Fuente: CoinTribune
Título original: El desafío del oro de CZ a Schiff agita a la comunidad cripto
Enlace original: https://www.cointribune.com/en/czs-gold-challenge-to-schiff-stirs-crypto-community/
Durante la Blockchain Week, Peter Schiff, economista y ferviente defensor del oro, se encontró en una situación incómoda frente a CZ, cofundador de un exchange líder.
Este último le entregó un lingote de oro de 1.000 gramos marcado de la siguiente manera: “Kirguistán, 1.000 gramos, oro fino, 999,9”, con un número de serie. Luego vino la pregunta simple pero inquietante: “¿Es oro de verdad?”, preguntó CZ. “No lo sé”, respondió Peter Schiff.
Esta respuesta provocó risas y aplausos del público, compuesto en su mayoría por partidarios de bitcoin y actores de Web3. La incomodidad de Schiff es aún más notable ya que promueve activamente la tokenización del oro, presentándolo como una alternativa creíble al bitcoin en entornos DeFi.
Esta demostración pone de manifiesto una serie de contrastes concretos entre ambos activos, en torno al tema central de la confianza verificable:
Bitcoin es verificable al instante mediante medios criptográficos accesibles para cualquier usuario con un nodo completo;
Un lingote de oro requiere herramientas especializadas, a menudo costosas o destructivas, para garantizar su autenticidad;
El oro depende de un sistema de confianza centralizado, que incluye custodio, emisor y auditor;
Bitcoin no requiere de terceros de confianza para su control, auditoría o transferencia.
Este intercambio cristaliza un debate fundamental: la confianza en los activos. Para CZ, esta escena ilustra la superioridad de bitcoin como reserva de valor verificable por todos, en cualquier momento. En octubre, CZ criticó el oro tokenizado, afirmando que el poseedor debe confiar en el emisor, lo que llevó al enfrentamiento del jueves con Peter Schiff.
Por su parte, Peter Schiff sigue defendiendo la idea de que el oro tokenizado podría, en su opinión, combinar las ventajas del oro físico y la blockchain. Sin embargo, la escena parece revelar una debilidad difícil de ignorar: la verificación del oro, incluso en un contexto digital, sigue dependiendo del activo físico y de los actores que lo certifican.
La verificación instantánea imposible del oro físico: un problema estructural
El momento de duda en el escenario no se debió a un lapsus ni a falta de experiencia. Hace referencia a una dificultad bien conocida por los profesionales del sector: verificar el oro es un proceso complejo, costoso y rara vez instantáneo.
Según los estándares de la London Bullion Market Association (LBMA), solo el “fire assaying”, una técnica de fundición de metal, ofrece una certeza del 100% sobre el contenido del metal precioso. Sin embargo, este método es considerado destructivo por la LBMA, ya que implica fundir la muestra.
Otros métodos como la espectroscopía XRF, las pruebas por ultrasonidos o las pruebas de corrientes de Foucault se consideran incompletos o limitados en precisión, especialmente para objetos gruesos. Ninguna de estas pruebas, señala la LBMA, puede considerarse actualmente una solución de verificación no destructiva totalmente fiable.
Aquí es donde reside uno de los principales puntos de fricción entre el oro físico y bitcoin. Mientras que la tokenización del oro promete cierta fluidez en el uso digital, sigue dependiendo estructuralmente de la calidad e integridad del activo subyacente.
Un token que representa oro solo tiene valor si el oro es real, está debidamente almacenado y la tercera parte emisora es de confianza. Esto implica una cadena de custodia, auditorías frecuentes y una centralización que contradicen los principios fundacionales de la blockchain.
Bitcoin, en cambio, se apoya en una arquitectura intrínsecamente verificable, accesible para todos mediante un nodo completo o exploradores de blockchain. No depende de ningún tercero, no requiere auditoría física y garantiza la trazabilidad inmediata gracias a su libro de registros criptográfico.
El intercambio entre CZ y Schiff pone de relieve las tensiones persistentes entre las finanzas tradicionales y las innovaciones impulsadas por DeFi. Aunque el oro mantiene su aura, su verificación sigue siendo opaca en comparación con la transparencia algorítmica de bitcoin. Tal contraste ilustra las nuevas exigencias de confianza en la economía digital.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
12 me gusta
Recompensa
12
2
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
ForkMonger
· 12-05 09:50
Schiff sigue aferrándose a reliquias bárbaras mientras las estructuras de gobernanza se desmoronan a su alrededor... la ironía es casi demasiado perfecta jaja
Ver originalesResponder0
PebbleHander
· 12-05 09:34
Jaja, CZ sí que se atreve, hace falta alguien que le replique a ese fósil de Schiff.
