Acabo de salir de una sesión de trading de memecoins de 30 minutos—¡mi cerebro se siente como si hubiera pasado por un ciclo de centrifugado! La volatilidad es absolutamente salvaje, el ritmo es implacable, y honestamente, es tanto emocionante como agotador. Si alguna vez te has lanzado al mercado de memecoins, sabes exactamente a qué me refiero. Así son las trincheras de memecoins.