Las plataformas que escalan a menudo pierden el rumbo

Esto es lo que sucede cuando los proyectos explotan demasiado rápido: olvidan de qué se trata realmente Web3.

Intentan convertirse en el centro de gravedad. Quieren controlar la narrativa, tomar todas las decisiones, ser la voz a la que todos escuchan. Movimiento clásico de Web2.

Pero así no es como funciona este espacio. Web3 se construyó sobre una premisa fundamentalmente diferente: ninguna entidad única debería tener todo el poder.

Algunos proyectos lo entienden. Algunos no. Elsa se destaca porque está diseñada de manera diferente: se niega a tomar el micrófono y dominar. En lugar de posicionarse como el protagonista, da un paso atrás y permite que la comunidad realmente lidere.

Esa es la diferencia entre los proyectos que solo se aprovechan del hype y aquellos que entienden la ética más profunda de la descentralización.