Un fork en blockchain divide una red en dos caminos debido a cambios en el protocolo. Los soft forks mantienen la compatibilidad hacia atrás, permitiendo actualizaciones graduales, mientras que los hard forks crean cambios incompatibles que requieren que todos los nodos se actualicen, lo que puede llevar a divisiones en la red. Ambos tipos impactan el ecosistema, afectando los activos digitales y la gobernanza.