Las acciones estadounidenses en la “campaña de Papá Noel” están a punto de comenzar, refiriéndose a la ventana de 7 días que abarca los últimos 5 días hábiles del año y los 2 primeros días hábiles del año nuevo. Desde 1929, el índice S&P 500 ha tenido una probabilidad del 79% de subir, con un rendimiento promedio del 1.6%, y en los últimos 8 años solo ha bajado una vez. Actualmente, el S&P está alrededor de 6830 puntos, a solo un paso de los 7000 puntos. Sumando las expectativas de recortes de tasas y la demanda de IA, es muy razonable que el S&P supere los 7000 puntos.
El 79% de tasa de éxito detrás del juego de fin de año en Wall Street
(Fuente: Datos del mercado de Dow Jones)
La campaña de Papá Noel no es una cuestión de misticismo, sino el resultado inevitable del juego de fin de año en Wall Street. Muchos analistas te dirán que se debe a un optimismo festivo, pero la verdad suele ser más realista y llena de cálculos humanos. No es solo emoción, sino la combinación perfecta del “trabajo de cara” y la “ofensiva de fin de año” de Wall Street. Imagínate, un gestor de fondos que ha trabajado duro durante todo el año y pronto recibirá su bono de fin de año, además de que el informe de resultados anual está a punto de salir. ¿Quién querría tener en mano acciones en caída constante para mostrárselas a los clientes? Nadie.
Por eso, las instituciones harán todo lo posible por “embellecer los resultados” (Window Dressing), comprando esas acciones líderes que están teniendo buen rendimiento, para impulsar el índice y que los informes de fin de año luzcan impresionantes. Este comportamiento es un secreto a voces en el sector financiero, que se repite cada diciembre a mediados y finales. Además, en esta época muchos de los pesimistas en corto se van de vacaciones a esquiar, la liquidez del mercado disminuye y con un poco de compra, el índice se dispara. ¿Hacer cortos en acciones en estas fechas? Eso sería ir en contra de la bonificación de fin de año en Wall Street, casi un acto de “auto-sabotaje”.
Los datos respaldan la fiabilidad de esta lógica. En casi cien años desde 1929, la campaña de Papá Noel ha tenido una tasa de éxito del 79%, lo cual es sorprendente. Si se extiende el análisis a los últimos 75 años desde 1950, la tasa se mantiene en ese 79%, demostrando la estabilidad de este patrón. Lo más impresionante es que en los últimos 8 años solo ha habido una caída, y la tasa de éxito reciente incluso supera el promedio histórico. Esta consistencia es extremadamente rara en los mercados financieros, donde la mayoría de los indicadores técnicos o patrones estacionales tienden a fallar con el tiempo.
Las tres principales fuerzas motrices de la campaña de Papá Noel
Embellecimiento de resultados por parte de las instituciones: Los gestores de fondos compran acciones líderes para mejorar los informes y empujar al alza el índice
Vacío de liquidez: Los cortos toman vacaciones, el volumen de operaciones disminuye, y con poca compra el precio puede subir rápidamente
Optimismo festivo: Datos de consumo positivos, expectativas de ganancias empresariales mejoradas, y un cambio en el ánimo del mercado
Impetu técnico: Tras comenzar alrededor del 15-16 de diciembre, la tendencia alcista suele continuar hasta el segundo día hábil del año nuevo
La maldición estacional que comienza a mediados de diciembre
Si observas cuidadosamente la tendencia media del índice S&P 500 desde 1950 hasta 2024 en diciembre, descubrirás una regla sorprendente: la verdadera euforia suele comenzar alrededor del 15 o 16 de diciembre. La primera mitad del mes puede ser de indecisión y volatilidad (como hemos visto recientemente), pero una vez pasada la mitad, la tendencia se activa como si se pulsara un botón de arranque, y continúa subiendo hasta fin de año.
Este preciso marco temporal no es casualidad. A mediados de diciembre convergen múltiples factores en el mercado de EE. UU. Primero, los resultados del cuarto trimestre de las empresas ya están casi definidos, y los gestores de fondos hacen los últimos ajustes para los informes de fin de año. Segundo, la reunión del FOMC de la Reserva Federal suele celebrarse a mediados de diciembre, y tras la clarificación de la política, la incertidumbre en el mercado disminuye. Tercero, a aproximadamente una semana de la Navidad, los inversores institucionales entran en “modo vacaciones”, con menor actividad de trading pero con los ajustes de cartera ya realizados.
