Recientemente, Forbes publicó un artículo en profundidad sobre los últimos avances en el marco regulatorio de las stablecoins en Estados Unidos, haciendo énfasis en el informe de políticas de activos digitales de EE. UU. 2025 de CertiK.
La noticia cita el análisis de CertiK que señala que, con la continuación de políticas clave como la Ley GENIUS, la industria de activos digitales en EE. UU. está pasando de principios amplios a una nueva etapa centrada en requisitos específicos, regulaciones ejecutables y expectativas de cumplimiento a nivel institucional. Ruo Hui Gu, cofundador y CEO de CertiK, afirmó que los emisores que logren destacar en el futuro serán aquellos que hayan establecido sistemas operativos institucionales maduros en gestión de reservas, transparencia e infraestructura, y que en general la industria está cambiando hacia una prioridad de “seguridad”.
Además, Forbes cita el informe de CertiK que indica que la divergencia en los caminos regulatorios de EE. UU. y la UE está reconfigurando la liquidez global de las stablecoins: EE. UU. considera las stablecoins en dólares como activos estratégicos, mientras que el marco MiCA de la UE se centra en proteger la soberanía monetaria del euro, formando gradualmente un sistema de stablecoins de “doble vía”. CertiK opina que la regulación no solo determinará quién puede emitir stablecoins, sino también quién podrá participar en la competencia global, y que la verdadera competencia se está desplazando hacia capacidades operativas a largo plazo y transregulatorias.
A continuación, el texto original del informe:
Las stablecoins ahora tienen un “manual de reglas”: comienza la verdadera competencia
Tras una etapa de turbulencia en el mercado de criptomonedas, una tendencia se mantiene firme en la corrección: la demanda de stablecoins respaldadas en dólares. A medida que los traders reducen su exposición al riesgo, el capital vuelve a fluir hacia activos considerados más seguros y predecibles, incluso cuando la volatilidad del mercado ha llevado a muchas altcoins a mínimos de ciclo. Es importante notar que este cambio coincide exactamente con un giro político clave en el ámbito de las stablecoins en EE. UU. La regulación de los activos digitales en dólares comienza a clarificarse por primera vez.
Con la aprobación de la Ley GENIUS en el Congreso, la Ley CLARITY que define los límites regulatorios, y la revocación de SAB121 que eliminó un obstáculo clave para que los bancos posean activos digitales, EE. UU. finalmente empieza a jugar un papel principal en la política de stablecoins. El análisis de políticas de CertiK señala que este momento tiene un significado de cambio: la era de principios amplios está llegando a su fin, y una nueva etapa centrada en requisitos específicos, regulaciones ejecutables y cumplimiento institucional ha comenzado.
Reglas regulatorias en EE. UU.
La Ley GENIUS establece un marco regulatorio federal para las stablecoins, exigiendo que estén respaldadas 1:1 con efectivo y activos líquidos de alta calidad, prohibiendo estrictamente la rehipotecación y requiriendo informes de auditoría mensuales por parte de auditores independientes.
Simultáneamente, la Ley CLARITY define los límites regulatorios para los activos digitales, evitando que las agencias de valores ejerzan jurisdicción en áreas no cubiertas por dicha ley.
Además, la controvertida SAB 121 —una comunicación contable que en realidad impedía a los bancos estadounidenses ofrecer servicios de custodia de activos digitales— ha sido revocada por votación en el Congreso.
En conjunto, estas medidas crean un entorno sumamente favorable para los emisores de stablecoins en EE. UU. Es la primera vez que las “reglas del juego” en la industria dejan de ser implícitas y pasan a estar claramente escritas en normas formales.
“La nueva estructura regulatoria de stablecoins en EE. UU. permite que la industria pase de principios amplios a expectativas de cumplimiento a nivel bancario,” afirmó Ruo Hui Gu, CEO de CertiK. “Los emisores que logren destacar en el futuro serán aquellos que ya hayan establecido sistemas institucionales maduros en gestión de reservas y transparencia.”
Gu Hui Gu señala que estos requisitos están impulsando un cambio hacia una prioridad de seguridad en el modelo general de la industria. La implementación de activos altamente líquidos que respalden al 100% y las estrictas restricciones en el uso de reservas desafían a los emisores que dependen de herramientas de alto riesgo o de controles operativos débiles. La auditoría mensual y la conciliación continua elevan aún más los estándares de cumplimiento, acercándose a las exigencias regulatorias de las instituciones financieras tradicionales, en lugar de los estándares de las empresas cripto nativas.
