Misteriosa historia de lavado de dinero con USDT por parte de una belleza rusa ¡Revelada! Décadas de miles de millones de dólares financiando operaciones de espionaje y asesinato
La Oficina Nacional de Lucha contra el Crimen (NCA) del Reino Unido publicó el 20 de noviembre un informe impactante que revela la ruta del dinero desaparecido tras el colapso de Wirecard en 2020: un agujero negro con un valor de varios miles de millones de euros, que se cree fue blanqueado por Jan Marsalek, ex director de operaciones de espías rusos, a través de la red de criptomonedas “Smart” y USDT, para financiar operaciones de espionaje y asesinatos en las calles de Londres.
El flujo de fondos del agujero negro de Wirecard hacia redes de espías rusos
(Fuente: OCCRP)
La NCA revela que los fondos saqueados de Wirecard entraron en Londres a través de la red “Smart”, y que estos fondos se utilizaron para operaciones de espionaje y asesinato, demostrando que las criptomonedas están siendo armadas. Desde un agujero negro contable hasta asesinatos en las calles, la ruta del dinero se ha reconstruido por primera vez. La NCA indica que Marsalek no utilizó el sistema SWIFT bancario, sino que dependió de la red “Smart” fundada por la empresaria rusa Ekaterina Zhdanova, que compraba efectivo de cárteles de drogas y estafadores en el Reino Unido, y lo convertía en Tether (USDT), permitiendo que el dinero saltara rápidamente a través de la blockchain cruzando fronteras.
Se sabe que Smart ofrece a sus clientes una liquidez enorme, abarcando desde la cadena televisiva sancionada “Today Russia” hasta grupos criminales de la familia Khin. Smart actúa como una casa de liquidación ilegal, recibiendo efectivo en un país y proporcionando fondos equivalentes en otro. Este servicio de liquidación transfronteriza, en el sistema financiero tradicional, requiere licencias bancarias y regulaciones, pero Smart evade toda supervisión mediante criptomonedas, creando una red de liquidación global completamente underground.
Los registros de la investigación muestran que solo Zhdanova ayudó a los oligarcas a mover más de 1.000 millones de dólares fuera de Rusia. La red Smart ha sido calificada como un “servicio de lavado de dinero de alta frecuencia”. Es posible que esta cifra sea solo la punta del iceberg, ya que la investigación de la NCA es limitada, y el volumen real de fondos que pasa por Smart podría alcanzar decenas de miles de millones de dólares. Zhdanova, como empresaria rusa, utilizó su red comercial y conocimientos en criptomonedas para construir este enorme imperio de lavado de dinero.
Además, los seis búlgaros recientemente condenados, que vigilaban a periodistas en Londres y planificaban ataques para una agencia de inteligencia rusa, recibieron 45,000 libras esterlinas en recompensas, transferidas a través de Smart. El tribunal dictó una sentencia máxima de diez años de cárcel, marcando la primera vez que un vínculo físico violento en la cadena Smart fue reconocido judicialmente. Este caso revela una nueva dimensión del lavado de dinero con criptomonedas: no solo para blanquear ganancias de drogas y estafas, sino también para financiar directamente actividades de espionaje y asesinatos políticos.
Mecanismo de funcionamiento de la red Smart
Recolección de efectivo: Compra de efectivo de cárteles de drogas y estafadores en 28 ciudades del Reino Unido
Conversión en criptomonedas: Cambio de efectivo a USDT u stablecoins, eliminando registros bancarios
Liquidación transfronteriza: Transferencias rápidas de fondos mediante blockchain hacia países destino
Finalidad última: Financiar actividades de inteligencia rusa, espionaje y planes de asesinato
Esta cadena de fondos, desde las calles hasta la guerra entre naciones, demuestra que las criptomonedas están siendo armadas y convertidas en una nueva herramienta en la guerra híbrida.
La desaparición total de las fronteras entre dinero en efectivo y geopolítica
El vicejefe de crímenes económicos de la NCA, Sal Melki, advierte: «Esta cadena de fondos conecta directamente el narcotráfico callejero con el crimen organizado global y las actividades terroristas financiadas por estados». En otras palabras, una transacción de drogas en un callejón de Londres puede convertirse al día siguiente en explosivos para drones en alta mar, o en fondos para organizaciones de asesinato en el extranjero.