El desafío de oro de CZ a Schiff agita a la comunidad cripto
Fuente: CoinTribune
Título original: El desafío del oro de CZ a Schiff agita a la comunidad cripto
Enlace original: https://www.cointribune.com/en/czs-gold-challenge-to-schiff-stirs-crypto-community/
Durante la Blockchain Week, Peter Schiff, economista y ferviente defensor del oro, se encontró en una situación incómoda frente a CZ, cofundador de un exchange líder.
Este último le entregó un lingote de oro de 1.000 gramos marcado de la siguiente manera: “Kirguistán, 1.000 gramos, oro fino, 999,9”, con un número de serie. Luego vino la pregunta simple pero inquietante: “¿Es oro de verdad?”, preguntó CZ. “No lo sé”, respondió Peter Schiff.
Esta respuesta provocó risas y aplausos del público, compuesto en su mayoría por partidarios de bitcoin y actores de Web3. La incomodidad de Schiff es aún más notable ya que promueve activamente la tokenización del oro, presentándolo como una alternativa creíble al bitcoin en entornos DeFi.
Esta demostración pone de manifiesto una serie de contrastes concretos entre ambos activos, en torno al tema central de la confianza verificable:
Este intercambio cristaliza un debate fundamental: la confianza en los activos. Para CZ, esta escena ilustra la superioridad de bitcoin como reserva de valor verificable por todos, en cualquier momento. En octubre, CZ criticó el oro tokenizado, afirmando que el poseedor debe confiar en el emisor, lo que llevó al enfrentamiento del jueves con Peter Schiff.
Por su parte, Peter Schiff sigue defendiendo la idea de que el oro tokenizado podría, en su opinión, combinar las ventajas del oro físico y la blockchain. Sin embargo, la escena parece revelar una debilidad difícil de ignorar: la verificación del oro, incluso en un contexto digital, sigue dependiendo del activo físico y de los actores que lo certifican.
La verificación instantánea imposible del oro físico: un problema estructural
El momento de duda en el escenario no se debió a un lapsus ni a falta de experiencia. Hace referencia a una dificultad bien conocida por los profesionales del sector: verificar el oro es un proceso complejo, costoso y rara vez instantáneo.
Según los estándares de la London Bullion Market Association (LBMA), solo el “fire assaying”, una técnica de fundición de metal, ofrece una certeza del 100% sobre el contenido del metal precioso. Sin embargo, este método es considerado destructivo por la LBMA, ya que implica fundir la muestra.
Otros métodos como la espectroscopía XRF, las pruebas por ultrasonidos o las pruebas de corrientes de Foucault se consideran incompletos o limitados en precisión, especialmente para objetos gruesos. Ninguna de estas pruebas, señala la LBMA, puede considerarse actualmente una solución de verificación no destructiva totalmente fiable.
Aquí es donde reside uno de los principales puntos de fricción entre el oro físico y bitcoin. Mientras que la tokenización del oro promete cierta fluidez en el uso digital, sigue dependiendo estructuralmente de la calidad e integridad del activo subyacente.
Un token que representa oro solo tiene valor si el oro es real, está debidamente almacenado y la tercera parte emisora es de confianza. Esto implica una cadena de custodia, auditorías frecuentes y una centralización que contradicen los principios fundacionales de la blockchain.
Bitcoin, en cambio, se apoya en una arquitectura intrínsecamente verificable, accesible para todos mediante un nodo completo o exploradores de blockchain. No depende de ningún tercero, no requiere auditoría física y garantiza la trazabilidad inmediata gracias a su libro de registros criptográfico.
El intercambio entre CZ y Schiff pone de relieve las tensiones persistentes entre las finanzas tradicionales y las innovaciones impulsadas por DeFi. Aunque el oro mantiene su aura, su verificación sigue siendo opaca en comparación con la transparencia algorítmica de bitcoin. Tal contraste ilustra las nuevas exigencias de confianza en la economía digital.