La divergencia EE. UU. y UE reconfigura la liquidez
Mientras EE. UU. acelera la construcción de un marco regulatorio federal, Europa ha tomado un camino diferente bajo el sistema de regulación MiCA. Este marco establece límites en la emisión de stablecoins y regula estrictamente los tokens de dinero electrónico, con el objetivo principal de proteger la soberanía monetaria del euro.
El informe de CertiK sostiene que esta divergencia provocará una fragmentación estructural en la liquidez global. EE. UU. posiciona las stablecoins en dólares como un producto estratégico de “exportación”, mientras que Europa prioriza limitar la expansión y fortalecer la regulación local. Gu Hui Gu resume claramente este panorama emergente: “Estamos entrando en una fase en la que los marcos regulatorios de EE. UU. y la UE divergen claramente. La estructura federal de EE. UU. considera las stablecoins en dólares como activos estratégicos, mientras que MiCA se centra en proteger la soberanía del euro.”
El resultado será la formación de un mundo de stablecoins de “doble vía”. Las instituciones emisoras globales que quieran cumplir con ambos marcos deberán crear modelos de reserva, arreglos de custodia y esquemas operativos diferentes. Solo las emisoras con mayor capacidad de capital podrán expandirse a escala en múltiples jurisdicciones sin sacrificar liquidez o resiliencia operativa. Las emisoras más pequeñas, en cambio, podrían verse limitadas por su alcance geográfico o verse obligadas a colaborar con entidades autorizadas.
Como señala el informe, este es uno de los cambios clave en la competencia de stablecoins: la regulación no solo decidirá quién puede emitir stablecoins, sino también quién podrá participar en la emisión a nivel global.
El próximo frente: madurez operacional y seguridad
La claridad regulatoria elimina la incertidumbre que durante mucho tiempo ha impedido una participación más profunda de las instituciones. Pero, según el análisis de CertiK, la desaparición de la ambigüedad regulatoria revela otro cuello de botella subestimado por muchos emisores: la madurez operacional.
“Con la reducción de la incertidumbre regulatoria, la competencia se desplaza hacia la capa operativa,” afirmó Gu Hui Gu. “El desafío más grave y subestimado está en la infraestructura.”
Un ejemplo mencionado en el informe es el requisito de la Ley GENIUS sobre control de acceso basado en roles en la cadena. Los emisores deben asumir el rol legal de “frozen” (congelador), respaldado por módulos de seguridad hardware, gobernanza multi-firma y mecanismos de monitoreo continuo. El reto no es agregar una función de congelación, sino garantizar su seguridad. Nunca debe permitirse que un operador atacado pueda congelar o transferir activos.
Además del control interno de permisos, los marcos regulatorios exigen cumplir con estándares nacionales de ciberseguridad, como el Marco de Ciberseguridad del NIST en EE. UU.
Las reglas Part500 del estado de Nueva York para instituciones financieras también se han convertido en un estándar emergente en la industria.
Las emisoras que ingresen en el entorno regulatorio federal deben prepararse para controles de nivel SOC, planes de respuesta a incidentes auditados y acuerdos de nivel de servicio (SLA) estandarizados. Además, deben cumplir con requisitos anti lavado de dinero (AML), que cada vez más dependen de automatización en la detección de sanciones, análisis de agrupamiento y rastreo de comportamientos sospechosos en múltiples cadenas.
Este tipo de infraestructura ya no es opcional, sino un costo necesario para participar en mercados regulados. En estos mercados, las instituciones canalizarán miles de millones de dólares a través de los emisores más cumplidores.
La competencia comienza
Durante años, la regulación se consideró el principal obstáculo para la adopción de stablecoins. Pero esa situación ha cambiado. EE. UU. ya cuenta con un marco regulatorio operativo, Europa ha lanzado MiCA, y muchas jurisdicciones asiáticas están modernizando sus marcos regulatorios. La cuestión ya no es si las stablecoins serán reguladas, sino cómo competirán los emisores bajo esa regulación.
Las stablecoins han entrado en una nueva era, en la que la confianza se obtiene de manera similar a las finanzas tradicionales: demostrando que sus sistemas operativos, capacidades de ciberseguridad y cumplimiento pueden resistir auditorías institucionales. Esa es la transformación que captura el informe de CertiK. La claridad regulatoria no nivelará la competencia, sino que favorecerá a quienes tengan mayor capacidad para cumplir con la supervisión.
La ola de crecimiento está por llegar, pero no todos podrán beneficiarse. Los ganadores finales serán aquellos que dejen de ver las stablecoins como un producto cripto y las consideren instrumentos financieros. En este nuevo entorno regulado, las stablecoins son precisamente esos instrumentos financieros.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Forbes: La competencia en stablecoins avanza hacia una etapa institucional de "prioridad en la seguridad"
Recientemente, Forbes publicó un artículo en profundidad sobre los últimos avances en el marco regulatorio de las stablecoins en Estados Unidos, haciendo énfasis en el informe de políticas de activos digitales de EE. UU. 2025 de CertiK.
