Durante más de sesenta años, la estructura demográfica mundial ha experimentado cambios significativos. La proporción de población en edad laboral de 15 a 64 años ha caído del nivel de 1960 al 55% actual, una disminución de 20 puntos porcentuales. Suena trivial, pero esto refleja una transformación global en el envejecimiento de la población.

Las diferencias regionales son especialmente evidentes. La región de Asia Oriental lidera, con una caída de 36 puntos porcentuales en la proporción de población activa hasta el 44%, casi la mitad del promedio mundial. La situación en Estados Unidos es relativamente más moderada, con una disminución de 13 puntos hasta el 54%. Lo interesante es que la Unión Europea incluso ha experimentado un crecimiento, aunque muy pequeño, de solo 2 puntos, alcanzando finalmente el 57%, principalmente gracias a la entrada de inmigrantes.

Los datos aún más impactantes llegan ahora. Desde 1980 hasta hoy, el número de países enfrentando una disminución en la población en edad laboral ha pasado de 2 a 50. Se predice que para 2040, este número aumentará a 77. En otras palabras, aproximadamente la mitad de los países del mundo estarán enfrentando una disminución en la ventana demográfica.

¿Qué significa esto para la economía? Las economías desarrolladas ya no crecen rápidamente, y un deterioro en la estructura demográfica será aún más un lastre para el crecimiento. Menos fuerza laboral, una carga de cuidado mayor, aumento de la presión fiscal: todos estos factores serán obstáculos principales para el crecimiento económico a largo plazo.