Hablaré de un fenómeno: cada vez más personas, al viajar o trabajar en el extranjero, realmente experimentan las limitaciones del TradFi. No es por querer presumir, sino porque se ven obligados a sentirlo: la Tasa de cambio, altas comisiones, control de cuentas, estos costos invisibles están devorando cada una de tus transacciones transfronterizas.

Bajo el sistema tradicional, si deseas pagar facturas en el extranjero, cambiar divisas o incluso recibir pagos, debes pasar por un montón de intermediarios y esperar. Los "filtros" de los bancos parecen estar ahí para proteger, pero en realidad están estrangulando a los usuarios en términos de poder de fijación de precios y liquidez. Por eso muchas personas han comenzado a buscar una salida.

Las stablecoins, especialmente la aparición de tokens de protocolo como USDD, han cambiado las reglas del juego. No solo son activos digitales, sino que se asemejan a un "certificado de valor" de uso global. ¿Cuál es el beneficio más evidente?

Imagina que estás en un país extranjero: sin hacer fila para encontrar un punto de cambio, sin ser estafado por la tasa de cambio, solo sacas tu teléfono y puedes completar una transacción en segundos. Recibir tu salario, pagar facturas, transferir a amigos, todo se realiza a una velocidad casi en tiempo real, y el costo de las transacciones es prácticamente insignificante.

La clave es que esta lógica no depende de ninguna institución intermediaria. Tu dinero ya no está "atrapado" en un sistema de cuenta, sino que realmente circula. Para las personas que realizan transacciones transfronterizas con frecuencia, esto no solo es conveniente, sino que también representa una mejora sustancial en la libertad financiera.

Esto también explica por qué la popularidad de las stablecoins en el ámbito de los pagos globales sigue en aumento: toca precisamente el punto más rígido del sistema financiero tradicional.