La noticia cita el análisis de CertiK que señala que, con la continuación de políticas clave como la Ley GENIUS, la industria de activos digitales en EE. UU. está pasando de principios amplios a una nueva etapa centrada en requisitos específicos, regulaciones ejecutables y expectativas de cumplimiento a nivel institucional. Ruo Hui Gu, cofundador y CEO de CertiK, afirmó que los emisores que logren destacar en el futuro serán aquellos que hayan establecido sistemas operativos institucionales maduros en gestión de reservas, transparencia e infraestructura, y que en general la industria está cambiando hacia una prioridad de “seguridad”.
Además, Forbes cita el informe de CertiK que indica que la divergencia en los caminos regulatorios de EE. UU. y la UE está reconfigurando la liquidez global de las stablecoins: EE. UU. considera las stablecoins en dólares como activos estratégicos, mientras que el marco MiCA de la UE se centra en proteger la soberanía monetaria del euro, formando gradualmente un sistema de stablecoins de “doble vía”. CertiK opina que la regulación no solo determinará quién puede emitir stablecoins, sino también quién podrá participar en la competencia global, y que la verdadera competencia se está desplazando hacia capacidades operativas a largo plazo y transregulatorias.
A continuación, el texto original del informe:
Las stablecoins ahora tienen un “manual de reglas”: comienza la verdadera competencia
Tras una etapa de turbulencia en el mercado de criptomonedas, una tendencia se mantiene firme en la corrección: la demanda de stablecoins respaldadas en dólares. A medida que los traders reducen su exposición al riesgo, el capital vuelve a fluir hacia activos considerados más seguros y predecibles, incluso cuando la volatilidad del mercado ha llevado a muchas altcoins a mínimos de ciclo. Es importante notar que este cambio coincide exactamente con un giro político clave en el ámbito de las stablecoins en EE. UU. La regulación de los activos digitales en dólares comienza a clarificarse por primera vez.
Con la aprobación de la Ley GENIUS en el Congreso, la Ley CLARITY que define los límites regulatorios, y la revocación de SAB121 que eliminó un obstáculo clave para que los bancos posean activos digitales, EE. UU. finalmente empieza a jugar un papel principal en la política de stablecoins. El análisis de políticas de CertiK señala que este momento tiene un significado de cambio: la era de principios amplios está llegando a su fin, y una nueva etapa centrada en requisitos específicos, regulaciones ejecutables y cumplimiento institucional ha comenzado.
Reglas regulatorias en EE. UU.
La Ley GENIUS establece un marco regulatorio federal para las stablecoins, exigiendo que estén respaldadas 1:1 con efectivo y activos líquidos de alta calidad, prohibiendo estrictamente la rehipotecación y requiriendo informes de auditoría mensuales por parte de auditores independientes.
Simultáneamente, la Ley CLARITY define los límites regulatorios para los activos digitales, evitando que las agencias de valores ejerzan jurisdicción en áreas no cubiertas por dicha ley.
Además, la controvertida SAB 121 —una comunicación contable que en realidad impedía a los bancos estadounidenses ofrecer servicios de custodia de activos digitales— ha sido revocada por votación en el Congreso.
En conjunto, estas medidas crean un entorno sumamente favorable para los emisores de stablecoins en EE. UU. Es la primera vez que las “reglas del juego” en la industria dejan de ser implícitas y pasan a estar claramente escritas en normas formales.
“La nueva estructura regulatoria de stablecoins en EE. UU. permite que la industria pase de principios amplios a expectativas de cumplimiento a nivel bancario,” afirmó Ruo Hui Gu, CEO de CertiK. “Los emisores que logren destacar en el futuro serán aquellos que ya hayan establecido sistemas institucionales maduros en gestión de reservas y transparencia.”
Gu Hui Gu señala que estos requisitos están impulsando un cambio hacia una prioridad de seguridad en el modelo general de la industria. La implementación de activos altamente líquidos que respalden al 100% y las estrictas restricciones en el uso de reservas desafían a los emisores que dependen de herramientas de alto riesgo o de controles operativos débiles. La auditoría mensual y la conciliación continua elevan aún más los estándares de cumplimiento, acercándose a las exigencias regulatorias de las instituciones financieras tradicionales, en lugar de los estándares de las empresas cripto nativas.
