funciona como una herramienta de eficiencia, haciendo cosas que parecen simples pero son profundas. Al mirar atrás en la historia, los ETF simplificaron el proceso de asignación de activos, Internet rompió el monopolio de la información y permitió la replicación a bajo costo, y las monedas estables llevaron al dólar tradicional a una red global disponible las 24 horas. RWA es, en esencia, la continuación de esta serie de innovaciones.
Cuando la segmentación de alta granularidad, la liquidación en segundos y la participación sin barreras se convierten en la nueva norma, la migración de activos tradicionales a la cadena es solo una cuestión de tiempo. Lo verdaderamente interesante radica en quién completa primero la disposición de la infraestructura, así como la postura que el regulador adopte el próximo año sobre el campo de RWA, lo que determinará directamente quién se ríe al final.
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Los activos tokenizados digitales actualmente representan una proporción microscópica del capitalización de mercado total de acciones y bonos en todo el mundo: solo el 0.01%. Este número parece insignificante, pero encierra un enorme espacio de imaginación. Los expertos pronostican que en el futuro este número podría subir 100 veces, ¿cuál es la lógica detrás de esto?
Los desafíos que enfrentan los activos financieros tradicionales son muy reales: tienen un volumen enorme pero una liquidez gravemente insuficiente, su estructura de transacción es compleja y las barreras de entrada son muy altas, y los costos de liquidación entre regiones son costosos. Muchos activos de calidad permanecen así dormidos en las tesorerías de las instituciones locales, en un estado de inactividad.
La aparición de RWA (tokenización de activos reales) ha cambiado esta situación. Funciona como una herramienta de eficiencia, haciendo cosas que parecen simples pero son profundas. Al mirar atrás en la historia, los ETF simplificaron el proceso de asignación de activos, Internet rompió el monopolio de la información y permitió la replicación a bajo costo, y las monedas estables llevaron al dólar tradicional a una red global disponible las 24 horas. RWA es, en esencia, la continuación de esta serie de innovaciones.
Cuando la segmentación de alta granularidad, la liquidación en segundos y la participación sin barreras se convierten en la nueva norma, la migración de activos tradicionales a la cadena es solo una cuestión de tiempo. Lo verdaderamente interesante radica en quién completa primero la disposición de la infraestructura, así como la postura que el regulador adopte el próximo año sobre el campo de RWA, lo que determinará directamente quién se ríe al final.