A menudo, entendemos que el ciclo del mercado ha llegado a su fin, pero aún queremos sacar provecho de él. Esto es obra de la avaricia humana.
Cuando miras una transmisión en vivo, tu análisis es claro y tu juicio es tranquilo. Una vez que te alejas de la pantalla, te conviertes en una máquina impulsada por instintos: sin restricciones racionales, solo preocupándote por perseguir esos beneficios etéreos.
¿Y los resultados? No estoy dispuesto a aceptar pérdidas, así que sigo entrando; pierdo de nuevo y vuelvo a entrar. Una derrota tras otra, la cuenta se reduce y mi mentalidad se desmorona. He experimentado la desesperación de perder tres operaciones seguidas, y en ese momento entendí realmente: controlar el riesgo es mucho más importante que perseguir ganancias.
Ahora finalmente me he calmado. Estas lecciones han costado un dineral.
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bridgeOops
· hace6h
Cuando perdí tres órdenes seguidas, casi me hace volver a mi forma original, ahora tengo que controlar mis manos incluso al mirar el mercado.
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LiquidationSurvivor
· hace6h
Tienes toda la razón, soy ese "tonto que está despierto cuando ve el directo, pero se deja llevar en cuanto se aleja de la pantalla".
A menudo, entendemos que el ciclo del mercado ha llegado a su fin, pero aún queremos sacar provecho de él. Esto es obra de la avaricia humana.
Cuando miras una transmisión en vivo, tu análisis es claro y tu juicio es tranquilo. Una vez que te alejas de la pantalla, te conviertes en una máquina impulsada por instintos: sin restricciones racionales, solo preocupándote por perseguir esos beneficios etéreos.
¿Y los resultados? No estoy dispuesto a aceptar pérdidas, así que sigo entrando; pierdo de nuevo y vuelvo a entrar. Una derrota tras otra, la cuenta se reduce y mi mentalidad se desmorona. He experimentado la desesperación de perder tres operaciones seguidas, y en ese momento entendí realmente: controlar el riesgo es mucho más importante que perseguir ganancias.
Ahora finalmente me he calmado. Estas lecciones han costado un dineral.