Esta advertencia revela una nueva amenaza en la seguridad nacional relacionada con las criptomonedas. Tradicionalmente, el narcotráfico, el crimen organizado y el terrorismo financiado por estados eran ámbitos separados, con sus propias cadenas de fondos y modos de operación. Sin embargo, la red Smart, mediante criptomonedas, conecta estos tres ámbitos sin fisuras. El dinero en efectivo obtenido en las calles por los traficantes puede convertirse en USDT a través de Smart y ser utilizado inmediatamente por los servicios de inteligencia rusos para pagar recompensas a espías o comprar servicios de asesinato. La inmediatez y el alcance global de esta red superan con mucho a las casas de cambio clandestinas tradicionales.
Para cortar esta cadena de transporte, la policía británica lanzó la operación “Destabilise”, arrestando a 45 sospechosos y confiscando millones de libras en efectivo en el último año. Sin embargo, las autoridades admiten que la velocidad y la complejidad de estas redes descentralizadas superan las capacidades tradicionales de investigación. Los 45 detenidos son solo una pequeña parte de una red que opera en al menos 28 ciudades del Reino Unido, lo que implica que podrían participar varios cientos, incluso miles, de personas.
El enfoque regulatorio también está cambiando de “¿se usa criptomonedas?” a “¿qué comportamientos hay detrás de las wallets?”. Las autoridades revelan que no se fijan en transacciones individuales, sino en el patrón de “saltos” en múltiples cadenas en cortos períodos, y en la conversión rápida en OTC (over-the-counter). Un oficial que participa en la investigación describe a la red Smart como poner un motor de turbina en una casa de cambio clandestina, haciendo que el seguimiento sea una carrera contra los algoritmos.
Colaboración entre EE. UU. y Reino Unido pero con diferencias de enfoque
Desde que la administración Trump regresó a la Casa Blanca en 2025, EE. UU. ha adoptado una postura más tolerante hacia las criptomonedas comerciales, lo que ha impulsado la recuperación del mercado. Sin embargo, en cuanto el flujo financiero toca temas de asesinato o inteligencia hostil, EE. UU. y Reino Unido no dudan en sancionar y congelar wallets. El informe de la NCA ha llevado a la creación de un grupo de trabajo conjunto entre las agencias de inteligencia financiera de ambos países, cruzando datos de direcciones en blockchain y listas de entrada y salida en fronteras, con la esperanza de adelantarse en la resolución del “misterio Marsalek”.
Esta divergencia refleja la complejidad actual de la regulación de las criptomonedas. Mientras EE. UU., bajo Trump, ha tenido una política favorable que ha derogado varias acciones de la SEC y promovido legislación en criptomonedas, creando un entorno más relajado que estimula el crecimiento y la innovación, la actitud cambia radicalmente cuando se trata de amenazas a la seguridad nacional. Este doble estándar es, en realidad, una postura pragmática: apoyar los negocios legítimos en criptomonedas, pero combatir con firmeza su uso en actividades de inteligencia enemiga.
Por su parte, el Reino Unido mantiene una postura más estricta y cautelosa. Las regulaciones financieras en el país exigen que todas las empresas de criptomonedas en Reino Unido se registren y cumplan con las normas AML (antilavado). La existencia de la red Smart en varias ciudades revela las insuficiencias de estas regulaciones. Aunque las reglas existen, la escasez de recursos y capacidades técnicas limita la vigilancia sobre muchas actividades criptográficas underground.
La creación del grupo de trabajo conjunto simboliza la colaboración profunda en inteligencia entre ambos países. Cruzar datos de blockchain y listas de entrada y salida en fronteras es un método innovador, combinando análisis de blockchain y técnicas tradicionales de inteligencia. Si una wallet tiene transacciones con un conocido espía ruso o personas relacionadas, será marcada y vigilada continuamente. La efectividad de este método depende de la calidad de la inteligencia y del análisis, pero al menos proporciona una nueva herramienta para rastrear actividades criptográficas apoyadas por estados.
De fraude financiero a preludio de una guerra híbrida en el caso Wirecard
El escándalo Wirecard, considerado un ejemplo de fallas regulatorias alemanas, ahora se convierte en un preludio para entender la armamentización financiera. Desde cuentas ficticias hasta asesinatos en la calle, Marsalek ha logrado que el capital cambie de rol en una autopista incontrolable. Para las autoridades, el campo de batalla ya no está en los libros de bancos, sino en nodos y hashes dispersos por todo el mundo.