Actualmente, el S&P 500 está en torno a 6830 puntos, a solo un 2.5% de los 7000 puntos. Con un rendimiento promedio del 1.6% en la campaña de Papá Noel, y considerando los impulsores macroeconómicos actuales, la probabilidad de superar los 7000 puntos es muy alta. Además, los 7000 puntos representan una barrera psicológica importante; una vez superada, atraerá a los seguidores de tendencias, creando un ciclo de retroalimentación alcista. En análisis técnico, la ruptura de niveles redondos suele activar a los traders de volumen, impulsando aún más los precios.
El triple impulso de recortes de tasas, IA y relajación geopolítica
El entorno macro actual solo añade combustible a esta tendencia. La fase de recortes de tasas de la Fed ya ha comenzado, con una bajada de 25 puntos básicos en diciembre, y se espera que en el primer trimestre de 2026 puedan ocurrir 1 o 2 recortes más. La bajada de tasas reduce el coste del dinero, mejora las ganancias corporativas y aumenta la atractividad de las valoraciones. Históricamente, los ciclos de recortes de tasas suelen ser muy favorables para las acciones, ya que inyectan liquidez y mejoran la salud financiera de las empresas.
La demanda de IA sigue siendo extraordinariamente fuerte. La venta de tarjetas gráficas de Nvidia en todo el mundo lo demuestra, con una inversión real en votos. Gigantes tecnológicos como Microsoft, Amazon y Google continúan aumentando su gasto en infraestructura de IA, y Goldman Sachs estima que para 2027, la inversión en IA podría acercarse a 1 billón de dólares anuales. Esta demanda estructural proporciona un sólido soporte fundamental para las acciones tecnológicas, que representan más del 30% del índice S&P 500.
La relajación geopolítica también actúa como un catalizador. Los rumores de negociaciones de paz en Ucrania, la relativa estabilidad en Oriente Medio, y las señales de políticas pro-empresariales tras el regreso de Trump a la Casa Blanca, reducen la prima de riesgo del mercado. Cuando la incertidumbre geopolítica disminuye, los fondos están más dispuestos a entrar en activos de riesgo en lugar de refugios. Este aumento en la apetencia por el riesgo, en un entorno de liquidez baja en fin de año, se amplifica aún más.
En este contexto, que el S&P 500 supere los 7000 puntos no es una mera esperanza optimista, sino un objetivo muy plausible de “parada de emergencia”. La idea de un objetivo de parada de emergencia es que, cuando múltiples factores positivos actúan en conjunto, el mercado puede acelerar su subida y romper resistencias clave. Históricamente, si en la campaña navideña se combina un entorno macroeconómico fuerte, las ganancias superan el promedio. Las condiciones para 2025 parecen alinearse con esta situación.
La trampa de las vacaciones en activos de alto riesgo
Por supuesto, el mercado tiene su doble cara. Aunque la regla del 79% de subida en el mercado estadounidense es sólida, los activos de alto riesgo pueden experimentar “caídas desde el cielo” en las vacaciones, cuando la liquidez escasea. Bitcoin, por ejemplo, ha mostrado volatilidad en estas fechas, y cuando los inversores institucionales están de vacaciones y el volumen de operaciones cae, unas pocas ventas pueden causar movimientos bruscos en los precios. Esto advierte a los inversores que, aunque la campaña de Papá Noel favorece a las acciones principales, no todos los activos siguen esta regla.
Elegir las rutas correctas es clave. Las acciones del S&P 500, compuestas por las 500 empresas más grandes y sólidas de EE. UU., tienen una alta probabilidad de subir en estas fechas impulsadas por las instituciones. Pero las acciones pequeñas, biotecnológicas o las criptomonedas, con mayor volatilidad, pueden enfrentarse a riesgos de caída en la escasez de liquidez. La estrategia racional es posicionarse en índices o en acciones ponderadas durante la campaña navideña, en lugar de perseguir activos de alto riesgo y especulación.
En resumen, apostar a la caída del mercado en la segunda mitad de diciembre equivale a desafiar una regla estacional de casi un siglo, la escasez de liquidez, y la avaricia humana por las bonificaciones. La trineo de Papá Noel ya está en marcha, y la dirección más sencilla y probable es hacia arriba. Abróchate el cinturón, en las próximas dos semanas veremos los 7000 puntos. La historia no puede predecir el futuro con certeza, pero cuando la tasa de éxito alcanza el 79% y el entorno macro está alineado, estar en la mayoría de las probabilidades es la opción más racional.
