Aquí hay una desconexión extraña de la que no se habla lo suficiente: los estadounidenses se quejan constantemente de lo mala que es la economía, sin embargo, sus patrones de gasto reales cuentan una historia completamente diferente.
Se escucha en todas partes: la gente diciendo que las cosas están difíciles, que los precios los están matando, que el futuro se ve sombrío. Pero luego miras los datos? El gasto del consumidor se mantiene bastante sólido. La gente sigue comprando, sigue saliendo, sigue invirtiendo.
¿Entonces cuál es? ¿La economía realmente está luchando, o simplemente estamos catastrofizando mientras nuestras carteras hablan? La brecha entre el sentimiento y la realidad es fascinante. Podría ser que la ansiedad diaria de las personas no siempre coincida con lo que su comportamiento de gasto realmente revela. O tal vez la economía es regional—algunas personas realmente están sufriendo mientras que otras no sienten el apretón. Vale la pena pensar en esto cuando intentas entender lo que realmente está sucediendo allá afuera.
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DegenWhisperer
· hace11h
Hablar de pobreza pero gastar sin parar, esto es realmente increíble.
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MysteryBoxOpener
· hace11h
Decir que se es pobre pero comprar a lo loco... esto es realmente interesante.
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probably_nothing_anon
· hace11h
Gritando pobreza, pero la billetera es muy honesta, este es el lugar más mágico en este momento.
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SelfCustodyIssues
· hace11h
Bien dicho, esto es un típico caso de decir que se es pobre pero gastar dinero, la construcción mental y la acción real son dos cosas completamente diferentes. Creo que esto es el resultado de una combinación de diferencia de información y ansiedad.
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DancingCandles
· hace11h
ngl esto es un ejemplo típico de terquedad, Billetera es el más honesto
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AirdropDreamer
· hace11h
Diciendo que no hay dinero, pero los pedidos en mano nunca se detienen. Esta es la realidad mágica de ahora.
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ApeWithAPlan
· hace11h
Ngl, esta contradicción es realmente increíble... los estadounidenses que dicen ser pobres pero gastan dinero, son un típico caso de doble personalidad.
Aquí hay una desconexión extraña de la que no se habla lo suficiente: los estadounidenses se quejan constantemente de lo mala que es la economía, sin embargo, sus patrones de gasto reales cuentan una historia completamente diferente.
Se escucha en todas partes: la gente diciendo que las cosas están difíciles, que los precios los están matando, que el futuro se ve sombrío. Pero luego miras los datos? El gasto del consumidor se mantiene bastante sólido. La gente sigue comprando, sigue saliendo, sigue invirtiendo.
¿Entonces cuál es? ¿La economía realmente está luchando, o simplemente estamos catastrofizando mientras nuestras carteras hablan? La brecha entre el sentimiento y la realidad es fascinante. Podría ser que la ansiedad diaria de las personas no siempre coincida con lo que su comportamiento de gasto realmente revela. O tal vez la economía es regional—algunas personas realmente están sufriendo mientras que otras no sienten el apretón. Vale la pena pensar en esto cuando intentas entender lo que realmente está sucediendo allá afuera.