Fuente: Sitio web de la SEC; Traducción: Jinse Caijing
El presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC), Paul S. Atkins, pronunció un discurso el 15 de diciembre, hora local, en la mesa redonda de la SEC sobre criptomonedas en la que se abordaron la supervisión financiera y la privacidad. Indicó que, la blockchain tiene una capacidad extremadamente potente en la relación de transacciones y en la identificación de remitentes; si la regulación no se encamina adecuadamente, el ecosistema de criptomonedas podría ser empujado hacia “la estructura de supervisión financiera más poderosa jamás vista”.
Paul S. Atkins advirtió que, si el gobierno considera “cada monedero como un corredor, cada línea de código como una bolsa, y requiere reportar cada transacción”, convertirá la industria en “una prisión panorámica de supervisión financiera”. Pero también enfatizó que aún existe un camino viable que equilibra seguridad e innovación sin sacrificar la privacidad personal. La discusión sobre los límites de la privacidad y regulación en la blockchain se está convirtiendo en una cuestión central de supervisión.
A continuación, el discurso completo de Paul S. Atkins:
Damas y caballeros, buenas tardes, gracias por su presencia. Primero, quiero agradecer a la comisionada Hester Peirce y a todo el grupo de trabajo sobre criptomonedas por organizar esta mesa redonda. También quiero agradecer a los distinguidos miembros del equipo de expertos, quienes incansablemente han llegado a Washington para compartir sus perspectivas sobre la privacidad financiera del siglo XXI. Antes de expresar mis propias opiniones, debo reiterar que los puntos que hoy comparto reflejan únicamente mi visión personal, y no necesariamente representan la postura de la SEC u otros comisionados.
Los participantes en esta mesa redonda abordarán una cuestión fundamentalmente estadounidense: ¿Pueden las personas participar en actividades financieras modernas sin sacrificar su privacidad? Esta contradicción plantea muchas preguntas importantes. Por un lado, el gobierno federal tiene la obligación de proteger a los ciudadanos estadounidenses de amenazas y riesgos a la seguridad nacional, incluyendo medidas como la Ley de Secreto Bancario para frenar actividades financieras ilegales, que son acciones del Departamento del Tesoro y otras agencias. Por otro lado, uno de los valores fundamentales de Estados Unidos es la capacidad de los ciudadanos para gestionar sus asuntos personales (incluidos los financieros) sin ser vigilados por el gobierno u otras entidades.
La aparición de las criptomonedas ha impulsado esta discusión, brindándonos una oportunidad única para reflexionar sobre ella en el contexto tecnológico del siglo XXI. Desde enero de este año, el actual gobierno ha enfatizado la devolución del poder a los estadounidenses, permitiéndoles gestionar sus propios asuntos, incluyendo en el ámbito de las criptomonedas.
Desde nuestra perspectiva, la SEC debe reconocer los logros en equilibrar la protección del inversor y la privacidad. La comisión ha desarrollado herramientas como el Sistema de Seguimiento de Auditorías Integradas (CAT), el repositorio de datos de swaps y el formulario PF, y afirma que estas son esenciales para proteger a los inversores, combatir fraudes y mantener la seguridad del mercado. Sin embargo, la demanda interminable del gobierno por datos ha llevado a una expansión constante de estas herramientas, poniendo en peligro cada vez más la libertad de los inversores estadounidenses y haciéndolos asumir costos que a menudo generan poco beneficio, ya que el gobierno incluso no utiliza toda la información presentada. Por ejemplo, aunque la creación de CAT tenía como objetivo comprender mejor las transacciones en distintos mercados, al final se convirtió en un sistema potente que acerca a la SEC a una supervisión masiva. Por ello, hemos tomado medidas para reducir algunos de los elementos de datos más sensibles en CAT y reevaluar su alcance y costo.
Friedrich Hayek, en su obra “La fatal arrogancia”, criticó la creencia de muchos funcionarios del gobierno de que la solución a los problemas consiste en reunir a suficientes personas inteligentes en una habitación y recopilar la suficiente información para que estas personas omniscientes puedan, basándose en toda esa información, encontrar una solución perfecta. Sin embargo, ya hemos visto cuán ineficaz —o incluso inviable— es este método en la práctica. ¡Cuán acertada es la visión de Hayek!