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La regla de oro de las acciones estadounidenses durante 75 años! La tendencia navideña sube un 1,6% en promedio, objetivo del S&P 7000 puntos
Las acciones estadounidenses en la “campaña de Papá Noel” están a punto de comenzar, refiriéndose a la ventana de 7 días que abarca los últimos 5 días hábiles del año y los 2 primeros días hábiles del año nuevo. Desde 1929, el índice S&P 500 ha tenido una probabilidad del 79% de subir, con un rendimiento promedio del 1.6%, y en los últimos 8 años solo ha bajado una vez. Actualmente, el S&P está alrededor de 6830 puntos, a solo un paso de los 7000 puntos. Sumando las expectativas de recortes de tasas y la demanda de IA, es muy razonable que el S&P supere los 7000 puntos.
El 79% de tasa de éxito detrás del juego de fin de año en Wall Street
(Fuente: Datos del mercado de Dow Jones)
La campaña de Papá Noel no es una cuestión de misticismo, sino el resultado inevitable del juego de fin de año en Wall Street. Muchos analistas te dirán que se debe a un optimismo festivo, pero la verdad suele ser más realista y llena de cálculos humanos. No es solo emoción, sino la combinación perfecta del “trabajo de cara” y la “ofensiva de fin de año” de Wall Street. Imagínate, un gestor de fondos que ha trabajado duro durante todo el año y pronto recibirá su bono de fin de año, además de que el informe de resultados anual está a punto de salir. ¿Quién querría tener en mano acciones en caída constante para mostrárselas a los clientes? Nadie.
Por eso, las instituciones harán todo lo posible por “embellecer los resultados” (Window Dressing), comprando esas acciones líderes que están teniendo buen rendimiento, para impulsar el índice y que los informes de fin de año luzcan impresionantes. Este comportamiento es un secreto a voces en el sector financiero, que se repite cada diciembre a mediados y finales. Además, en esta época muchos de los pesimistas en corto se van de vacaciones a esquiar, la liquidez del mercado disminuye y con un poco de compra, el índice se dispara. ¿Hacer cortos en acciones en estas fechas? Eso sería ir en contra de la bonificación de fin de año en Wall Street, casi un acto de “auto-sabotaje”.
Los datos respaldan la fiabilidad de esta lógica. En casi cien años desde 1929, la campaña de Papá Noel ha tenido una tasa de éxito del 79%, lo cual es sorprendente. Si se extiende el análisis a los últimos 75 años desde 1950, la tasa se mantiene en ese 79%, demostrando la estabilidad de este patrón. Lo más impresionante es que en los últimos 8 años solo ha habido una caída, y la tasa de éxito reciente incluso supera el promedio histórico. Esta consistencia es extremadamente rara en los mercados financieros, donde la mayoría de los indicadores técnicos o patrones estacionales tienden a fallar con el tiempo.
Las tres principales fuerzas motrices de la campaña de Papá Noel
Embellecimiento de resultados por parte de las instituciones: Los gestores de fondos compran acciones líderes para mejorar los informes y empujar al alza el índice
Vacío de liquidez: Los cortos toman vacaciones, el volumen de operaciones disminuye, y con poca compra el precio puede subir rápidamente
Optimismo festivo: Datos de consumo positivos, expectativas de ganancias empresariales mejoradas, y un cambio en el ánimo del mercado
Impetu técnico: Tras comenzar alrededor del 15-16 de diciembre, la tendencia alcista suele continuar hasta el segundo día hábil del año nuevo
La maldición estacional que comienza a mediados de diciembre
Si observas cuidadosamente la tendencia media del índice S&P 500 desde 1950 hasta 2024 en diciembre, descubrirás una regla sorprendente: la verdadera euforia suele comenzar alrededor del 15 o 16 de diciembre. La primera mitad del mes puede ser de indecisión y volatilidad (como hemos visto recientemente), pero una vez pasada la mitad, la tendencia se activa como si se pulsara un botón de arranque, y continúa subiendo hasta fin de año.
Este preciso marco temporal no es casualidad. A mediados de diciembre convergen múltiples factores en el mercado de EE. UU. Primero, los resultados del cuarto trimestre de las empresas ya están casi definidos, y los gestores de fondos hacen los últimos ajustes para los informes de fin de año. Segundo, la reunión del FOMC de la Reserva Federal suele celebrarse a mediados de diciembre, y tras la clarificación de la política, la incertidumbre en el mercado disminuye. Tercero, a aproximadamente una semana de la Navidad, los inversores institucionales entran en “modo vacaciones”, con menor actividad de trading pero con los ajustes de cartera ya realizados.
