La industria energética de Brasil se enfrenta a un nuevo punto de inflexión. Con las reservas de petróleo locales disminuyendo año tras año, el gobierno ha cambiado su enfoque estratégico hacia los campos petroleros en alta mar no desarrollados, una de las áreas de mayor biodiversidad y con la menor investigación geológica. ¿Podrá esta apuesta revertir la tendencia? ¿Dónde están los riesgos? Las preocupaciones de las comunidades locales y las organizaciones ambientales merecen atención: la extracción a gran escala en una de las áreas ecológicas más insuficientemente estudiadas del mundo podría tener costos ambientales potenciales que superan con creces los beneficios económicos. Desde la perspectiva del mercado de materias primas, esta decisión afectará las expectativas de suministro global de petróleo y gas, así como el movimiento del precio de la energía. El punto de intersección entre la geopolítica, las políticas climáticas y los ciclos industriales a menudo es clave para el giro del mercado.