¿Quieres seguir ganando dinero cuando el mercado de valores cae en picado? La negociación de opciones hace que tu inversión sea diferente a partir de ahora

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Las inversiones en acciones parecen muy sencillas: comprar barato y vender caro para obtener ganancias. Pero, ¿tienes aún formas de obtener beneficios cuando el mercado cae o la volatilidad aumenta? La respuesta es sí, esa es la magia de las opciones.

¿Qué son exactamente las opciones? ¿Por qué las usan los traders?

Las opciones (en inglés Options), en esencia, son un derecho de elección. Otorgan al titular el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender un activo en un momento futuro a un precio previamente acordado—atención, es un “derecho” y no una “obligación”. Este activo puede ser una acción, un índice, una moneda o una mercancía.

En comparación con simplemente comprar o vender en corto, las opciones son consideradas los derivados financieros más flexibles, ya que pueden encontrar oportunidades en cualquier entorno de mercado. Ya sea que el mercado suba, baje o se mueva lateralmente, existen estrategias de opciones que se ajustan a cada escenario. Por eso, las opciones pueden usarse tanto para especular y obtener beneficios como para cubrir riesgos.

¿Por qué usar opciones en lugar de comprar acciones directamente?

Las opciones tienen tres ventajas principales:

Primero, una eficiencia de capital muy alta. No necesitas pagar el precio completo de la acción, solo la prima de la opción, que es mucho menor que el precio de la acción, y así puedes controlar un activo de gran tamaño. Esa es la fuerza del apalancamiento: usar una pequeña cantidad de margen para mover una gran cantidad de dinero.

En segundo lugar, se adaptan a diferentes condiciones de mercado. ¿Esperas que suba el precio de la acción? Compra una opción de compra (call). ¿Crees que bajará? Compra una opción de venta (put). Incluso en mercados laterales, existen combinaciones de opciones que pueden aprovecharse. La flexibilidad supera ampliamente a la inversión tradicional en acciones.

Y en tercer lugar, el riesgo es controlable y claro. Cuando compras una opción, tu pérdida máxima es la prima pagada—limitada y conocida. Esto hace que la gestión del riesgo sea predecible.

Los seis elementos clave para entender un contrato de opciones

Para comenzar a operar con opciones, debes entender la estructura básica del contrato:

Activo subyacente—el objeto de la operación, como una acción específica.

Tipo de operación—una opción de compra (Call) representa el derecho a comprar, y una opción de venta (Put) el derecho a vender.

Precio de ejercicio (precio de strike)—el precio al que se comprará o venderá el activo en el futuro. Elegir un precio de ejercicio adecuado es crucial. Por ejemplo, si se espera que los resultados financieros de una empresa sean negativos, sería mejor escoger una opción con vencimiento después de la publicación del informe.

Fecha de vencimiento—el último día en que la opción puede ejercerse. Después de esa fecha, el contrato caduca automáticamente y el derecho desaparece.

Prima de la opción—el precio que paga el comprador al vendedor por obtener ese derecho. En las opciones sobre acciones estadounidenses, cada contrato estandarizado cubre 100 acciones.

Multiplicador—determina la cantidad real que se entrega o recibe. La prima multiplicada por el multiplicador da el monto total de la inversión.

Cuatro formas básicas de operar con opciones

Comprar una opción de compra (call): apostar a que el precio subirá

Básicamente, esto es adquirir un certificado que te da el derecho a comprar la acción a un precio fijo en el futuro. Cuanto más suba la acción, mayor será tu ganancia; si baja, no hay problema, porque puedes optar por no ejercer y la pérdida máxima será la prima pagada.

Ejemplo: si el precio de Tesla está en 175 dólares, compras una opción de compra con strike en 180 dólares y prima de 6.93 dólares (coste de 693 dólares). Si el precio sube a 200 dólares, podrás comprar a 180 y vender a precio de mercado, ganando la diferencia. Pero si baja a 170 dólares, la pérdida máxima será de 693 dólares, sin más.

Característica de riesgo: ganancias potenciales ilimitadas, pérdidas limitadas a la prima.

Comprar una opción de venta (put): apostar a que el precio bajará

Este es el derecho a vender a un precio fijo. Cuanto más caiga la acción, mayor será tu beneficio. La pérdida máxima también será la prima pagada.

Por ejemplo, si estás en posición bajista sobre una acción, puedes crear una posición corta a bajo costo sin necesidad de vender en corto (que implica operaciones más complejas como pedir préstamos de acciones).