Actualmente, el S&P 500 está en torno a 6830 puntos, a solo un 2.5% de los 7000 puntos. Con un rendimiento promedio del 1.6% en la campaña de Papá Noel, y considerando los impulsores macroeconómicos actuales, la probabilidad de superar los 7000 puntos es muy alta. Además, los 7000 puntos representan una barrera psicológica importante; una vez superada, atraerá a los seguidores de tendencias, creando un ciclo de retroalimentación alcista. En análisis técnico, la ruptura de niveles redondos suele activar a los traders de volumen, impulsando aún más los precios.
El triple impulso de recortes de tasas, IA y relajación geopolítica
El entorno macro actual solo añade combustible a esta tendencia. La fase de recortes de tasas de la Fed ya ha comenzado, con una bajada de 25 puntos básicos en diciembre, y se espera que en el primer trimestre de 2026 puedan ocurrir 1 o 2 recortes más. La bajada de tasas reduce el coste del dinero, mejora las ganancias corporativas y aumenta la atractividad de las valoraciones. Históricamente, los ciclos de recortes de tasas suelen ser muy favorables para las acciones, ya que inyectan liquidez y mejoran la salud financiera de las empresas.
La demanda de IA sigue siendo extraordinariamente fuerte. La venta de tarjetas gráficas de Nvidia en todo el mundo lo demuestra, con una inversión real en votos. Gigantes tecnológicos como Microsoft, Amazon y Google continúan aumentando su gasto en infraestructura de IA, y Goldman Sachs estima que para 2027, la inversión en IA podría acercarse a 1 billón de dólares anuales. Esta demanda estructural proporciona un sólido soporte fundamental para las acciones tecnológicas, que representan más del 30% del índice S&P 500.
La relajación geopolítica también actúa como un catalizador. Los rumores de negociaciones de paz en Ucrania, la relativa estabilidad en Oriente Medio, y las señales de políticas pro-empresariales tras el regreso de Trump a la Casa Blanca, reducen la prima de riesgo del mercado. Cuando la incertidumbre geopolítica disminuye, los fondos están más dispuestos a entrar en activos de riesgo en lugar de refugios. Este aumento en la apetencia por el riesgo, en un entorno de liquidez baja en fin de año, se amplifica aún más.
En este contexto, que el S&P 500 supere los 7000 puntos no es una mera esperanza optimista, sino un objetivo muy plausible de “parada de emergencia”. La idea de un objetivo de parada de emergencia es que, cuando múltiples factores positivos actúan en conjunto, el mercado puede acelerar su subida y romper resistencias clave. Históricamente, si en la campaña navideña se combina un entorno macroeconómico fuerte, las ganancias superan el promedio. Las condiciones para 2025 parecen alinearse con esta situación.
La trampa de las vacaciones en activos de alto riesgo
Por supuesto, el mercado tiene su doble cara. Aunque la regla del 79% de subida en el mercado estadounidense es sólida, los activos de alto riesgo pueden experimentar “caídas desde el cielo” en las vacaciones, cuando la liquidez escasea. Bitcoin, por ejemplo, ha mostrado volatilidad en estas fechas, y cuando los inversores institucionales están de vacaciones y el volumen de operaciones cae, unas pocas ventas pueden causar movimientos bruscos en los precios. Esto advierte a los inversores que, aunque la campaña de Papá Noel favorece a las acciones principales, no todos los activos siguen esta regla.
Elegir las rutas correctas es clave. Las acciones del S&P 500, compuestas por las 500 empresas más grandes y sólidas de EE. UU., tienen una alta probabilidad de subir en estas fechas impulsadas por las instituciones. Pero las acciones pequeñas, biotecnológicas o las criptomonedas, con mayor volatilidad, pueden enfrentarse a riesgos de caída en la escasez de liquidez. La estrategia racional es posicionarse en índices o en acciones ponderadas durante la campaña navideña, en lugar de perseguir activos de alto riesgo y especulación.
En resumen, apostar a la caída del mercado en la segunda mitad de diciembre equivale a desafiar una regla estacional de casi un siglo, la escasez de liquidez, y la avaricia humana por las bonificaciones. La trineo de Papá Noel ya está en marcha, y la dirección más sencilla y probable es hacia arriba. Abróchate el cinturón, en las próximas dos semanas veremos los 7000 puntos. La historia no puede predecir el futuro con certeza, pero cuando la tasa de éxito alcanza el 79% y el entorno macro está alineado, estar en la mayoría de las probabilidades es la opción más racional.