El IPC de noviembre en EE. UU. se publicará próximamente, los inversores se centran en la orientación de la política de tasas de interés de la Reserva Federal en enero
A medida que se acerca la decisión de política de tasas de la Reserva Federal en enero, el mercado centra su atención en los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Estados Unidos de noviembre, que se publicarán próximamente. La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) dará a conocer el informe de inflación más reciente el jueves, que es un indicador clave para evaluar la trayectoria de la política de la Reserva Federal en el entorno macroeconómico actual.
Debido a que la recopilación de datos se vio afectada por el cierre del gobierno anterior, este informe del IPC no incluirá datos de octubre ni proporcionará información sobre la inflación mensual de noviembre. Por lo tanto, el mercado se enfoca más en la variación interanual del IPC y del IPC subyacente para determinar si la tendencia inflacionaria está repuntando. En general, el mercado espera que la tasa de crecimiento interanual del IPC en noviembre sea aproximadamente del 3.1%, y del IPC subyacente alrededor del 3.0%.
Un analista de TD Securities señaló que el aumento en los precios de la energía podría impulsar la inflación general ligeramente por encima de las expectativas, estimando que el IPC interanual podría subir hasta el 3.2%, lo que representaría una tasa de crecimiento relativamente rápida en lo que va del año, aunque se espera que la inflación subyacente se mantenga estable. Esta diferenciación estructural podría llevar a la Reserva Federal a mantener una postura cautelosa a corto plazo.
En cuanto a las expectativas de tasas de interés, la herramienta CME FedWatch muestra que el mercado considera que la probabilidad de que la Reserva Federal vuelva a reducir las tasas en 25 puntos básicos en enero es inferior al 20%. Aunque los últimos datos de empleo publicados muestran un ligero aumento en la tasa de desempleo, los analistas consideran que esto no ha cambiado significativamente la evaluación de la política de la Fed. El presidente de la Reserva Federal de Atlanta, Bostic, también comentó que los datos de empleo son mixtos; las empresas aún enfrentan presiones de costos y el riesgo de inflación no ha desaparecido por completo.
El mercado en general piensa que si el IPC interanual de noviembre alcanza el 3.3% o más, reforzará la expectativa de que la Reserva Federal mantendrá las tasas sin cambios, beneficiando la tendencia del dólar estadounidense; por otro lado, si la inflación cae al 2.8% o menos, las expectativas de recortes de tasas podrían intensificarse, y el dólar podría verse presionado a la baja.
Desde el análisis técnico, el índice del dólar estadounidense todavía muestra una tendencia débil a corto plazo, aunque el impulso bajista se ha desacelerado. Los analistas señalan que los niveles clave de soporte están en torno a 98.60 y 98.00, y que los resultados del dato del IPC podrían ser un catalizador importante para la tendencia a corto plazo del dólar y de los activos de riesgo globales.
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El IPC de noviembre en EE. UU. se publicará próximamente, los inversores se centran en la orientación de la política de tasas de interés de la Reserva Federal en enero
A medida que se acerca la decisión de política de tasas de la Reserva Federal en enero, el mercado centra su atención en los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Estados Unidos de noviembre, que se publicarán próximamente. La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) dará a conocer el informe de inflación más reciente el jueves, que es un indicador clave para evaluar la trayectoria de la política de la Reserva Federal en el entorno macroeconómico actual.
Debido a que la recopilación de datos se vio afectada por el cierre del gobierno anterior, este informe del IPC no incluirá datos de octubre ni proporcionará información sobre la inflación mensual de noviembre. Por lo tanto, el mercado se enfoca más en la variación interanual del IPC y del IPC subyacente para determinar si la tendencia inflacionaria está repuntando. En general, el mercado espera que la tasa de crecimiento interanual del IPC en noviembre sea aproximadamente del 3.1%, y del IPC subyacente alrededor del 3.0%.
Un analista de TD Securities señaló que el aumento en los precios de la energía podría impulsar la inflación general ligeramente por encima de las expectativas, estimando que el IPC interanual podría subir hasta el 3.2%, lo que representaría una tasa de crecimiento relativamente rápida en lo que va del año, aunque se espera que la inflación subyacente se mantenga estable. Esta diferenciación estructural podría llevar a la Reserva Federal a mantener una postura cautelosa a corto plazo.
En cuanto a las expectativas de tasas de interés, la herramienta CME FedWatch muestra que el mercado considera que la probabilidad de que la Reserva Federal vuelva a reducir las tasas en 25 puntos básicos en enero es inferior al 20%. Aunque los últimos datos de empleo publicados muestran un ligero aumento en la tasa de desempleo, los analistas consideran que esto no ha cambiado significativamente la evaluación de la política de la Fed. El presidente de la Reserva Federal de Atlanta, Bostic, también comentó que los datos de empleo son mixtos; las empresas aún enfrentan presiones de costos y el riesgo de inflación no ha desaparecido por completo.
El mercado en general piensa que si el IPC interanual de noviembre alcanza el 3.3% o más, reforzará la expectativa de que la Reserva Federal mantendrá las tasas sin cambios, beneficiando la tendencia del dólar estadounidense; por otro lado, si la inflación cae al 2.8% o menos, las expectativas de recortes de tasas podrían intensificarse, y el dólar podría verse presionado a la baja.
Desde el análisis técnico, el índice del dólar estadounidense todavía muestra una tendencia débil a corto plazo, aunque el impulso bajista se ha desacelerado. Los analistas señalan que los niveles clave de soporte están en torno a 98.60 y 98.00, y que los resultados del dato del IPC podrían ser un catalizador importante para la tendencia a corto plazo del dólar y de los activos de riesgo globales.