No dejes que las emociones se conviertan en un pasivo en los mercados; otros explotarán esa debilidad si se lo permites.

Cuando una tendencia a la baja prolongada finalmente se rompe, lo que sigue suele ser un período de consolidación. Esto te da espacio para respirar y elimina la presión de perseguir ganancias o entrar en pánico. La verdadera oportunidad proviene de la paciencia, no de la urgencia. Haz movimientos calculados, no reactivos. Piensa con claridad, actúa con propósito.