Hay un fenómeno que merece ser considerado: algunos proyectos que no tienen ningún negocio ni fuente de ingresos, desde el momento en que se lanzan, están destinados a tomar a la gente por tonta. Este tipo de monedas, sin importar los ciclos de fluctuación que experimenten, su valor esencial siempre es cero y, en última instancia, no pueden escapar del destino de caida a cero.

Por mucho que suba o baje el Bitcoin, no cambia el hecho de que este tipo de proyectos han sido vacíos desde el principio. Las tendencias pueden elevar los precios, pero no cambian los fundamentos.

Para tratar con este tipo de activos, la estrategia de los inteligentes es el juego a corto plazo, ganar un poco de diferencia y salir. En otras palabras, este es un juego de probabilidades: algunos ganan, otros se convierten en tontos. Si todavía piensas en mantener este tipo de proyectos a largo plazo, probablemente estás apostando a tu suerte. Comprender las reglas del juego antes de participar es la actitud más segura.