Característica de riesgo: ganancias limitadas, pérdidas limitadas a la prima.

Vender una opción de compra (call): apostar a que el precio no subirá o subirá poco

Recibes la prima. Si el precio no supera el strike, te quedas con toda la prima. Pero el riesgo es alto: si el precio sube mucho, quizás tengas que comprar las acciones a un precio alto para cumplir el contrato. Es la situación de “ganar la prima, perder en la diferencia”.

Característica de riesgo: ganancias limitadas a la prima, pérdidas potencialmente ilimitadas.

Vender una opción de venta (put): apostar a que el precio no bajará o bajará poco

Recibes la prima, esperando que el precio se mantenga estable. Pero si el mercado colapsa, podrías estar obligado a comprar las acciones a un precio mucho mayor que el valor de mercado. Por ejemplo, una put con strike en 160 dólares y prima de 3.61 dólares, si la acción cae mucho, tu pérdida puede superar los 15,000 dólares.

Característica de riesgo: ganancias limitadas a la prima, pérdidas potencialmente ilimitadas.

Cuatro sistemas para gestionar el riesgo en las opciones

La gestión del riesgo en las opciones se basa en cuatro palabras clave: evitar, controlar, diversificar, detener.

Evitar posiciones netamente cortas—No vendas demasiadas opciones. Cuando vendes más opciones de las que compras, tienes una posición netamente corta, con potencial de pérdida ilimitada. Comparado con comprar opciones (que solo pierden la prima), vender opciones tiene un nivel de riesgo muy diferente. Siempre debes asegurarte de que tus posiciones largas puedan cubrir los riesgos cortos.

Controlar estrictamente el tamaño de las posiciones—No pongas todo tu capital en opciones de un solo mes. La alta palanca de las opciones puede causar grandes ganancias o pérdidas con pequeños movimientos de precio. Si usas una estrategia de vender muchas opciones y comprar pocas, calcula el riesgo en función del valor total del contrato, no solo del margen. Por ejemplo, vender una put con strike en 172 dólares sobre 100 acciones implica un riesgo real de 17,200 dólares, no solo el margen que pagas.

Diversificar—No pongas todos los huevos en una sola cesta con opciones sobre una sola acción. Distribuir las posiciones en diferentes acciones, índices o commodities ayuda a reducir el riesgo de fallos en un solo punto.

Establecer stops—Especialmente en posiciones netamente cortas, los stops son fundamentales, porque las pérdidas pueden ser ilimitadas. Para los compradores netos (posiciones largas), dado que la pérdida máxima ya está limitada a la prima, los stops pueden ser más flexibles.

¿Opciones, futuros o CFDs, cuál elegir?

Las tres herramientas derivadas tienen ventajas distintas:

Opciones: máxima flexibilidad para el comprador, quien puede decidir ejercer o no. El vendedor asume la obligación. Apalancamiento moderado (20x a 100x). Ideales para quienes tienen una visión clara de una acción específica y un marco temporal definido.

Futuros: ambas partes deben cumplir, altamente estandarizados. Apalancamiento alto (más de 100x). Comisiones bajas. Adecuados para traders que confían en su dirección y pueden soportar mayor volatilidad.

CFDs: la herramienta más flexible y personalizable, con apalancamiento ajustable (hasta 200x). Para operaciones a corto plazo y con alta tolerancia al riesgo.

La diferencia clave: las opciones son menos sensibles a cambios pequeños en el precio del activo subyacente, por lo que si quieres aprovechar movimientos cortos y pequeños, los CFDs o futuros son más eficientes. Pero si buscas “seguro” y apuestas direccionales, la flexibilidad de las opciones no tiene igual.

El consejo final

Las opciones son como la “navaja suiza” de las inversiones: versátiles y poderosas, pero también requieren respeto. Sin importar si compras calls, vendes puts o usas estrategias combinadas, la herramienta solo te dará beneficios si tu análisis es correcto. Esto implica que:

  1. La investigación de mercado sigue siendo lo primero
  2. Entender la lógica de precios y riesgos de las opciones es imprescindible
  3. La disciplina en la gestión del riesgo es más importante que la elección del derivado

La magia de las opciones radica en su flexibilidad, pero eso también significa que debes gestionar activamente el riesgo. Domina los principios básicos, empieza con pequeñas operaciones y acumula experiencia de forma racional.

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