El colapso de Wirecard en 2020 conmocionó al mundo financiero. La compañía alemana de procesamiento de pagos se descubrió con 1.9 mil millones de euros en efectivo que no existían, y toda la estructura se basaba en fraudes contables. En ese momento, se vio como un caso de estafa corporativa y fallos regulatorios. Sin embargo, el informe de la NCA cambió radicalmente esa narrativa: Wirecard no fue solo un fraude financiero, sino una fuente de fondos para las actividades de inteligencia rusas.
Marsalek, como ex director de operaciones de Wirecard, es considerado un espía ruso. Antes del colapso, huyó a Rusia y aún está prófugo. La investigación de la NCA muestra que los miles de millones de euros saqueados de Wirecard no desaparecieron, sino que fueron convertidos en criptomonedas a través de la red Smart, y finalmente dirigidos a actividades de inteligencia en Rusia. Este proceso de transferencia de fondos empleó técnicas avanzadas de lavado: primero convertir euros en efectivo, luego recolectar efectivo en varios países, intercambiarlo por USDT y, mediante el patrón de salto, transferirlo entre múltiples cadenas para eliminar rastros.
Con la colaboración de analistas de blockchain y agencias de inteligencia, en el futuro será posible identificar wallets de alto riesgo antes de que transfieran fondos ilícitos. Pero la existencia de la red Smart también advierte a todos los países: mientras exista efectivo, criptomonedas y conflictos políticos, el dinero podrá seguir cambiando de forma libre. La partida de gato y ratón no tendrá fin, y el caso Wirecard solo es la primera ficha que cae. Esta visión pesimista refleja la dificultad fundamental que enfrentan las autoridades: las características técnicas de las criptomonedas las hacen intrínsecamente aptas para el crimen transfronterizo, y los límites de soberanía dificultan la coordinación global.
El concepto de armamentización financiera ya no es solo una teoría, sino una realidad. Cuando actores estatales utilizan criptomonedas para evadir sanciones, financiar actividades de inteligencia y asesinar, el sistema financiero se convierte en arma de guerra. Rusia, a través de redes como Smart, ha logrado transformar fondos de crimen callejero en herramientas de enfrentamiento contra Occidente. Este ciclo de fondos irónico —dinero de traficantes británicos usado para atacar periodistas y disidentes en el Reino Unido— revela la fragilidad del sistema financiero global en tiempos de confrontación entre naciones.
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Misteriosa historia de lavado de dinero con USDT por parte de una belleza rusa ¡Revelada! Décadas de miles de millones de dólares financiando operaciones de espionaje y asesinato
La Oficina Nacional de Lucha contra el Crimen (NCA) del Reino Unido publicó el 20 de noviembre un informe impactante que revela la ruta del dinero desaparecido tras el colapso de Wirecard en 2020: un agujero negro con un valor de varios miles de millones de euros, que se cree fue blanqueado por Jan Marsalek, ex director de operaciones de espías rusos, a través de la red de criptomonedas “Smart” y USDT, para financiar operaciones de espionaje y asesinatos en las calles de Londres.
El flujo de fondos del agujero negro de Wirecard hacia redes de espías rusos
(Fuente: OCCRP)
La NCA revela que los fondos saqueados de Wirecard entraron en Londres a través de la red “Smart”, y que estos fondos se utilizaron para operaciones de espionaje y asesinato, demostrando que las criptomonedas están siendo armadas. Desde un agujero negro contable hasta asesinatos en las calles, la ruta del dinero se ha reconstruido por primera vez. La NCA indica que Marsalek no utilizó el sistema SWIFT bancario, sino que dependió de la red “Smart” fundada por la empresaria rusa Ekaterina Zhdanova, que compraba efectivo de cárteles de drogas y estafadores en el Reino Unido, y lo convertía en Tether (USDT), permitiendo que el dinero saltara rápidamente a través de la blockchain cruzando fronteras.
Se sabe que Smart ofrece a sus clientes una liquidez enorme, abarcando desde la cadena televisiva sancionada “Today Russia” hasta grupos criminales de la familia Khin. Smart actúa como una casa de liquidación ilegal, recibiendo efectivo en un país y proporcionando fondos equivalentes en otro. Este servicio de liquidación transfronteriza, en el sistema financiero tradicional, requiere licencias bancarias y regulaciones, pero Smart evade toda supervisión mediante criptomonedas, creando una red de liquidación global completamente underground.