Con la aparición de las criptomonedas, es fácil imaginar que en el futuro el gobierno y una serie de intermediarios podrán espiar casi todos los aspectos de la vida financiera de las personas. Es probable que los reguladores tengan un fuerte deseo de acceder a datos, pero esta tendencia es claramente incompatible con la esencia de la sociedad libre que hizo brillante a Estados Unidos.
Por ello, los reguladores deben mantener la humildad y los principios al aprovechar las oportunidades que brindan las criptomonedas. En la era analógica, la supervisión financiera estaba naturalmente limitada por registros en papel, distancias físicas y procedimientos manuales. Aunque estos retrasos puedan ser inconvenientes para el gobierno, también limitan automáticamente la cantidad de información que la comisión puede obtener sobre cualquier inversor estadounidense. Sin embargo, en la era digital, estas limitaciones se han reducido significativamente, por lo que la discusión sobre criptomonedas y tecnologías de privacidad reforzada es especialmente relevante hoy.
Las cadenas públicas son más transparentes que cualquier sistema financiero tradicional. Cada transferencia de valor queda registrada en un libro de contabilidad accesible a cualquiera. Las empresas de análisis en cadena ya han demostrado ser eficaces en ayudar a las autoridades a vincular las actividades en cadena con identidades fuera de la cadena. En otras palabras, si la regulación se encamina en la dirección equivocada, las criptomonedas podrían convertirse en la estructura de supervisión financiera más poderosa de la historia.
De hecho, si el gobierno considera “cada monedero como un corredor, cada software como una bolsa, cada transacción como un evento que debe reportarse, y cada protocolo como un nodo susceptible de supervisión”, transformará este ecosistema en una prisión panorámica de supervisión financiera.
Al mismo tiempo, esta tecnología también ofrece herramientas de privacidad que el mundo físico no puede proporcionar, como las pruebas de conocimiento cero, la divulgación selectiva y las billeteras diseñadas para que los usuarios puedan demostrar cumplimiento sin revelar registros financieros completos o detalles personales a intermediarios o al gobierno. Podemos imaginar que, en tales sistemas, las plataformas reguladas podrían demostrar que han verificado a sus usuarios sin necesidad de conservar registros detallados de cada pago, transacción o donación de forma permanente.
Estas herramientas también ayudarán a que nuestros mercados sigan funcionando sin problemas en su transición a la cadena de bloques. La completa transparencia financiera inherente a las cadenas públicas puede inhibir actividades financieras importantes.
Por ejemplo, muchas instituciones dependen de la capacidad de establecer posiciones, probar estrategias y proporcionar liquidez sin exponer esas actividades de inmediato a competidores y especuladores depredadores. Si cada orden, cada cobertura y cada ajuste de cartera fuera visible en tiempo real, estaríamos expuestos a prácticas como el front running, la imitación y la venta en pánico, lo cual dificultaría la gestión de riesgos. La exposición inmediata de cada desequilibrio en inventarios o flujo de fondos de clientes reduciría significativamente el atractivo de las actividades de market making y underwriting.
Esta tecnología permite que el interés del gobierno en frenar amenazas a la seguridad nacional equilibre con los intereses de privacidad del público estadounidense. Pero, para lograr mejor ese equilibrio, debemos asegurarnos de que los ciudadanos no sean inmediatamente sospechosos al usar estas herramientas. Proteger las actividades legítimas de los ciudadanos de la vigilancia masiva, mientras se garantiza que el gobierno pueda cumplir con sus funciones importantes, es la mejor manera de salvaguardar la seguridad nacional y las libertades civiles fundamentales, además de crear un espacio para la innovación.
Por ello, este asunto es de suma importancia: las cuestiones que enfrentamos son profundas y de impacto duradero. Al inicio de esta mesa redonda, tengo muchas ganas de escuchar a los expertos sobre cómo la comisión puede proteger la privacidad de los estadounidenses y cómo las herramientas de privacidad en las criptomonedas pueden reducir, en lugar de aumentar, la necesidad de una supervisión financiera masiva.
Estoy convencido de que, si colaboramos, podremos construir un marco que garantice que los avances tecnológicos y el desarrollo financiero no se logren a costa de la libertad personal.
Lamentablemente, por otros compromisos, no puedo participar en toda la reunión, pero me alegra mucho estar aquí con ustedes hoy. Gracias por su tiempo y espero que tengamos una discusión enriquecedora.