La divergencia EE. UU. y UE reconfigura la liquidez
Mientras EE. UU. acelera la construcción de un marco regulatorio federal, Europa ha tomado un camino diferente bajo el sistema de regulación MiCA. Este marco establece límites en la emisión de stablecoins y regula estrictamente los tokens de dinero electrónico, con el objetivo principal de proteger la soberanía monetaria del euro.
El informe de CertiK sostiene que esta divergencia provocará una fragmentación estructural en la liquidez global. EE. UU. posiciona las stablecoins en dólares como un producto estratégico de “exportación”, mientras que Europa prioriza limitar la expansión y fortalecer la regulación local. Gu Hui Gu resume claramente este panorama emergente: “Estamos entrando en una fase en la que los marcos regulatorios de EE. UU. y la UE divergen claramente. La estructura federal de EE. UU. considera las stablecoins en dólares como activos estratégicos, mientras que MiCA se centra en proteger la soberanía del euro.”
El resultado será la formación de un mundo de stablecoins de “doble vía”. Las instituciones emisoras globales que quieran cumplir con ambos marcos deberán crear modelos de reserva, arreglos de custodia y esquemas operativos diferentes. Solo las emisoras con mayor capacidad de capital podrán expandirse a escala en múltiples jurisdicciones sin sacrificar liquidez o resiliencia operativa. Las emisoras más pequeñas, en cambio, podrían verse limitadas por su alcance geográfico o verse obligadas a colaborar con entidades autorizadas.
Como señala el informe, este es uno de los cambios clave en la competencia de stablecoins: la regulación no solo decidirá quién puede emitir stablecoins, sino también quién podrá participar en la emisión a nivel global.
El próximo frente: madurez operacional y seguridad
La claridad regulatoria elimina la incertidumbre que durante mucho tiempo ha impedido una participación más profunda de las instituciones. Pero, según el análisis de CertiK, la desaparición de la ambigüedad regulatoria revela otro cuello de botella subestimado por muchos emisores: la madurez operacional.
“Con la reducción de la incertidumbre regulatoria, la competencia se desplaza hacia la capa operativa,” afirmó Gu Hui Gu. “El desafío más grave y subestimado está en la infraestructura.”
Un ejemplo mencionado en el informe es el requisito de la Ley GENIUS sobre control de acceso basado en roles en la cadena. Los emisores deben asumir el rol legal de “frozen” (congelador), respaldado por módulos de seguridad hardware, gobernanza multi-firma y mecanismos de monitoreo continuo. El reto no es agregar una función de congelación, sino garantizar su seguridad. Nunca debe permitirse que un operador atacado pueda congelar o transferir activos.
Además del control interno de permisos, los marcos regulatorios exigen cumplir con estándares nacionales de ciberseguridad, como el Marco de Ciberseguridad del NIST en EE. UU.
Las reglas Part500 del estado de Nueva York para instituciones financieras también se han convertido en un estándar emergente en la industria.
Las emisoras que ingresen en el entorno regulatorio federal deben prepararse para controles de nivel SOC, planes de respuesta a incidentes auditados y acuerdos de nivel de servicio (SLA) estandarizados. Además, deben cumplir con requisitos anti lavado de dinero (AML), que cada vez más dependen de automatización en la detección de sanciones, análisis de agrupamiento y rastreo de comportamientos sospechosos en múltiples cadenas.
Este tipo de infraestructura ya no es opcional, sino un costo necesario para participar en mercados regulados. En estos mercados, las instituciones canalizarán miles de millones de dólares a través de los emisores más cumplidores.
La competencia comienza
Durante años, la regulación se consideró el principal obstáculo para la adopción de stablecoins. Pero esa situación ha cambiado. EE. UU. ya cuenta con un marco regulatorio operativo, Europa ha lanzado MiCA, y muchas jurisdicciones asiáticas están modernizando sus marcos regulatorios. La cuestión ya no es si las stablecoins serán reguladas, sino cómo competirán los emisores bajo esa regulación.
Las stablecoins han entrado en una nueva era, en la que la confianza se obtiene de manera similar a las finanzas tradicionales: demostrando que sus sistemas operativos, capacidades de ciberseguridad y cumplimiento pueden resistir auditorías institucionales. Esa es la transformación que captura el informe de CertiK. La claridad regulatoria no nivelará la competencia, sino que favorecerá a quienes tengan mayor capacidad para cumplir con la supervisión.
La ola de crecimiento está por llegar, pero no todos podrán beneficiarse. Los ganadores finales serán aquellos que dejen de ver las stablecoins como un producto cripto y las consideren instrumentos financieros. En este nuevo entorno regulado, las stablecoins son precisamente esos instrumentos financieros.