Los registros de la investigación muestran que solo Zhdanova ayudó a los oligarcas a mover más de 1.000 millones de dólares fuera de Rusia. La red Smart ha sido calificada como un “servicio de lavado de dinero de alta frecuencia”. Es posible que esta cifra sea solo la punta del iceberg, ya que la investigación de la NCA es limitada, y el volumen real de fondos que pasa por Smart podría alcanzar decenas de miles de millones de dólares. Zhdanova, como empresaria rusa, utilizó su red comercial y conocimientos en criptomonedas para construir este enorme imperio de lavado de dinero.
Además, los seis búlgaros recientemente condenados, que vigilaban a periodistas en Londres y planificaban ataques para una agencia de inteligencia rusa, recibieron 45,000 libras esterlinas en recompensas, transferidas a través de Smart. El tribunal dictó una sentencia máxima de diez años de cárcel, marcando la primera vez que un vínculo físico violento en la cadena Smart fue reconocido judicialmente. Este caso revela una nueva dimensión del lavado de dinero con criptomonedas: no solo para blanquear ganancias de drogas y estafas, sino también para financiar directamente actividades de espionaje y asesinatos políticos.
Mecanismo de funcionamiento de la red Smart
Recolección de efectivo: Compra de efectivo de cárteles de drogas y estafadores en 28 ciudades del Reino Unido
Conversión en criptomonedas: Cambio de efectivo a USDT u stablecoins, eliminando registros bancarios
Liquidación transfronteriza: Transferencias rápidas de fondos mediante blockchain hacia países destino
Finalidad última: Financiar actividades de inteligencia rusa, espionaje y planes de asesinato
Esta cadena de fondos, desde las calles hasta la guerra entre naciones, demuestra que las criptomonedas están siendo armadas y convertidas en una nueva herramienta en la guerra híbrida.
La desaparición total de las fronteras entre dinero en efectivo y geopolítica
El vicejefe de crímenes económicos de la NCA, Sal Melki, advierte: «Esta cadena de fondos conecta directamente el narcotráfico callejero con el crimen organizado global y las actividades terroristas financiadas por estados». En otras palabras, una transacción de drogas en un callejón de Londres puede convertirse al día siguiente en explosivos para drones en alta mar, o en fondos para organizaciones de asesinato en el extranjero.
Esta advertencia revela una nueva amenaza en la seguridad nacional relacionada con las criptomonedas. Tradicionalmente, el narcotráfico, el crimen organizado y el terrorismo financiado por estados eran ámbitos separados, con sus propias cadenas de fondos y modos de operación. Sin embargo, la red Smart, mediante criptomonedas, conecta estos tres ámbitos sin fisuras. El dinero en efectivo obtenido en las calles por los traficantes puede convertirse en USDT a través de Smart y ser utilizado inmediatamente por los servicios de inteligencia rusos para pagar recompensas a espías o comprar servicios de asesinato. La inmediatez y el alcance global de esta red superan con mucho a las casas de cambio clandestinas tradicionales.
Para cortar esta cadena de transporte, la policía británica lanzó la operación “Destabilise”, arrestando a 45 sospechosos y confiscando millones de libras en efectivo en el último año. Sin embargo, las autoridades admiten que la velocidad y la complejidad de estas redes descentralizadas superan las capacidades tradicionales de investigación. Los 45 detenidos son solo una pequeña parte de una red que opera en al menos 28 ciudades del Reino Unido, lo que implica que podrían participar varios cientos, incluso miles, de personas.
El enfoque regulatorio también está cambiando de “¿se usa criptomonedas?” a “¿qué comportamientos hay detrás de las wallets?”. Las autoridades revelan que no se fijan en transacciones individuales, sino en el patrón de “saltos” en múltiples cadenas en cortos períodos, y en la conversión rápida en OTC (over-the-counter). Un oficial que participa en la investigación describe a la red Smart como poner un motor de turbina en una casa de cambio clandestina, haciendo que el seguimiento sea una carrera contra los algoritmos.
Colaboración entre EE. UU. y Reino Unido pero con diferencias de enfoque
Desde que la administración Trump regresó a la Casa Blanca en 2025, EE. UU. ha adoptado una postura más tolerante hacia las criptomonedas comerciales, lo que ha impulsado la recuperación del mercado. Sin embargo, en cuanto el flujo financiero toca temas de asesinato o inteligencia hostil, EE. UU. y Reino Unido no dudan en sancionar y congelar wallets. El informe de la NCA ha llevado a la creación de un grupo de trabajo conjunto entre las agencias de inteligencia financiera de ambos países, cruzando datos de direcciones en blockchain y listas de entrada y salida en fronteras, con la esperanza de adelantarse en la resolución del “misterio Marsalek”.