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Discurso en la mesa redonda del presidente de la SEC: equilibrio entre la privacidad en criptomonedas y la regulación financiera
Fuente: Sitio web de la SEC; Traducción: Jinse Caijing
El presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC), Paul S. Atkins, pronunció un discurso el 15 de diciembre, hora local, en la mesa redonda de la SEC sobre criptomonedas en la que se abordaron la supervisión financiera y la privacidad. Indicó que, la blockchain tiene una capacidad extremadamente potente en la relación de transacciones y en la identificación de remitentes; si la regulación no se encamina adecuadamente, el ecosistema de criptomonedas podría ser empujado hacia “la estructura de supervisión financiera más poderosa jamás vista”.
Paul S. Atkins advirtió que, si el gobierno considera “cada monedero como un corredor, cada línea de código como una bolsa, y requiere reportar cada transacción”, convertirá la industria en “una prisión panorámica de supervisión financiera”. Pero también enfatizó que aún existe un camino viable que equilibra seguridad e innovación sin sacrificar la privacidad personal. La discusión sobre los límites de la privacidad y regulación en la blockchain se está convirtiendo en una cuestión central de supervisión.
A continuación, el discurso completo de Paul S. Atkins:
Damas y caballeros, buenas tardes, gracias por su presencia. Primero, quiero agradecer a la comisionada Hester Peirce y a todo el grupo de trabajo sobre criptomonedas por organizar esta mesa redonda. También quiero agradecer a los distinguidos miembros del equipo de expertos, quienes incansablemente han llegado a Washington para compartir sus perspectivas sobre la privacidad financiera del siglo XXI. Antes de expresar mis propias opiniones, debo reiterar que los puntos que hoy comparto reflejan únicamente mi visión personal, y no necesariamente representan la postura de la SEC u otros comisionados.
Los participantes en esta mesa redonda abordarán una cuestión fundamentalmente estadounidense: ¿Pueden las personas participar en actividades financieras modernas sin sacrificar su privacidad? Esta contradicción plantea muchas preguntas importantes. Por un lado, el gobierno federal tiene la obligación de proteger a los ciudadanos estadounidenses de amenazas y riesgos a la seguridad nacional, incluyendo medidas como la Ley de Secreto Bancario para frenar actividades financieras ilegales, que son acciones del Departamento del Tesoro y otras agencias. Por otro lado, uno de los valores fundamentales de Estados Unidos es la capacidad de los ciudadanos para gestionar sus asuntos personales (incluidos los financieros) sin ser vigilados por el gobierno u otras entidades.
La aparición de las criptomonedas ha impulsado esta discusión, brindándonos una oportunidad única para reflexionar sobre ella en el contexto tecnológico del siglo XXI. Desde enero de este año, el actual gobierno ha enfatizado la devolución del poder a los estadounidenses, permitiéndoles gestionar sus propios asuntos, incluyendo en el ámbito de las criptomonedas.
Desde nuestra perspectiva, la SEC debe reconocer los logros en equilibrar la protección del inversor y la privacidad. La comisión ha desarrollado herramientas como el Sistema de Seguimiento de Auditorías Integradas (CAT), el repositorio de datos de swaps y el formulario PF, y afirma que estas son esenciales para proteger a los inversores, combatir fraudes y mantener la seguridad del mercado. Sin embargo, la demanda interminable del gobierno por datos ha llevado a una expansión constante de estas herramientas, poniendo en peligro cada vez más la libertad de los inversores estadounidenses y haciéndolos asumir costos que a menudo generan poco beneficio, ya que el gobierno incluso no utiliza toda la información presentada. Por ejemplo, aunque la creación de CAT tenía como objetivo comprender mejor las transacciones en distintos mercados, al final se convirtió en un sistema potente que acerca a la SEC a una supervisión masiva. Por ello, hemos tomado medidas para reducir algunos de los elementos de datos más sensibles en CAT y reevaluar su alcance y costo.
Friedrich Hayek, en su obra “La fatal arrogancia”, criticó la creencia de muchos funcionarios del gobierno de que la solución a los problemas consiste en reunir a suficientes personas inteligentes en una habitación y recopilar la suficiente información para que estas personas omniscientes puedan, basándose en toda esa información, encontrar una solución perfecta. Sin embargo, ya hemos visto cuán ineficaz —o incluso inviable— es este método en la práctica. ¡Cuán acertada es la visión de Hayek!
