Piensa en tu vida, cuando estabas en la escuela, las paredes de la casa en ruinas estaban llenas de certificados, eras el buen estudiante en los ojos de los demás. Cuando trabajabas, te esforzabas y trabajabas diligentemente, eras el buen empleado a ojos de tu jefe. Cuando te casaste, el dinero de la mitad de la vida de tus padres estaba atrapado en tu casa. Cuando apenas tenías un poco de ahorro, aprendiste a invertir en acciones A, y metiste también el dinero de medio vida que ganabas después del trabajo. Ahora, un poco despierto, te arriesgas a comerciar con criptomonedas y has perdido también el dinero de la próxima vida.
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Piensa en tu vida, cuando estabas en la escuela, las paredes de la casa en ruinas estaban llenas de certificados, eras el buen estudiante en los ojos de los demás. Cuando trabajabas, te esforzabas y trabajabas diligentemente, eras el buen empleado a ojos de tu jefe. Cuando te casaste, el dinero de la mitad de la vida de tus padres estaba atrapado en tu casa. Cuando apenas tenías un poco de ahorro, aprendiste a invertir en acciones A, y metiste también el dinero de medio vida que ganabas después del trabajo. Ahora, un poco despierto, te arriesgas a comerciar con criptomonedas y has perdido también el dinero de la próxima vida.