Esta divergencia refleja la complejidad actual de la regulación de las criptomonedas. Mientras EE. UU., bajo Trump, ha tenido una política favorable que ha derogado varias acciones de la SEC y promovido legislación en criptomonedas, creando un entorno más relajado que estimula el crecimiento y la innovación, la actitud cambia radicalmente cuando se trata de amenazas a la seguridad nacional. Este doble estándar es, en realidad, una postura pragmática: apoyar los negocios legítimos en criptomonedas, pero combatir con firmeza su uso en actividades de inteligencia enemiga.
Por su parte, el Reino Unido mantiene una postura más estricta y cautelosa. Las regulaciones financieras en el país exigen que todas las empresas de criptomonedas en Reino Unido se registren y cumplan con las normas AML (antilavado). La existencia de la red Smart en varias ciudades revela las insuficiencias de estas regulaciones. Aunque las reglas existen, la escasez de recursos y capacidades técnicas limita la vigilancia sobre muchas actividades criptográficas underground.
La creación del grupo de trabajo conjunto simboliza la colaboración profunda en inteligencia entre ambos países. Cruzar datos de blockchain y listas de entrada y salida en fronteras es un método innovador, combinando análisis de blockchain y técnicas tradicionales de inteligencia. Si una wallet tiene transacciones con un conocido espía ruso o personas relacionadas, será marcada y vigilada continuamente. La efectividad de este método depende de la calidad de la inteligencia y del análisis, pero al menos proporciona una nueva herramienta para rastrear actividades criptográficas apoyadas por estados.
De fraude financiero a preludio de una guerra híbrida en el caso Wirecard
El escándalo Wirecard, considerado un ejemplo de fallas regulatorias alemanas, ahora se convierte en un preludio para entender la armamentización financiera. Desde cuentas ficticias hasta asesinatos en la calle, Marsalek ha logrado que el capital cambie de rol en una autopista incontrolable. Para las autoridades, el campo de batalla ya no está en los libros de bancos, sino en nodos y hashes dispersos por todo el mundo.
El colapso de Wirecard en 2020 conmocionó al mundo financiero. La compañía alemana de procesamiento de pagos se descubrió con 1.9 mil millones de euros en efectivo que no existían, y toda la estructura se basaba en fraudes contables. En ese momento, se vio como un caso de estafa corporativa y fallos regulatorios. Sin embargo, el informe de la NCA cambió radicalmente esa narrativa: Wirecard no fue solo un fraude financiero, sino una fuente de fondos para las actividades de inteligencia rusas.
Marsalek, como ex director de operaciones de Wirecard, es considerado un espía ruso. Antes del colapso, huyó a Rusia y aún está prófugo. La investigación de la NCA muestra que los miles de millones de euros saqueados de Wirecard no desaparecieron, sino que fueron convertidos en criptomonedas a través de la red Smart, y finalmente dirigidos a actividades de inteligencia en Rusia. Este proceso de transferencia de fondos empleó técnicas avanzadas de lavado: primero convertir euros en efectivo, luego recolectar efectivo en varios países, intercambiarlo por USDT y, mediante el patrón de salto, transferirlo entre múltiples cadenas para eliminar rastros.
Con la colaboración de analistas de blockchain y agencias de inteligencia, en el futuro será posible identificar wallets de alto riesgo antes de que transfieran fondos ilícitos. Pero la existencia de la red Smart también advierte a todos los países: mientras exista efectivo, criptomonedas y conflictos políticos, el dinero podrá seguir cambiando de forma libre. La partida de gato y ratón no tendrá fin, y el caso Wirecard solo es la primera ficha que cae. Esta visión pesimista refleja la dificultad fundamental que enfrentan las autoridades: las características técnicas de las criptomonedas las hacen intrínsecamente aptas para el crimen transfronterizo, y los límites de soberanía dificultan la coordinación global.
El concepto de armamentización financiera ya no es solo una teoría, sino una realidad. Cuando actores estatales utilizan criptomonedas para evadir sanciones, financiar actividades de inteligencia y asesinar, el sistema financiero se convierte en arma de guerra. Rusia, a través de redes como Smart, ha logrado transformar fondos de crimen callejero en herramientas de enfrentamiento contra Occidente. Este ciclo de fondos irónico —dinero de traficantes británicos usado para atacar periodistas y disidentes en el Reino Unido— revela la fragilidad del sistema financiero global en tiempos de confrontación entre naciones.