Con la aparición de las criptomonedas, es fácil imaginar que en el futuro el gobierno y una serie de intermediarios podrán espiar casi todos los aspectos de la vida financiera de las personas. Es probable que los reguladores tengan un fuerte deseo de acceder a datos, pero esta tendencia es claramente incompatible con la esencia de la sociedad libre que hizo brillante a Estados Unidos.
Por ello, los reguladores deben mantener la humildad y los principios al aprovechar las oportunidades que brindan las criptomonedas. En la era analógica, la supervisión financiera estaba naturalmente limitada por registros en papel, distancias físicas y procedimientos manuales. Aunque estos retrasos puedan ser inconvenientes para el gobierno, también limitan automáticamente la cantidad de información que la comisión puede obtener sobre cualquier inversor estadounidense. Sin embargo, en la era digital, estas limitaciones se han reducido significativamente, por lo que la discusión sobre criptomonedas y tecnologías de privacidad reforzada es especialmente relevante hoy.
Las cadenas públicas son más transparentes que cualquier sistema financiero tradicional. Cada transferencia de valor queda registrada en un libro de contabilidad accesible a cualquiera. Las empresas de análisis en cadena ya han demostrado ser eficaces en ayudar a las autoridades a vincular las actividades en cadena con identidades fuera de la cadena. En otras palabras, si la regulación se encamina en la dirección equivocada, las criptomonedas podrían convertirse en la estructura de supervisión financiera más poderosa de la historia.
De hecho, si el gobierno considera “cada monedero como un corredor, cada software como una bolsa, cada transacción como un evento que debe reportarse, y cada protocolo como un nodo susceptible de supervisión”, transformará este ecosistema en una prisión panorámica de supervisión financiera.
Al mismo tiempo, esta tecnología también ofrece herramientas de privacidad que el mundo físico no puede proporcionar, como las pruebas de conocimiento cero, la divulgación selectiva y las billeteras diseñadas para que los usuarios puedan demostrar cumplimiento sin revelar registros financieros completos o detalles personales a intermediarios o al gobierno. Podemos imaginar que, en tales sistemas, las plataformas reguladas podrían demostrar que han verificado a sus usuarios sin necesidad de conservar registros detallados de cada pago, transacción o donación de forma permanente.
Estas herramientas también ayudarán a que nuestros mercados sigan funcionando sin problemas en su transición a la cadena de bloques. La completa transparencia financiera inherente a las cadenas públicas puede inhibir actividades financieras importantes.
Por ejemplo, muchas instituciones dependen de la capacidad de establecer posiciones, probar estrategias y proporcionar liquidez sin exponer esas actividades de inmediato a competidores y especuladores depredadores. Si cada orden, cada cobertura y cada ajuste de cartera fuera visible en tiempo real, estaríamos expuestos a prácticas como el front running, la imitación y la venta en pánico, lo cual dificultaría la gestión de riesgos. La exposición inmediata de cada desequilibrio en inventarios o flujo de fondos de clientes reduciría significativamente el atractivo de las actividades de market making y underwriting.
Esta tecnología permite que el interés del gobierno en frenar amenazas a la seguridad nacional equilibre con los intereses de privacidad del público estadounidense. Pero, para lograr mejor ese equilibrio, debemos asegurarnos de que los ciudadanos no sean inmediatamente sospechosos al usar estas herramientas. Proteger las actividades legítimas de los ciudadanos de la vigilancia masiva, mientras se garantiza que el gobierno pueda cumplir con sus funciones importantes, es la mejor manera de salvaguardar la seguridad nacional y las libertades civiles fundamentales, además de crear un espacio para la innovación.
Por ello, este asunto es de suma importancia: las cuestiones que enfrentamos son profundas y de impacto duradero. Al inicio de esta mesa redonda, tengo muchas ganas de escuchar a los expertos sobre cómo la comisión puede proteger la privacidad de los estadounidenses y cómo las herramientas de privacidad en las criptomonedas pueden reducir, en lugar de aumentar, la necesidad de una supervisión financiera masiva.
Estoy convencido de que, si colaboramos, podremos construir un marco que garantice que los avances tecnológicos y el desarrollo financiero no se logren a costa de la libertad personal.
Lamentablemente, por otros compromisos, no puedo participar en toda la reunión, pero me alegra mucho estar aquí con ustedes hoy. Gracias por su tiempo y espero que tengamos una discusión enriquecedora.