Homenaje a Satoshi Nakamoto — las dos leyes inmutables del tiempo y del interés compuesto nunca cambian por las personas.

Hablemos de un problema real: cuando el gobierno gasta dinero, ¿de dónde sale ese dinero? No hay más opciones que dos: o recauda impuestos (lo que equivale a sacar dinero de los bolsillos de la gente), o emite deuda (pide prestado a otros). ¿A cuál prefieren los políticos?

La respuesta es evidente. Aumentar impuestos provocará que los saquen del cargo, pero gastar dinero puede ganar votos. Por eso, su estrategia está bien pensada: en el día que la deuda explote, ya habrán dejado el cargo, y que venga la inundación. Este modo de operar ya está incrustado en el sistema en sus niveles más profundos.

Dado que todos los gobiernos prefieren la estrategia de "empréstitar para pagar deuda vieja", la siguiente pregunta es interesante: ¿quién compra deuda estadounidense? Y lo más importante, ¿con qué dinero lo hacen? ¿Con su propio dinero en efectivo o también con préstamos?

La respuesta a esta pregunta determina directamente cómo funciona la máquina de imprimir dólares. Si los compradores marginales de deuda estadounidense (es decir, los que aumentan la compra) también están comprando con dinero prestado, entonces debemos seguir la pista: ¿quién les presta ese dinero? ¿De dónde proviene el dinero de esas instituciones que otorgan los préstamos?

En pocas palabras, si estos prestamistas pueden crear dinero "de la nada" para prestar, toda la cadena forma un ciclo sorprendente: el gobierno emite deuda → los compradores toman prestado para comprarla → los prestamistas imprimen dinero de la nada. Esa es la verdadera fuerza motriz de la expansión monetaria.

Entender este mecanismo te permitirá ver cómo cambiará la oferta de dólares en el futuro. Y para los poseedores de Bitcoin, cuanto más loca sea esta partida, más se resaltará el valor del oro digital.